La inflación se puede disparar al 5% anual con el impacto del fenómeno de El Niño

Un análisis del Colegio de Economistas de Pichincha alerta sobre los principales efectos económicos del próximo fenómeno de El Niño. Siete sectores económicos serán los más afectados, además del golpe al bolsillo de los consumidores.

El fenómeno El Niño es un evento climático mundial que produce el calentamiento de las aguas del mar y provoca fuertes inundaciones, así como sequía en distintos países del mundo.

Ecuador fue duramente golpeado en los años 1982-1983 y 1997-1998 por este fenómeno, que provocó pérdidas de vidas y tuvo un alto impacto económico en términos de caída de actividades productivas, especialmente la agricultura y la pesca, mayores precios de alimentos por una menor oferta (inflación) y la destrucción de infraestructuras públicas.

Este fenómeno se volvió a presentar nuevamente en 2017- 2018, aunque con menor intensidad que los años antes referidos.

Según análisis del Colegio de Economistas de Pichincha, el fenómeno de El Niño, que podría impactar a finales de 2023 y extenderse hasta marzo o abril de 2024, podría provocar nuevamente una pérdida de entre 1% y 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB).

En el primer escenario, el monto alcanzaría los $1.209 millones; mientras, en el segundo escenario, la pérdida llegaría a por lo menos $1.814 millones.

Más inflación= productos más caros

En el primer evento del fenómeno de El Niño (1982-1983) la tasa de inflación se incrementó del 16,3% a 48,4% debido a que se destruyó gran parte de los cultivos agrícolas (arroz, café, cacao, banano, etc.), así como la   vial.

Esta situación se repitió en el segundo evento (1997-1998) con una tasa de inflación que se incrementó de 30,7% a 36,1%, llegando inclusive en 1999 a 51,2%.

De acuerdo con el análisis del Colegio de Economistas de Pichincha, en el caso de 2023 y 2024, el impacto del fenómeno climático podría hacer que se pasar del 1,7% estimado de inflación, según el ministerio de Economía, a por lo menos 5,7% de aumento acumulado de precios.

Ese nivel sería el más alto desde 2012 y sobre todo encarecería el valor de los productos alimenticios básicos. lo que representará un golpe duro sobre todo para las familias de ingresos bajos y medios. En ese tipo de familias, la mayor parte del presupuesto se va en alimentos. 

Con corte a junio de 2023, y con el impacto de cierto aumento en las lluvias (sin ser todavía el fenómeno de El Niño), ya se registraron aumentos de precios importantes en productos como arroz, cebolla paiteña, algunos vegetales y frutas frescas.

Siete industrias productivas serían las más afectadas

Agricultura, ganadería, caza y silvicultura: El mayor riesgo lo tienen aquellas actividades agrícolas que se desarrollan en planicies inundables, especialmente el banano, arroz, caña de azúcar, y los cultivos de café y cacao que constituyen la base de productos agrícolas de exportación.

Según la Cámara de Agricultura de la II Zona, el impacto económico de la fuerte temporada invernal alcanza unos $200 millones y que, con la llegada de El Niño, las pérdidas podrían llegar a 500 millones. De acuerdo con el Colegio de Economistas de Pichincha, sin embargo, la afectación estimada en dólares corrientes podría ser en el rango de $91-$136 millones de dólares.

Acuicultura y pesca: La pesca, en conjunto con la acuacultura, representan la tercera parte de la generación de divisas para el país. Según información del Banco Central, las exportaciones de atún y pescado cayeron el 32 % en valor y 26 % en volumen; y los enlatados de pescado disminuyeron el 13 % en volumen y 2 % en divisas, en el primer cuatrimestre del presente año 2023, por nuevas condiciones de baja demanda internacional y de abastecimiento interno.

Esta situación podría complicarse más con el fenómeno de El Niño, que es un fenómeno global y que reduce la dinámica económica global. La pérdida estimada en ambos sectores podría ser en el rango de $16-$23 millones corrientes.

Construcción y transporte: Comprende básicamente la construcción de viviendas, caminos, carreteras, puentes e infraestructuras en general, más las actividades de servicio de transporte. Según la experiencia de años anteriores, El Niño tendría mayores impactos en el transporte carretero de la Costa (40% de la red nacional). Resulta complicado estimar los posibles daños en las viviendas, pero en los años 1982- 1983, la afectación llegó a más de 14 mil viviendas.

El sector de la construcción lleva varios años en un proceso sostenido de caída económica. En un escenario de caída de 1% de su producción, equivaldría a una pérdida adicional de al menos $111 millones hasta $166 millones corrientes.

Alojamiento y servicios de comida: Esta actividad representa al sector turismo. Una pérdida del 1% de su
producción, equivaldría a un rango de $30 a $45 millones corrientes.

Actividades de servicios financieros: La afectación a este sector se podría originar por los atrasos a los pagos de los
créditos concedidos, en vista de la posible complicación económica de varios sectores productivos.

El valor total aproximado de los depósitos bancarios llegó a $44.000 millones en marzo de 2023, que podrían verse afectados por la caída económica en varios sectores productivos.

El saldo total aproximado de la cartera bruta del sistema bancario fue de $39.000 millones de a marzo de 2023. La relación promedio ha sido 60% del total para crédito productivo y 40% para crédito de consumo.

La tasa de morosidad de toda la banca privada se ubicó en 3,3% en la fecha señalada, que implicó un incremento de un punto con relación al año anterior. La morosidad por segmentos tiene la siguiente estructura: segmento productivo, 1,2%; consumo, 4,9%; vivienda, 3,5%; y microcrédito, 6,3%.

Consecuentemente, uno de los impactos financieros del fenómeno de El Niño podría originar un incremento de
la tasa de morosidad de todo el sistema financiero nacional.

¿ Cómo enfrentar el impacto económico del fenómeno de El Niño?

El Colegio de Economistas de Pichincha considera que, en este escenario de afectaciones, las alternativas de política económica deberían ser:

1.- Crear líneas de crédito especiales a través de la banca pública

2.- Ampliar la asignación de $50 millones establecida para comprar maquinaria y equipo en conjunto con los gobiernos locales.

3.- Concretar la colocación de certificados de tesorería (Cetes) por $200 millones, cuyos compradores deberían ser
bancos privados

4.- Utilizar los fondos disponibles en el Ministerio del Ambiente destinados a la lucha y mitigación y cambio climático.

5.- Priorizar los proyectos que actualmente forman parte del Plan Anual de Inversiones (PAI) y que están presupuestados para el 2023.

6.- Ampliar la cobertura del proyecto Campo Seguro del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que actualmente solo llega a apenas 8.492 hectáreas aseguradas.

7.- La Secretaría Nacional de Riesgos debe capacitar a la población sobre los efectos devastadores que producirá el fenómeno, preparar albergues para acoger a los damnificados, así como fincas para reubicar el ganado y animales de crianza doméstica. (JS)

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