Lasso ha gastado entre $1.500 y $2.000 millones mensuales, pero la calidad de los servicios públicos y la infraestructura está lejos de ser óptima

HECHO. El presidente de la República, Guillermo Lasso, no ha sabido lidiar con un sector público ineficiente y lleno de trabas.
El presidente de la República, Guillermo Lasso.

El ‘ajuste neoliberal’ de la actual administración es un mito. Por un lado, se ha buscado reducir impuestos; pero no se ha hecho nada para compensar con gasto público eficiente.

Ahora que estamos al inicio de un nuevo periodo electoral, se vuelven a encender los discursos que afirman que gran parte de los problemas del país se debe al supuesto “ajuste neoliberal” del Gobierno del presidente Guillermo Lasso.

Por lo tanto, la solución sería más gasto público y más Estado. Sin embargo, en los hechos, la actual administración no redujo el gasto estatal.

Según un análisis de Pablo Lucio Paredes, economista y docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), el gasto de todo el Sector Público No Financiero, que incluye empresas públicas y el IESS, aumentó en $5.000 millones entre 2021 y 2022.

El año pasado, solo en el Gobierno Central, se gastaron $24.858 millones, es decir, más de $2.000 millones mensuales.

Durante los primeros cinco meses de 2023, asimismo, ya se desembolsaron $9.759 millones, lo que representa más de $1.500 millones al mes.

El 54% de ese monto se destinó a pagar sueldos de la burocracia estatal, a transferir recursos a los gobiernos locales y a pagar el aporte estatal al IESS.

Según Roberto Mendoza, economista y consultor, el Gobierno no ha podido lidiar con una estructura pública rígida; con ineficiencia y corrupción en las empresas públicas; y con las crecientes exigencias de más gasto.

“Lo que debería cuestionarse la gente es si tiene sentido destinar casi $10.000 millones a pago de sueldos de la burocracia hasta finales de 2023; mientras para inversión en obras solo queda el equivalente a menos del 30% de ese monto. Si no se prioriza, el gasto público se desperdicia”, puntualizó.

Dinamización de la economía

Candidatos presidenciales de todas las tendencias ya apuntan a la vieja fórmula de que más gasto público dinamiza la economía. Y aseguran que en eso ha fallado Lasso.

Sin embargo, Lucio Paredes cuestiona ese lugar común porque, para que el Estado gaste más, se necesita sacarles más recursos a los ciudadanos vía impuestos o deuda. Así, el resultado neto es nulo.

Además, también está el tema de que cualquier gasto, público o privado, no es realmente importante porque “mueve la economía”, sino más bien cuando produce incrementos en productividad o aumentos de satisfacción.

De acuerdo con Lucio Paredes, el gasto privado siempre es mejor porque se basa en decisiones libres de familias y empresas en busca del mayor beneficio.

En cambio, solo una parte del gasto estatal cumple con esa premisa, porque pagamos impuestos de manera obligatoria y luego el Gobierno “impone” en qué se destina.

“En ciertos casos, obviamente, genera productividad vía salud o seguridad o justicia, pero en muchísimos otros casos no hay ni satisfacción ni productividad. Un ejemplo son los cientos de trámites o controles del Gobierno: ¿en qué mejora la sociedad? E incluso en los casos ‘positivos’ señalados, el Gobierno lo hace con baja eficiencia y eficacia: utilizando mal los recursos y sin cumplir bien objetivos”, puntualizó.

En este sentido, la visión del Gobierno sobre eliminar o bajar impuestos va en la línea correcta; pero, si no se sustenta con un menor y mejor gasto público, el esfuerzo queda en nada. (JS)

Solo entre enero y mayo de 2023, el total de gastos en el Presupuesto General del Estado (PGE) llegó a $9.759 millones; pero los ingresos se quedaron en $8.714 millones.

Visión liberal con reglas del socialismo del siglo XXI

Varios años antes de llegar a Carondelet, desde el tanque de pensamiento de Ecuador Libre, Guillermo Lasso estableció todo un plan de Gobierno de corte liberal. El objetivo era impulsar el empleo y el crecimiento lejos de las tradicionales fórmulas estatistas.

Sin embargo, en poco más de dos años, y con solo seis meses más en el poder, las promesas liberales se han quedado en el papel.

Pedro Donoso, director de Icare Inteligencia Comunicacional, durante una entrevista en el programa Políticamente Correcto, aseguró que el problema de fondo es que las reglas del juego vigentes en el país son incompatibles con el modelo económico que quiso implementar Lasso

“Lasso intentó hacer un Gobierno liberal con reglas del socialismo del siglo 21. Por eso fracasa”, puntualizó.

Así, unas leyes, pero sobre todo una Constitución, profundamente estadistas, han contribuido a que no se pueda desmarcar de la inercia del gasto público ineficiente, e incluso, según un análisis de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), que los esfuerzos por reducir o eliminar impuestos provoquen más problemas presupuestarios y mayor déficit fiscal (más gastos que ingresos).