Correa, un cáncer que está haciendo metástasis en los cerebros de los habitantes de este país

Antonio Ricaurte

  1. Hay que tener la suficiente capacidad para asumir, ser conscientes y tener la claridad, para saber y entender que el correísmo ya murió. Sabiendo y entendiendo eso, es fundamental dejar de mencionar a Correa, dejar de tomarle en cuenta, dejar de tenerle miedo, y dejar de creer que volverá al poder ( cosa que nunca pasará).
  2. Dando ese gran paso, es de vital importancia: abrir los ojos y dejar de apoyar, ayudar, y tapar a cualquier alternativa al correísmo, y que nos puede destruir como país. Correa es el gran problema de este pueblo. Tener a Correa como centro del debate es un error fatal.
  3. Correa existe solo en la cabeza de los opositores, en el cerebro de los que le odian, en el de los que le tienen miedo, en la cabeza de los que les aterra la idea de que vuelva al poder. Cosa que no pasará: está muerto. Su techo es de concreto, su forma de actuar le mató. Le mató su negativismo, su toxicidad, su idioma político del ataque, su trastorno límite de la personalidad, que le hace bipolar,  y su personalidad narcisista. Correa es un cáncer que se ha expandido a todos los cerebros de la gente del  país, principalmente al de los opositores. Eso está matando al Ecuador.  Eso está destruyendo más de lo que destruyó su paso prolongado por el Gobierno.