Hacer cuentas para el presupuesto, buscar financiamiento y aterrizar las posibilidades de la reforma tributaria están entre los primeros desafíos de un mandato corto.
Con solo dos meses antes de su toma de posesión, el Gobierno de Daniel Noboa debe comenzar a tomar decisiones y armar un plan económico de manera inmediata.
Este 17 de octubre de 2023 está prevista una primera reunión de transición entre el mandatario electo, Daniel Noboa, y el presidente en ejercicio, Guillermo Lasso.
Una de las figuras centrales del nuevo Gobierno, que comenzará a ejercer desde la segunda mitad de diciembre, será el ministro de Economía.
En sus manos estarán los recursos para enfrentar los múltiples problemas que tiene el país y para cumplir las ofertas de campaña de Noboa.
A continuación, se detallan las tres tareas inmediatas que tendrá el nuevo ministro de Economía en un país con necesidades crecientes y escaso dinero en las arcas públicas.
Hacer cuentas
El primer reto será aterrizar en la realidad de las cifras fiscales y la economía del país. En las pocas semanas que tendrá hasta el final de 2023, se deberá concentrar el déficit (más gastos que ingresos) que heredará y cómo se cerrará el presupuesto de este año.
Todas las proyecciones apuntan a entre $4.500 millones y $5.000 millones. No todo ese déficit se podrá financiar, tanto con deuda interna como externa, por lo que una parte se transformará en atrasos con proveedores, IESS, gobiernos locales, etc.
Los atrasos, según economistas como Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal, podrían ser de al menos de $2.000 millones.
El nuevo ministro de Economía tendrá que, luego de cerrar el presupuesto 2023, inmediatamente sentarse a elaborar el presupuesto 2024 con cuentas por pagar de $2.000 millones en contra.
Según el artículo 295 de la Constitución, el Gobierno de Noboa tendrá 90 días desde su posesión para, con base en el presupuesto prorrogado del año anterior presentar un nuevo presupuesto para 2024 en la Asamblea.
Se proyecta que, en el mejor de los casos, le faltarán entre $300 millones y $400 millones cada mes para cubrir todas las necesidades. La recaudación de impuestos alcanza para pagar sueldos de la burocracia, intereses de deuda, bonos sociales y una parte de las transferencias corrientes.
Por eso, se deberá hacer un ejercicio de priorización, es decir, de identificar dónde es más urgente y necesario el gasto. No habrá dinero para todo.
Noboa, dentro de su programa de Gobierno, incluyó el llamado presupuesto base cero para eliminar gastos improductivos; pero en ese proceso, que Lasso también ofreció en su momento, no se puede ejecutar en poco tiempo.
Cuánto necesita de financiamiento
Con un fenómeno de El Niño próximo a impactar, y múltiples ofrecimientos de mayor gasto en seguridad, entre otros fines, el nuevo ministro de Economía deberá establecer cuál es el máximo de ingresos que podrá obtener el Estado y cuánto será el gasto total durante 2024.
La diferencia entre ambos, es decir los gastos que no se cubren con ingresos, se tendría que financiar con deuda interna y externa.
Las proyecciones apuntan a que se repita un déficit de al menos $5.000 millones y de hasta $7.000 millones.
Sin embargo, con un riesgo país que ha fluctuado entre 1.800 y 2.000 puntos, obtener financiamiento mediante bonos de deuda externa es imposible.
Ecuador tendría que pagar entre 18% y 20% por encima del retorno del bono estadounidenses. En otras palabras, entre 23 % y 25% de tasa de interés.
Por eso, de acuerdo con Bernardo Orellana, exviceministro de Finanzas, solo quedan dos opciones.
1 Préstamos de multilaterales: Se podría conseguir un flujo neto de $1.500 millones. Esto porque el país también debe pagar vencimientos de deudas anteriores y parte del endeudamiento de cada año se va a ese fin.
2 Al igual que en 2023, la otra opción es acumular atrasos a proveedores, IESS, entre otros. Otra vez podrían llegar a $2.000 millones.
Para darle un respiro a las finanzas públicas, solo quedan medidas impopulares.
“Si quiere un resultado rápido, la única opción es el retiro de los subsidios a los combustibles de forma inmediata; pero eso es algo tremendamente impopular”, puntualizó Orellana.
Reforma tributaria
En las últimas semanas de la campaña de la segunda vuelta, Noboa y sus voceros se reunieron con bancos e inversionistas internacionales y vendieron la idea de una reforma tributaria que baje impuestos y cargas a cambio de reactivar la contratación y la inversión.
Sin embargo, las cuentas fiscales están en rojo y el nuevo ministro de Economía deberá sentarse a conciliar entre los deseos del candidato y la realidad del presidente.
Noboa ha dicho que buscará establecer un esquema de beneficios tributarios a cambio de que las empresas contraten más.
Pero, si busca crédito de multilaterales, cualquier iniciativa de menos carga tributaria deberá compensarse con mayores ingresos por otro lado o menores gastos.
Mayores impuestos, de acuerdo con Alberto Acosta Burneo, economista, sería algo nocivo para una economía en crisis y asegura que se debe destrabar la inversión revisando los trámites represados por licencias ambientales y evitando la inseguridad jurídica. (JS)
¿Quién sería el ministro de Economía de Noboa?
Según bancos e inversionistas internacionales, uno de los nombres que se perfila para ser el ministro de Economía sería Gino Cornejo.
Cornejo es doctor en Ciencias Económicas y Administración. Hasta apenas un par de meses fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Ecotec.
Daniel Noboa, durante la campaña, llegó a declarar que se iba a rodear de cuadro leales y que no se conviertan en enemigos internos como le ocurrió a Lasso.
Cornejo empata con esos parámetros porque ha sido cercano a la familia Noboa. Fue precandidato a vicepresidente en la fallida candidatura de Álvaro Noboa en 2021 y postulante a la Alcaldía de Guayaquil en 2019 por el partido Adelante Ecuatoriano Adelante.
La labor de Cornejo (si se confirma su designación) es compleja. Su línea de acción está por verse, pero su enfoque sería liberal y en busca de eficiencia en el gasto.
En su cuenta de X, por ejemplo, dijo lo siguiente a finales de 2022: “La Administración Pública es como una planta tropical que crece rápido, frondoso y con maleza, con tendencia natural al asilvestramiento, convirtiéndose en una selva impenetrable. Por ello, hay que poseer un buen servicio de jardinería para fumigar y podar la mala hierba”.