El actual Gobierno ha bajado el ritmo de endeudamiento y ha intentado pagar deudas acumuladas por años, pero eso ha sido insuficiente.
En diciembre de 2023, cuando se produzca el cambio de mando presidencial, la deuda pública ecuatoriana cerrará en un total de $81.000 millones. Esto tomando en cuenta préstamos externos, colocación de bonos de deuda interna, pasivos y obligaciones pendientes de pago.
Así, la deuda por ecuatoriano será de $4.781 al inicio de la nueva administración y el próximo presidente tendrá que buscar nuevo endeudamiento desde el minuto uno. Esto porque debe pagar los vencimientos o amortizaciones de préstamos que se vencen. Además, debe cubrir entre $300 millones y $400 millones que cada mes se tiene de déficit (más gastos que ingresos).
“Tiene que ir a buscar financiamiento y esa es la tarea dura para cualquier gobernante. El mercado de bonos está fuera del alcance con un riesgo país entre 1.700 y 1.800 puntos. Los préstamos desde el FMI estarán ligados a un plan de ajuste en el sector fiscal”, puntualizó Fausto Ortiz, exministro de Economía.
Ritmo de endeudamiento
El Gobierno de Lasso bajó el peso de la deuda pública de más del 65% al 62% del Producto Interno Bruto (PIB), debido al crecimiento económico de 2021 y 2022, la renegociación de la deuda con China y el canje de deuda por conservación.
Sin embargo, esto ha sido insuficiente para evitar que, hasta el final de 2023, por ejemplo, el llamado servicio de deuda se encamine a un total de $6.858 millones.
De ese monto, $2.434 millones son intereses que normalmente se pagan con parte de la recaudación anual de impuestos; mientras que $4.424 millones son vencimientos o amortizaciones que normalmente se pagan con nueva deuda, es decir, cambiando deuda antigua por endeudamiento fresco (este tipo de operaciones no aumentan el monto total de la deuda pública).
Ante el poco espacio de financiamiento externo, Ortiz puntualizó que el Gobierno se ha “quedado cómodo pidiendo dinero al IESS y eso quiere decir que no entra dinero fresco de fuera para darle más liquidez a la economía”.
En 2024, tomando en cuenta el déficit fiscal y el servicio de la deuda, el próximo Gobierno deberá conseguir financiamiento por al menos $11.000 millones.
Si no consigue todo ese monto, una parte tendrá que acumularse como atrasos pendientes de pago.
Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, explicó que entre enero y septiembre de 2023 ya se generó un déficit fiscal de $2.600 millones y atrasos de $1.600 millones.
Dinero disponible
El nuevo Gobierno iniciará con un saldo en la caja, es decir dinero disponible para gastar, de no más de $250 millones; pero, en el contexto de la respuesta ante el fenómeno de El Niño, podrá echar mano de $869 millones en créditos de emergencia contratados por el Gobierno de Lasso
Con la recaudación mensual de alrededor de $1.000 millones en impuestos, le alcanzará para nómina y otros gastos como intereses de deuda y bonos sociales; pero quedará un hueco de $300 millones a $400 millones mensuales que se debe conseguir mediante deuda o convertirse en atrasos.
La situación fiscal se complicará aún más desde 2025. Ecuador deberá comenzar a pagar los últimos préstamos del FMI y subirá el peso de los pagos de los bonos de deuda externa. Así, en los próximos años, hasta 2027, solo por pagos del servicio de la deuda se desembolsarán $32.200 millones. (JS)
El servicio de la deuda pública superará los $6.800 millones al final de 2023. Esto representa casi tres veces lo que se transfiere por aporte estatal al IESS.
Los rubros más altos de la deuda pública
$16.657 millones por bonos externos
$24.402 millones por préstamos de multilaterales
$3.493 millones por deuda china
$21.698 millones por deuda interna
$1.494 millones en atrasos
Gobierno pagó $4.989 millones de deudas de otras administraciones
El ministro de Economía, Pablo Arosemena, explicó que, desde mayo de 2021 a la fecha, el Gobierno de Guillermo Lasso ha hecho un esfuerzo para pagar $4.989 millones de deudas que se venían arrastrando desde hace 14 y 15 años.
Así, por ejemplo, se pagó $690 millones a gobiernos locales, $1.253 millones al IESS, $309 millones por arbitrajes internacionales perdidos, $576 millones de compensaciones jubilares y $2.026 millones al Banco Central del Ecuador (BCE), entre otros.
En el caso de la deuda con el BCE, todavía falta por pagar un poco más de $6.000 millones. Entre 2014 y 2017, el expresidente Rafael Correa se gastó más de $8.000 millones de las reservas internacionales y provocó un hueco que todavía se pagará por algunos años más.
A pesar de este esfuerzo de cubrir deudas de años, las finanzas públicas ecuatorianas siguen complicadas y con poco espacio ante un esquema rígido de gasto público.
El Gobierno de Lasso ha pagado, en promedio, más de $178 millones mensuales para tratar de cubrir deudas que se gestaron en otras administraciones.