El candidato dio nombres para la secretaría de comunicación, el ministerio de Agricultura, la Cancillería y el ministerio de Producción.
Durante el espacio de entrevistas conducido por Lenin Artieda, en Ecuavisa, el candidato Daniel Noboa, que disputará la segunda vuelta con la candidata correista Luisa González, mencionó cuatros nombres de su gabinete presidencial en caso de llegar a la presidencia de la República.
Así, dijo que Iván Carmigniani sería su secretario de Comunicación; Iván Wong estaría en el ministro de Agricultura; Gabriela Sommerfeld sería la cabeza de la Cancillería; y Sonsoles García sería su ministra de Producción.
En una entrevista en FM Mundo, Noboa confirmó esos anuncios y dijo que se trata de personas competentes y que han confiado en él.
Además, cuestionó que el actual presidente Lasso haya nombrado como ministros a personas que poco antes criticaron severamente su gestión.
Para Noboa, además de las cualidades técnicas y profesionales, los ministros deben ser leales al presidente porque de lo contrario se termina en el fracaso de Lasso.
Durante la entrevista en FM Mundo, Noboa aseguró que para otros puestos gubernamentales está evaluando varios nombres.
Los cuatro nombres en Comunicación, Cancillería, Agricultura y Producción, también fueron mencionados por Noboa durante una rueda de prensa con medios internacionales durante este 22 de agosto de 2023.
Para Noboa, los perfiles anunciados buscan generar confianza en los mercados internacionales.
Noboa dice ser un rival «sumamente incómodo para el correísmo» para el balotaje en Ecuador
La Agencia EFE reportó que Daniel Noboa aseguró, durante una reunión con la prensa extranjera, que se considera un rival «sumamente incómodo para el correísmo» para el balotaje que tendrá lugar el domingo 15 de octubre.
Noboa, de 35 años e hijo del magnate y cinco veces candidato presidencial Álvaro Noboa, afirmó en una rueda de prensa celebrada en Guayaquil que, durante su reciente etapa como asambleísta votó más veces con el correísmo que con el Gobierno del conservador Guillermo Lasso.
“En la Asamblea voté el 55 % de las veces con el correísmo, voté menos con el Gobierno que con el correísmo”, aseveró Noboa en respuesta a las solicitudes que el correísmo hace a su electorado para que en esta vuelta no voté por un «Lasso 2.0».
“El problema es que soy un candidato sumamente incómodo para ellos porque parte del correísmo ‘blando’ ha votado por Daniel. Ha votado cruzado: Daniel para presidente y la Revolución Ciudadana para la Asamblea. Entonces son manotazos y actos desesperados para aterrorizar a la gente”, sostuvo Noboa, que se define él mismo de centroizquierda.
Para el candidato, no es lo mismo ser empresario que banquero, como lo es Lasso. “El empresario se pasa luchando con el banquero para conseguir financiamiento más bajo, intereses más bajos”, zanjó.
Noboa apuntó que en esta nueva campaña hará lo mismo que en los últimos 80 días: «llegar a las zonas más abandonadas, a los lugares donde este Gobierno ha fallado y a los jóvenes que en este momento tienen tantos problemas», entre ellos la seguridad.
Y es que la seguridad se ha convertido casi en el único tema de la campaña electoral, pues Ecuador pasa por su peor crisis de violencia de la historia y varios políticos han sido víctimas de ataques armados, entre ellos el candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien fue asesinado el pasado 9 de agosto a la salida de un mitin en Quito.
Él mismo pasó un susto en su cierre de campaña, cuando en su recorrido por la ciudad de Durán se registró un cruce de balas y lo evacuaron. “No tengo miedo de vivir en el país que me ha dado tanto a mí, a mis padres y a mi abuelo. Siento la responsabilidad de luchar para que la cosa mejore, por eso me lancé de candidato”, añadió.
Calificó de “algo positivo” que la prima de riesgo haya bajado tras su paso a la segunda vuelta, pues eso significa que “existe un interés en esta nueva candidatura». “Hay una esperanza de que las cosas pueden mejorar a corto plazo”, señaló.
Noboa sostuvo que pondrá su mirada en los jóvenes, pues aseveró que no tienen acceso a las universidades ni acceso a un empleo o ingreso fijo y a oportunidades, sobre todo los menores de 29 años. (JS)