El Gobierno de Lasso solo ha ejecutado cuatro de cada diez dólares presupuestados para inversión y obra pública en 2023

Presupuesto. El principal talón de Aquiles del Gobierno es la baja ejecución de obra pública.
Presupuesto. El principal talón de Aquiles del Gobierno es la baja ejecución de obra pública.

Ministerios importantes como Transporte y Obras Públicas, Energía, Defensa, Interior y Salud no llegan ni a ese porcentaje.

Para 2023, el Gobierno de Guillermo Lasso presupuestó un Plan Anual de Inversiones de $1.871 millones.

Durante el primer trimestre se ejecutaron $114,5 millones; en el segundo trimestre se sumó $390,9 millones; y en el tercer trimestre se invirtió $273,9 millones más. Así, en nueve meses de 2023, el Gobierno cumplió con el 41% de lo presupuestado, es decir, $779,3 millones.

En los últimos tres meses del año, de octubre a diciembre, se tendría que ejecutar $1.092,2 millones para tener cubierto todo el Plan Anual de Inversiones.

“Tres cuartas partes del año transcurrieron y no se llega al 50% del Plan Anual de Inversión (obra pública). Llegar a los $1.871 millones presupuestados para este 2023 luce inalcanzable. El ajuste no deseado”, dijo Fausto Ortiz, exministro de Economía.

A pesar de los anuncios de Lasso y sus ministros de que luego de la muerte cruzada se vería la verdadera eficiencia en la administración, los procesos de contratación siguen a paso lento y sin un norte claro, de acuerdo con Johanna Sarmiento, economista e investigadora en temas de inversión pública.

“El actual ministro de Economía, Pablo Arosemena, ha repetido en varias ocasiones que los recursos se asignan a tiempo, pero la realidad es que el Gobierno de Lasso no ha podido salir del círculo vicioso de baja ejecución y gasto ineficiente”, apuntó.

Sarmiento recalcó que, a la corrupción y el poco manejo efectivo del sector público, se suma el problema de las extorsiones y sabotajes a la Obra pública.

“No existen cifras sobre el tema de las extorsiones y su impacto en las dinámicas de la inversión, pero es evidente que es algo real. El Gobierno de Lasso ha improvisado con tres ministros de Transporte y Obras públicas de perfiles diametralmente diferentes (desde un político hasta empresario ambientalista), pero no ha sabido solucionar los problemas”, acotó Sarmiento.

LA HORA pidió hace más de un mes una entrevista con el ministro de Transporte y Obras Públicas, César Rohon, para evaluar lo que pasa en el sector y cuál es el efecto real de las extorsiones, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.

Los que menos ejecutan

Seis de los ministerios más importantes tienen porcentajes de ejecución, con corte al 30 de septiembre de 2023, de menos del 40%.

El peor desempeño está en el ministerio de Defensa con el 3,6%, seguido por Interior con el 6,1%, Energía con el 27%, Transporte y Obras Públicas con el 36,4%, y Salud con el 38,9%.

El economista Vicente Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UDLA, ha llegado a decir que los pocos buenos esfuerzos en orden fiscal se quedan en nada si se ejecuta mal y tarde la inversión.

Un dólar no invertido a tiempo es de alguna forma un malgasto de recursos públicos y esto debe estar en mente del próximo presidente de la República.

Lasso, a pesar de haber creado su ‘Tink Tank’ liberal de Ecuador Libre, y de haber formado algunos cuadros jóvenes interesantes, llegó al poder sin tener ni los 300 funcionarios mínimos (mucho menos los 4.000) que se necesitan para tener un control real del aparato estatal e implantar un modelo de gestión medianamente eficiente.

Cambios constantes

Luego de casi seis meses del colapso del puente sobre el Río Blanco (que conecta Pichincha con dos provincias), el Gobierno ha ofrecido que en noviembre ya se contará por fin con una nueva estructura.

El proceso ha estado demorado y lleno de tropiezos. Dos ministros diferentes han tenido que lidiar con el problema y la última promesa gubernamental, a través de la colocación de un puente tipo Delta con costo de $1,2 millones, todavía genera dudas.

Una de las razones de fondo de la lenta ejecución tiene que ver con el hecho que cada nuevo ministro, en muchos casos, volvía el cronómetro a cero en varios de los procesos de contratación de su antecesor.

Así, por ejemplo, el proceso de contratación de puentes tipo Bailey se demoró cuatro meses porque al asumir el actual ministro de Transporte y Obras Públicas, César Rohon, se dio marcha atrás en lo avanzado por el antecesor Darío Herrera.

A Rohon no le convenció el proceso y cambió todo para comprar con empresa local y empresa pública de una universidad.

Herrera, a través de su cuenta de Twitter, reconoció la situación e incluso dijo que el Ministerio de Economía tuvo que aprobar un nuevo presupuesto plurianual para la compra.

“No alcanza a cancelar el 100% este año. Nueva licitación recién para inicios de noviembre. Corre tiempo: 45 días en portal + 15 días garantías + 120 días manufactura = Los puentes llegarían para mayo 2024”, aseveró. (JS)

¿Qué se necesita para ejecutar eficientemente la inversión pública?

Sea quién sea el próximo presidente, deberá tomar en cuenta lo siguiente:

1 Planificación estratégica: Establecer objetivos claros y medibles para la inversión en obra pública. Priorizar proyectos en función de su impacto económico y social.

2 Asignación de recursos: Asegurarse de que se asignen suficientes fondos. Evaluar la disponibilidad de financiamiento a través de préstamos, inversionistas privados o asociaciones público-privadas (APP).

3 Marco legal y regulador: Facilitar los procedimientos de adquisiciones públicas y licitaciones para seleccionar contratistas de manera transparente.

4 Equipo competente: Formar y mantener un equipo de profesionales competentes en gestión de proyectos, ingeniería y finanzas, contratación y adquisiciones públicas.

5 Evaluación de riesgos: Realizar estudios de factibilidad y análisis de costo-beneficio antes de iniciar proyectos importantes.

6 Transparencia y rendición de cuentas: Publicar información detallada sobre el presupuesto y el progreso de los proyectos.

7 Tecnología y sistemas de información: Utilizar herramientas tecnológicas para gestionar el presupuesto, la programación y automatizar procesos siempre que sea posible.

8 Monitoreo y evaluación constantes: Realizar un seguimiento continuo del progreso de los proyectos y el gasto presupuestado.