Rohon dejará un esquema para eliminar el subsidio a los peajes y poder dar mantenimiento a las carreteras. Más de $200 millones quedarán para obras en el próximo Gobierno.
César Rohon, ministro de Transporte y Obras Públicas, asumió el cargo hace cuatro meses, en medio de un escenario político y económico complejo.
Asegura que debe haber un cambio radical en el modelo de gestión del país, pero recalca que, a pesar de todo, se dejarán varias obras además de financiamiento por más $200 millones para que el próximo Gobierno construya desde el minuto uno.
Para Rohon, las vías del país no se pueden mantener sin un esquema de peajes eficiente y sin subsidios.
P. ¿Por qué parece casi imposible mantener un buen sistema vial y hacer obra pública planificada en Ecuador? ¿Cuál es el problema de fondo que nos impide invertir en lo que realmente se necesita?
Hoy el Ecuador paga en subsidios de los combustibles $4.000 millones anuales. ¿Cree que el país puede seguir pagando eso? ¿Cree que el Ecuador puede seguir pagando 56 centavos de subsidio a cada carro que pasa por los peajes? No, aquí hay un problema estructural. El país como está el día de hoy no puede continuar. El país de a gratis no puede continuar. El modelo de gestión del Estado ecuatoriano está colapsado. Aquí hay que sentarse y buscar una salida técnico- política. Los recursos que van a subsidios deberían ir a educación, salud y vivienda. Son medidas bravas las que hay que tomar. Para eso están los nuevos políticos que llegan al poder, que van a tener que tomar medidas importantes porque hay que arreglar los problemas en el Ecuador. No podemos seguir pateando la pelota. Ya lo hemos venido haciendo durante bastantes años.
P. ¿En qué temas se está trabajando para dejar como legado en la línea de ir destrabando los problemas del país y solucionando las deficiencias estructurales?
Queremos dejar dos cosas. Por un lado, un nuevo sistema tarifario de peajes que empiece a ajustarse 10 centavitos cada año hasta cubrir los 56 centavos que actualmente tiene que poner el Estado como subsidio. Esto gratis ya no funciona. Las mejores vías son las que tienen peaje porque se incluye el mantenimiento. La propuesta es el sistema MPR (Mantenimiento por Resultados), con apoyo y crédito de la CAF. Esto implica hacer la vía y asegurar mantenimiento durante cuatro años. Antes de que se venzan los cuatro años, se tiene que concesionar la vía para que se cobre peaje y se pueda mantener. Eso es lo que estamos trabajando contrarreloj para dejar el esquema, por ejemplo, en la Troncal Amazónica. Esa vía de 200 kilómetros no la voy a poder concluir, no me alcanza el tiempo; pero la voy a dejar licitada bajo el esquema MPR. Las vías ya arregladas se deben concesionar porque el Estado no tiene ni capacidad ni recursos para mantener toda la red de carreteras en Ecuador. En Colombia, que no es un país dolarizado, el peaje mínimo es de 3 dólares y hay hasta de 7 dólares. Otra de las medidas estructurales es que cada concesionaria controle pesos y medidas porque hemos detectado que hay 45% de sobrepeso en las carreteras ecuatorianas. Por eso, muchas de las carreteras están hechas pedazos. Un tráiler que debería llevar 500 quintales, en realidad lleva 700. Gran zapada del transportista o del empresario. Las volquetas, que vienen con material minero en todo el eje desde Zamora Chinchipe-Loja-Catamayo-Zaruma-Puerto Bolívar, también tienen sobrepeso. Se debe controlar con ayuda de la tecnología (cámaras) y, si se está sobrecargado, se les debe cobrar por eso. Si está re contra sobrecargado, no se los puede dejar circular. Por eso luego se caen puentes que están para un cierto peso, pero pasa mucho más sin control.
P. ¿Cuánto realmente se ha ejecutado en obras en este 2023? ¿Qué trabas y nudos críticos encontró cuando hace cuatro meses asumió el cargo?
Yo soy invitado por el presidente Lasso a hacerme cargo de este ministerio faltando seis meses para terminar el Gobierno. Quizás muchos dirán que este señor está loco por aceptar un cargo de esta naturaleza. A mí me pidieron que venga a hacer obra pública. Eso es lo que venimos haciendo en cuatro meses. Hemos hecho muchísimas cosas. El problema principal que encontré es que había muchos temas parados por falta de recursos, por falta de anticipo, por falta de planilla, falta de fiscalización. Lo primero que hicimos fue ver la situación y ponernos a trabajar con una agenda prioritaria. Para dar un ejemplo, la obra de los puentes de Palanga estaba parada. Ahora ya están terminados 3 de los cuatro puentes. Otro ejemplo es el famoso puente sobre el Río Blanco. No había ni contrato ni anticipo. Tuvimos que hacer el contrato y el anticipo y estar atrás del Cuerpo de Ingenieros del Ejército igual que cualquier otro constructor para que avance la obra. Eso se terminará el 15 de noviembre de 2023. En mi gestión hemos levantado algunos puentes: dos puentes Bailey en Esmeraldas, otro en Echandía, otro en Las Tinieblas en Cotopaxi, otros dos en el Reventador, entre otros. Además, nos hemos encontrado con 11 puentes Bailey votados, que vamos a recuperar para que sirvan para atender las emergencias del fenómeno de El Niño hasta que lleguen los puentes de la licitación que ha llevado adelante el ministerio. El presupuesto para este 2023 es de $265 millones para obra pública. Ya está devengado $98 millones; pero están en marcha 47 proyectos por el total del monto presupuestado.
P. ¿Cómo se dejará la situación de la obra pública para el próximo Gobierno? ¿Las nuevas autoridades deberán partir de cero?
Van a quedar muchas cosas por hacer, pero lo que sí le puedo decir es que le vamos a dejar financiamiento para obras. Hemos recuperado un crédito que estaba parqueado, sin uso, desde el año 2020. Simplemente porque no hubo nadie que hiciera las gestiones y presentara los proyectos. Como si en el país sobrara el dinero. Lo hemos salvado y el próximo Gobierno, el próximo ministro tendrán disponible $222 millones con la Corporación Andina de Fomento (CAF) para proyectos. Yo dejo proyectos y plata. Es decir, un ministerio caminando. También se deja un crédito firmado con el Banco Mundial por $150 millones para enfrentar el fenómeno de El Niño. Estoy esperando otro crédito del Banco Mundial para la compra directa al fabricante de puentes Bailey; y con la CAF se está trabajando por $100 millones más en proyectos para Esmeraldas y Manabí. Todavía no está listo, pero ojalá en los 60 días que nos quedan podamos concretar $300 millones adicionales para 5 ejes viales y $85 millones de libre disposición para atender el fenómeno del Niño.
P. Luego de su experiencia de estos meses intensos, ¿Qué le recomendaría al próximo ministro de Transporte y Obras Pública en el nuevo Gobierno?
Cualquiera que gane es indistinto. Lo que se debe dar en el Ecuador, y de una vez por todas, es una transición racional y técnica. Que venga acá el nuevo ministro de Obras Públicas y le podamos presentar los proyectos e incluso llevarle a las obras. No tengo ningún problema. Vamos a recorrer el Ecuador para que sepa dónde está cada cosa y cómo está cada cosa. Eso es muy importante porque al próximo ministro le tocará enfrentar el fenómeno de El Niño. Hay que hablar con la nueva autoridad y su equipo para decir en qué estado está cada proyecto. Le podemos sugerir que continúe con lo que ya está en marcha para evitar retrasos o comenzar de cero. Si el próximo ministro cree que las prioridades son otras, entonces tendrá que hacer nuevos estudios y se tomará todo el tiempo de los procesos burocráticos en el país. Lo que a mí me ha funcionado es recorrer el Ecuador de cabo a rabo para ver dónde están las necesidades, dónde están los problemas y cómo se ejecutan las obras. En este sector existen demoras y retrasos, los procesos de contratación se pueden caer por diversos temas, e incluso la naturaleza no ayuda. Te puedes encontrar con una roca que es más dura que un taladro y no hay como romper la roca; o porque hay un talud que se viene abajo el cerro. Esto es ingeniería civil, esto es obra pública. Este no es un tema de soplar y hacer botellas. Yo lo que recomendaría al próximo presidente es que se divida el ministerio de Transporte y Obras Públicas, que es extremadamente grande, debe dividirse por lo menos en dos. Uno es el área de transporte, donde se manejan todas las concesiones y delegaciones viales. El otro es el área de obras públicas.
P. ¿Cuál es la principal traba burocrática para hacer obra pública de manera rápida y eficiente?
El problema grave del Ecuador es el sistema de contratación pública, que es extremadamente complejo y pesado. Primero debes tener un estudio, sin eso si no hay plata. Entonces tienes que hacer el estudio. Una vez que se hace el estudio, se tiene que mandar todo, con los costos y las especificaciones técnicas y económicas a Planifica Ecuador. Ese es el primer filtro. Una vez que te aprueba Planifica Ecuador, tienes que ir al segundo filtro que es el Ministerio de Economía. Entonces ahí existen dos opciones: o tienes recursos con cargo de Presupuesto del Estado (partida presupuestaria) o tienes con cargo a un crédito de un organismo multilateral. Luego, toca el tercer filtro que es la Contraloría General del Estado, donde te revisan y te aprueban o no. Solo recién después de pasar esos tres filtros se puede lanzar la licitación y publicarla en el portal de compras públicas. Esto puede tomar entre 45 días y 50 días. Desde que adjudicas hasta que se firma el contrato, se pueden pasar al menos 60 días más.
Me atrevo a decir que un proyecto normal desde cero no sale en menos de 6 meses.
Lo que me ha tocado hacer es meterme en todo lado. Irle a ver al uno y al otro, contarles las penas y los problemas para pedirles que ayuden a adelantar los plazos y los tiempos.
P. ¿Qué obras ya se han hecho y cuáles se podrán concluir adicionalmente en el poco tiempo que le queda como ministro?
Por ejemplo, hemos terminado el corredor Chongón- Santa Elena- Santa Elena- La Entrada. Es decir, la conexión Guayas-Santa Elena- Manabí, por un lado; y por otro lado está la conexión Manta- La Resbalosa- Cinco cerros. Entonces vas a tener un eje vial que te conecta Guayaquil- Santa Elena- Manta y por el norte te conecta Manabí hasta Esmeraldas. Todo en muy buenas condiciones. En el tema del corredor Naranjal-Tenguel, a cuatro carriles, ya hemos construido 5 puentes. De aquí a diciembre estarán terminados cinco puentes más. Voy a dejar al menos 20 puentes hechos al final de la gestión. Para hacer obras se necesita trabajar de lunes a lunes. Yo he recorrido el país entero. Yo me voy a las vías. Yo estoy atrás de las obras por eso se pudo rehabilitar el tren en Chimborazo. En el caso del tren se hizo un trabajo comunitario con 600 personas de las zonas involucradas para limpiar la vía férrea, cambiar durmientes y poner rieles. En los 60 días que me quedan se tiene que terminar el mantenimiento de los cuatro puentes sobre el río Guayas; se tiene que terminar el puente sobre el Río Blanco; se tiene que casi terminar Naranjal-Tenguel. Asimismo, se tiene que concluir el paso lateral de Loja, los puentes de Palanga, Mujeres de Piedra en Azuay; Manta-Rocafuerte; el puente de los Caras, La Resbalosa. (JS)