Una comisión creada por el Gobierno trabaja desde enero de 2023. De las reuniones con varios sectores ya han salido ideas para impulsar los cambios.
En todas partes del mundo, el modelo de reparto con beneficio definido en la seguridad social, que es el que tenemos en Ecuador, no tiene viabilidad financiera en el futuro.
Mientras la población está cada vez más envejecida y vive más tiempo, existen menos trabajadores activos y formales (en Ecuador la informalidad supera el 61% de la fuerza laboral) que sustente el pago de las pensiones.
Fernando Mosquera, economista y miembro de la Mesa de Estudios de la Seguridad Social, ha repetido que el problema de fondo de las pensiones del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no es solo económico, técnico y actuarial, sino también político.
Esto significa que se deben tomar medidas políticamente duras para evitar un escenario que apunta a que en cinco años se podrían tener problemas para pagar jubilaciones en el país.
Por eso, desde el 10 de enero de 2023, el Gobierno de Guillermo Lasso puso en marcha una comisión especial que, hasta mayo, deberá presentar un informe técnico con recomendaciones y un anteproyecto de ley para cambiar y fortalecer el sistema.
Esta comisión está liderada por Augusto de la Torre, y tiene entre sus miembros a Andrés Hidalgo Cevallos, presidente de la Junta Directiva de Grupo Faro; Doménica Cobo, abogada en libre ejercicio; Pablo Lucio-Paredes, economista y profesor universitario; Andrea Angulo, docente e investigadora en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
Luego de varias reuniones con empresarios, jóvenes profesionales, expertos, académicos y parte de la dirigencia sindical, se esbozan los principales acuerdos que serán la base del informe final y el anteproyecto de ley, es decir, la hoja de ruta de la reforma que se busca proponer.
Los consensos
1.- El Ejecutivo, en particular el Ministerio de Economía, debe definir y acordar con el IESS cuál es la deuda pendiente y aún no está documentada. Es más fácil hacerlo para pensiones que para salud. La meta es que se llegue a un plan de pagos que se activaría luego de que se haga la reforma. Esto debido a que, si no se arregla el sistema, los pagos irían a una especie de saco roto.
2.- Separar la gobernanza del sistema de pensiones de la gobernanza del sistema de salud. Dentro del IESS, cada uno de los fondos debe tener un cuerpo de gobierno independiente y especializado con sus propios estatutos. Son muy distintas las políticas públicas para pensiones y para salud.
3.– El sistema de jubilación patronal no le hace bien a nadie. No ayuda al empleador ni al trabajador. En casi la totalidad de los casos, las empresas despiden cuando el empleado se acerca a los 20 años de servicio. Esto provoca desempleados de 50 años o más. Se está pensando en cambiar la jubilación patronal en una especie de ahorro individual que se mantenga incluso cuando cambia de trabajo. Este ahorro individual se convertiría en uno de los pilares del nuevo sistema.
4.- Establecer un mecanismo más fiable y fácil de presupuestar con respecto al aporte estatal del 40%. Este aporte al sistema de pensiones es considerado como un subsidio en términos constitucionales y económicos. Actualmente, no existe una forma de calcular adecuadamente el aporte estatal y eso provoca que en la realidad se transfiera un porcentaje equivalente al 28% y 30%.
5.- En todos lados, y Ecuador no es la excepción, a la gente le gusta la idea de una pensión vitalicia. Pero, para que eso sea sostenible, se debe buscar un equilibrio entre el tiempo de cotización, el tiempo de beneficio (cuando es jubilado) y la tasa de reemplazo (pensión como porcentaje de los sueldos que percibía como trabajador activo). Los cambios deben operarse en esas tres variables. Uno de los puntos más álgidos de la reforma está aquí porque involucra temas como una nueva fórmula de cálculo de las pensiones; edad de jubilación, entre otros.
6.- Existe un gran problema de credibilidad del IESS frente a trabajadores jóvenes e independientes. Los abogados, contadores y dentistas, entre otros, no tienen confianza en el sistema. No quiere afiliarse porque, por un lado, tienen seguros privados y no quieren usar los servicios del IESS. Por otro lado, no saben si se podrán pagar pensiones en el futuro. Se necesitan reformas que generen incentivos para afiliarse. Entre esos está la posibilidad de que se puedan afiliar o a pensiones solamente o a salud. Además, también se pueden establecer esquemas más flexibles de afiliación.
7.- Todos los sectores apuntan a que el IESS necesita un sistema multipilar. Por un lado, se debe mantener el pilar de reparto con beneficio definido; pero hay que reformarlo. Por otro lado, se necesita un pilar que de opciones de ahorro individual e incluso ayude a mejorar las pensiones. El tercer pilar debe ser un sistema solidario para financiar la vejez de los más pobres, es decir, de la gente que nunca se va a afiliar ni va a ahorrar. Se debe cuidar a los que están en riesgo de caer en pobreza extrema en la vejez; y eso se logra integrando mejor al seguro campesino con el sistema de ayudas sociales y bonos que administra el Ministerio de Inclusión Económica y Social.
8.- El sistema de salud necesita una reforma independiente. Se debe crear otra comisión para que se piense cómo reformar ese sistema. Si no se arregla esto, las pensiones, cuando una persona se jubila, se gastan en su mayoría en pagos de salud. (JS)
En 2022, las nuevas solicitudes de jubilación sumaron 30.491; pero para este 2023 se proyecta que se dispare a más de 57.000.
Hace 10 años, la esperanza de vida al momento de jubilarse rondaba 10 años más; ahora eso ha subido, en promedio, a 20 años más.
$2.600 millones sumaba el déficit del fondo de pensiones en 2022. Eso se cubrió con el aporte estatal y también desinvirtiendo parte de los ahorros del fondo.
Evolución pago de pensiones |
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USD millones | ||
Año | Monto | |
2021 | $4.650 | |
2022 | $4.900 | |
2023 | $5.400 |