Ecuador ha tenido más de cinco intentos fallidos de reducir impuestos y aumentar exenciones para impulsar la economía y el empleo

El ministro de Economía, Pablo Arosemena, tiene un cambio cuesta arriba en su gestión.
El ministro de Economía, Pablo Arosemena, tiene un cambio cuesta arriba en su gestión.

El nuevo ministro de Economía, Pablo Arosemena, tiene un margen casi nulo para cumplir las propuestas que pregonaba como líder empresarial.

A partir de la llegada de Pablo Arosemena al ministerio de Economía, desde sectores empresariales, académicos, políticos e incluso sociales se han despertado las expectativas de que se implemente una política de reducción y eliminación de impuestos para reactivar la producción y el empleo.

Sin embargo, el margen para implementar una nueva reforma tributaria, luego de un paro violento de 18 días, se ha vuelto casi de cero con una Asamblea mayoritariamente en contra del Gobierno y a vísperas de las elecciones seccionales de 2023.

“Plantear una reforma tributaria en un país tan convulsionado es imposible y peligroso. Pero supongamos que se logra esa reforma, y se cumplen los sueños del ministro de bajar impuestos, lo único que vamos a provocar es menor caja fiscal y, por lo tanto, mayor endeudamiento”, dijo Napoleón Santamaría, abogado tributario y docente universitario.

Más marketing que realidad

Javier Bustos, abogado tributario y docente universitario, explicó que en los últimos años se han intentado más de cuatro cambios al sistema tributario para bajar impuestos y establecer esquemas especiales de exenciones para fomentar la inversión y la producción.

Esos intentos han tenido efectos mínimos en la economía e incluso han provocado menos recaudación para el Estado.

“No le encuentro otra explicación que un tema propio de marketing. Nos han vendido la idea de que, en Ecuador, con solo una rebaja de tal o cual impuesto, de la noche a la mañana habrá más inversión y más empleo. Al final del día, lo que se ha demostrado es que grupos económicos y empresas venían pagando impuestos se acogen a los esquemas de exenciones, dejan de pagar impuestos y aumentan su rentabilidad”, puntualizó.

Por su parte, Santamaría recordó que el Gobierno bajó los aranceles a más de 600 partidas en 2021. Además, en lo que va este 2022 ya se ha reducido casi un punto el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD). Pero, en la práctica, ni bajaron los precios de los bienes y servicios ni se produjo mayor actividad económica de manera sustancial.

Un ejemplo de esto es que, a pesar de todas esas medidas, la Inversión Extranjera Directa (IED) cayó a su nivel más bajo desde 2013 durante el primer trimestre de 2022. Esto debido a que pesó más temas como la imposibilidad del Gobierno de Guillermo Lasso de concretar reformas estructurales en la Asamblea como la del mercado laboral y de las inversiones.

Además, en el entorno de América Latina, de la mano de gobiernos de izquierda, se está apuntando más bien a reformas tributarias duras con aumentos mucho mayores en temas de patrimonio, IVA y renta. Esto se debe a que en todo lado se necesitan más ingresos ante los crecientes gastos que ha provocado la crisis económica.

Impuestos y crecimiento

Estudios internacionales de fuentes tan diversas como el Foro Económico Mundial o Tax Foundation apuntan a que, cuando los inversionistas deciden ir a un país, los impuestos no son la preocupación principal.

Así, está demostrado que economías con tarifas impositivas muy altas, en renta e IVA, pueden generar empleo e inversión si tienen a cambio un mercado dinámico, seguridad jurídica, una justicia independiente, normativa laboral flexible.

“En el caso de Ecuador, no hay más empresas ni más capital foráneo porque, de vez en cuando, se paraliza todo o hay una asamblea que quiere botar al Presidente. Este es un país que representa riesgo para poner un dólar más en cualquier inversión o industria”, recalcó Busto.

En este sentido, Arosemena debe enfocarse en trabajar para mejorar la calidad del gasto y reducir los niveles de corrupción en el manejo de los recursos públicos. Además, de la mano de Francisco Briones, director del Servicio de Rentas Internas (SRI), se debe incentivar una cultura de transparencia y lucha contra la evasión, la cual tenga como contraparte una mayor inversión en sectores sociales y obras de infraestructura.

“No solo que hay poca plata, sino que una buena parte de ella se dilapida en corrupción. Esa corrupción, tanto en el sector público como privado, se presenta desde el mensajero hasta el gerente general”, aseveró Santamaría. (JS)

Tres acciones concretas contra la evasión de impuestos

El ministro de Economía, Pablo Arosemena, y el director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Francisco Briones, deben trabajar en conjunto para implementar acciones concretas en la lucha contra la evasión de impuestos.

En primer lugar, se deben realizar auditorías más especializadas y profundas a grandes contribuyentes. En segundo lugar, se tiene que expandir el control para los que pagan cero impuestos bajo el membrete de que son informales (No tiene RUC, tienen RUC y no declaran, o están inscritos en regímenes simplificados sin sustento).

Estas acciones, además de una buena dirección, necesitan de mayores asignaciones de recursos o utilización de personal y herramientas existentes en otras áreas del sector público. El SRI no tiene ni la nómina ni la tecnología indispensable para recaudar más.

Asimismo, mediante una buena estrategia de comunicación, y más inversión pública, Arosemena y Briones pueden poner presión para que la Asamblea apruebe instrumentos importantes como el convenio de intercambio de información tributaria con Estados Unidos.