Desde combustibles y electricidad hasta seguridad social e incluso préstamos de banca pública, el esquema de subsidios supera el 6% del Producto Interno Bruto (PIB).
El tema de los subsidios vuelve a estar sobre el tapete de la discusión pública, debido a la eliminación de la subvención eléctrica a grandes industrias.
La decisión del Gobierno de Guillermo Lasso ha generado una reacción inmediata de rechazo de gremios exportadores e industriales, que aseguran que sus costos de producción aumentarán hasta un 10% y se pondría en riesgo a alrededor de 8.000 empleos.
El problema de fondo es que, por un lado, la economía ecuatoriana está llena de subsidios que se llevan como mínimo el 24% del Presupuesto General del Estado (o $24 de cada $100 gastados) y dejan sin espacio de inversión al sector público.
Por otro lado, el sector privado cuenta con esos subsidios para sus operaciones y, en muchos casos, depende de la ayuda estatal para mantener cierta competitividad.
En total, como mínimo, se gasta $7.463,11 millones anuales o $622 millones mensuales en cubrir una red de subsidios que van desde los combustibles y la electricidad hasta la seguridad social y los préstamos en la banca pública.
“El monto destinado a subsidios casi triplica lo que se gasta anualmente en salud pública y más que cuadruplica lo que se ha destinado en los últimos años a inversión u obra pública. Los subsidios son uno de los principales gastos del presupuesto estatal y tanto personas como empresas dependen de ellos para no quebrar el equilibrio de sus finanzas”, puntualizó Romina Carrera, economista y exconsultora en organismos internacionales.
Todo este escenario apunta a una economía ecuatoriana poco eficiente, altamente subsidiada y que no genera el suficiente empleo y riqueza para que se rompa la dependencia con las subvenciones.
Subvenciones principales
1 En diciembre de 2022, el Gobierno eliminó el subsidio a los combustibles para el sector camaronero. Se estimó un ahorro aproximado de $200 millones al año con esa medida.
Sin embargo, el subsidio a los combustibles, como mínimo, actualmente representa $2.667 millones (monto presupuestado a inicios de 2023); pero puede llegar a $3.500 o $4.000 millones hasta el final de este año debido al aumento de uso del diésel en el parque termoeléctrico (en medio de la crisis eléctrica), el mayor contrabando y el aumento del consumo interno.
La gasolina súper, que es la única sin subsidio, ha caído hasta menos del 2% del mercado local y las gasolinas más contaminantes y “baratas” se consumen cada vez más.
Durante el actual Gobierno se desmontó el esquema de subida progresiva del precio de los combustibles y la focalización, luego del paro violento de junio de 2022, nunca despegó.
2 Solo para 2023 se presupuestó $3.109,09 millones para subsidiar parte del sistema de pensiones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), al Instituto de Seguridad de las Fuerzas Armadas (Issfa) y al Instituto de Seguridad de la Policía Nacional (Isspol).
Este subsidio es creciente cada año y, sin una reforma integral de la seguridad social en el país, será insostenible en poco tiempo.
El Gobierno de Lasso armó una comisión técnica ciudadana para elaborar una propuesta de reforma al sistema de pensiones del IESS. Ese planteamiento legal se quedó en el papel y no se encuentra en la lista de leyes económicas urgentes que enviará el nuevo presidente Daniel Noboa a la Asamblea durante sus 18 meses en el poder.
Actualmente, el Estado tiene problemas para transferir todo lo presupuestado a instituciones como el IESS. Se registran atrasos y deudas.
3 Ante una economía que no genera la suficiente riqueza y empleo, el Estado se ha visto obligado a aumentar sustancialmente el gasto en bonos y ayudas sociales.
Durante el Gobierno de Lasso se ha recuperado una parte del empleo perdido en la pandemia, pero para evitar mayores niveles de pobreza, se ha aumentado el monto de subsidios sociales a entre $1.400 millones y $1.580 millones anuales.
Esto incluye el Bono de Desarrollo Humano, Pensión de Adultos Mayores, Bono Joaquín Gallegos Lara, Pensión para personas con capacidades Especiales, Bono de Desnutrición, Bono para personas afectadas por eventos de origen natural o antrópico, Bono para niños y adolescentes en situación de orfandad por femicidio, entre otros; y además el otorgamiento de créditos de interés social; bajo la responsabilidad del Ministerio de Inclusión Económica y Social, especialmente.
Ecuador necesita reformas estructurales en temas de contratación laboral e inversión para que menos gente necesite ayudas estatales; pero el cambio solo se sentirá a mediano y largo plazos.
4 Alrededor de $100 millones anuales se gastan en subsidios para desarrollo agrícola, vivienda y créditos subsidiados en la banca pública. En el último punto, el Gobierno de Lasso, por ejemplo, ha impulsado los créditos al 1% y 30 años plazo a través de Banecuador.
A esto se debe sumar los $180 millones anuales que representa la tarifa subsidiada en el sector eléctrico.
Fernando Salinas, docente universitario y expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha (Cieepi), explicó que existen altos subsidios que van al segmento residencial, a personas vulnerables por ingresos o edad y a industrias como incentivo para aumentos de producción y empleo.
Aproximadamente, la mitad del sector residencial, es decir 5,6 millones de personas, tiene tarifa subsidiada.
El Gobierno de Lasso, a pocos días de dejar el poder, eliminó el subsidio eléctrico a grandes industrias, que representa alrededor de $80 millones anuales.
Esto generó un rechazo inmediato de exportadores y gremios industriales. Sin embargo, incluso sin ese beneficio a las empresas, el subsidio eléctrico todavía representará $100 millones al año. (JS)
En 2010, en medio del aumento del Estado con Correa, se llegó a tener 30 diferentes tipos de subsidios. Ahora se tienen menos de 15, pero el costo sigue siendo alto.
Casi el 54% del subsidio a los combustibles se concentra en el diésel, el 27% está relacionado al gas, el 17% a la gasolina y 2% en otros.