Entre la esperanza con dudas y la certeza del populismo estatista: Cómo ven los inversionistas internacionales a las elecciones en Ecuador

ELECCIONES. El próximo 15 de octubre los ecuatorianos decidirán entre las dos opciones de Gobierno.
ELECCIONES. El próximo 15 de octubre los ecuatorianos decidirán entre las dos opciones de Gobierno.

Los inversionistas internacionales valoran las políticas promercado de Noboa, pero dudan de si podrá ejecutarla. González representa la reedición del Gobierno de Correa con todos sus vicios.

Desde la óptica de los bancos y los inversionistas internacionales, la elección presidencial en Ecuador se resume en la siguiente disyuntiva: La esperanza con dudas y la certeza del populismo estatista.

Así, por ejemplo, un reporte del banco Santander US Capital Markets LLC señala que Daniel Noboa despierta esperanzas y expectativas por su enfoque hacia los incentivos promercado para generar empleo, inversión y mayor actividad económica.

Noboa ha asegurado que impulsará reformas para aumentar los puestos de trabajo vía consulta popular. Entre sus propuestas estrellas están incentivos tributarios como rebaja del IVA para el sector de la construcción y la eliminación del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD).

Por otro lado, también ofrece más gasto e inversión pública para sectores como la seguridad, electricidad, infraestructura, entre otros.

Por eso, el banco Santander considera que no existe claridad en el plan económico de Noboa, sobre todo en el cómo concretará sus propuestas que, por un lado, reducen los ingresos para el Estado; y por el otro, ofrecen más gasto e inversión pública.

«No ha habido mucha claridad, por parte de Noboa que, por sorpresa, de repente se encontró en una posición de favorito en las elecciones», asegura el informe de Santander.

Además, ya sentado en Carondelet, se considera que Noboa tendría poco espacio político para impulsar leyes de emergencia económica, y de otro tipo, como ha ofrecido.

En este aspecto, los principales obstáculos serían:

1 Un mandato corto.

2 Que su carrera política es nueva y todavía indefinida.

3 El bloque correísta sería una fuerza obstruccionista desde la Asamblea.

4 Complejo panorama social con sectores, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), bloqueo.

5 Escaso consenso público y débiles instituciones para impulsar las reformas económicas que necesita el país.

Estatismo proteccionista

La opción de Luisa González como presidenta de Ecuador, desde la óptica de los bancos e inversionistas internacionales, es la reedición del proyecto correísta que ya estuvo en el poder 10 años.

En este sentido, las certezas apuntan a que se buscará reinstalar un sistema proteccionista, con un Estado dispuesto a acaparar todo lo posible, y el enfoque en establecer redes clientelares para asegurar un electorado leal.

En el debate presidencial del 1 de octubre de 2023, González se reafirmó en su propósito de tomar al menos $2.500 millones de las reservas internacionales del Banco Central del Ecuador como una de sus cartas de corto plazo para aumentar el gasto público y reactivar la economía.

Esta medida, según diversos economistas, desde Augusto de la Torre a Fausto Ortiz, podría llevar a nerviosismo en los depositantes del sistema financiero y a medidas restrictivas como aumentar sensiblemente el Impuesto a la Salida de Divisas, además de los aranceles y salvaguardias a las importaciones.

En ese mismo debate, Noboa se distanció de sus declaraciones previas de que gastaría $1.500 millones de las reservas del BCE, y dijo que será su plan Z en caso de emergencia por un fenómeno de El Niño excesivamente duro.

Así, en el caso de González meterle la mano a dinero de terceros (ilegal según la normativa vigente) parece una certeza; mientras que con Noboa es una posibilidad en duda.

Bancos como Santader y Barclays ven que, a pesar de las diferencias entre uno y otro candidato, existe un gran riesgo de que sea difícil mantener el orden y la sostenibilidad de las cuentas fiscales en un Gobierno corto y con el incentivo de una reelección en 2025. (JS)

Desde el debate de segunda vuelta, y la subida de Luisa González en las encuestas, el riesgo país ha subido 64 puntos hasta los 1.853 puntos.

¿Cómo financiar un Gobierno de menos de 2 años?

Los bancos e inversionistas internacionales ven poca claridad en las estrategias de ambos finalistas sobre cómo financiar el Presupuesto General del Estado (PGE) durante su corto Gobierno.

El banco Santander prevé un déficit de al menos $4.700 millones en 2024, pero sin tomar en cuenta el impacto de temas como el fenómeno de El Niño.

Esto podría obligar al próximo presidente a buscar formas de no cumplir con el cierre del bloque petrolero ITT.

 Además, como ya ha analizado LA HORA, pondría más presión para que se busque nuevo financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El enfoque que dispararía la confianza de los inversionistas sería la reducción de los subsidios a los combustibles (más de $4.000 millones al año) y del creciente gasto en burocracia.

«Sin embargo, el escenario más realista, bajo las limitaciones políticas, incluiría una reforma de inversiones menos controvertida o tal vez incluso una reforma laboral», asegura el banco Santander.

Candidatos se reunieron con bancos de inversión

Tanto Luisa González como Daniel Noboa se ha reunido en las últimas semanas con representantes de bancos de inversión como Barclays, UBS y TRowePrice; así como con organismo multilaterales como el Banco Mundial

En el caso de Noboa, se buscó bajar el tono a las declaraciones sobre un posible uso de las reservas del Banco Central del Ecuador. Además, se buscó posicionar la idea de que sí se tienen identificadas fuentes alternativas de financiamiento; y la viabilidad de una reforma tributaria que reduzca impuestos.

Por su parte, González aclaró que su Gobierno no estaría dispuesto a entrar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que representa fuertes condicionamientos y restricciones al gasto. También se buscó posicionar que se tiene suficientes fuentes para cubrir el gasto y las ofertas de campaña.

En ambos casos, sin embargo, los inversionistas reconocieron que no existe voluntad de impulsar medidas impopulares como la reducción del subsidio a los combustibles.