Una mujer denuncia caso de ‘esclavitud moderna’ en Ambato

La explotación laboral, como tal, son todos aquellos abusos que comete el empleador sobre el empleado, como trabajar bajo una condición de amenaza o percibir un salario que no se corresponde con la responsabilidad, esfuerzo y horas de trabajo.

Esta también conlleva una serie de aspectos sociales, económicos, morales, físicos y mentales que afectan a los individuos, sin que los empleadores, tomen responsabilidad de ello.

Los expertos aseguran que la explotación laboral provoca un tipo de dominación de parte del jefe hacia el empleado, que se genera mediante amenazas tras diversos mecanismos a los que el empleado es vulnerable. Aquí también se puede hablar de que incluye la trata o comercio de personas.

Un caso en Ambato

Aun cuando se ha trabajado por romper todas estas brechas, Martha, nombre protegido, acusó al hijo de su jefa de haberla mantenido cautiva obligándola a realizar trabajos forzados como ama de casa en la vivienda de la madre del implicado.

De esta vivienda, ubicada en la avenida Quis Quis, en Ambato,  la mujer logró huir la mañana del miércoles 8 de marzo de 2023, aprovechando que el acusado le permitió salir a la calle a botar la basura.

En ese momento acudió hasta la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) en donde pidió auxilio y contó su versión de los hechos.

Estaba cautiva

Martha, de 38 años, contó a los policías que desde hace 10 meses labora en esa vivienda en calidad de doméstica, sin que se le permitiera salir o tener algún tipo de comunicación con sus familiares, pues aseguró que fue despojada de su celular.

No conforme con esto, a decir de la perjudicada, también era golpeada e insultada por parte del implicado de 32 años de edad.

Pese a la abolición de la esclavitud como tal, hoy aún se practica esta modalidad 
que se conoce como esclavitud moderna.


Con estos antecedentes, los uniformados fueron hasta la vivienda donde ocurrió el hecho y encontraron al sospechoso, el mismo que negó las acusaciones de la mujer aduciendo que ella contaba con libertad de realizar sus actividades personales, a pesar de ello fue privado de su libertad para posteriormente ser puesto a órdenes de la justicia.

 

Lo que dice la ley

Christian Pérez, abogado, especificó que tanto el delito de esclavitud, como el de trabajos forzados están tipificados y sancionados en el artículo 82 y 105 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), respectivamente.

El jurista explicó que en 2006 se regularizó el servicio doméstico y se lo reconoció como un trabajo que ameritaba un sueldo y todos los beneficios de ley, como cualquier otro.

“La ley beneficia a las dos opciones, tanto a la que conocíamos como servicio puerta adentro como a la puerta afuera, ambas son contraprestaciones que ameritan ser remuneradas y el pago no puede ser menor a un salario básico unificado”, dijo Pérez.

En el Código de Trabajo, en el artículo 262, Pérez sostiene que “se reconoce a esta actividad como labor y constan todos los beneficios de ley a los que debe acceder quien presta este servicio ya que se deben estipular en un contrato entre las partes”, agregó el profesional.

En este mismo contexto, el artículo 268 del mismo cuerpo legal específica que para aquellas personas que deciden trabajar puerta adentro, “el empleador tiene que garantizar la alimentación y el albergue, además, del pago de sus haberes, a la persona que preste el servicio doméstico”, señaló. (MAG)

Problema social

Antonio Muenala, sociólogo, aseguró que “aunque el tema de la esclavitud parecería haberse quedado en el pasado, es increíble que todavía existan personas que sometan a otra aprovechándose de la necesidad”, refirió.

Sostiene que “en Ecuador se han registrado casos, en 2020 por ejemplo se sentenció a un hombre a 10 años de cárcel por someter a una joven a trabajos domésticos forzados, y maltratos, su chantaje era que si huía la acusaría de robo, entonces fíjense en lo perturbador que resulta esta forma de esclavitud moderna que, aunque parezca increíble, todavía sucede”, recalcó.

El profesional hizo énfasis en el hecho de que, “es ese pensamiento retrógrado, ese complejo de superioridad acompañado de una drástica creencia de considerarse superior a los demás el que motiva estos abusos”, acotó el especialista.