Gobierno bajó o redujo más de 10 impuestos en dos años ¿ Cuáles son esos impuestos y qué efecto ha tenido en los ingresos tributarios?

La administración de Lasso defiende que el objetivo es reactivar la microeconomía y quitar cargas distorsivas a los ciudadanos. Sin embargo, la caída en los ingresos tributarios complican las finanzas públicas.

A través de su cuenta de Twitter, el director del Servicios de Rentas Internas (SRI), Francisco Briones, dijo: «Junto al presidente Lasso eliminamos y reducimos más de 10 impuestos y la recaudación sigue creciendo».

Por su parte, el ministro de Economía, Pablo Arosemena, durante casi todas sus últimas declaraciones públicas, ha resaltado que, desde que él y Briones están al frente del manejo económico y tributario, se ha implementado una política clara de reducir impuestos y dejar más dinero en el bolsillo de los ciudadanos.

Incluso, Arosemena ha llegado a decir que esa línea de acción no se pudo desplegar antes porque se tenía la camisa de fuerza del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según Briones, los más de 10 impuestos eliminados y reducidos por el Gobierno de Lasso son los siguientes:

Eliminación del impuesto a los Consumos Especiales (ICE):

-Servicio de telefonía fija prestado a las sociedades

-Servicios de telefonía móvil a personas naturales

-Videojuegos

-Calefones y sistemas de calentamiento de agua a gas

-Vehículos motorizados híbridos y eléctricos

Tarifa 0% de IVA a:

-Mascarillas, oxímetros, alcohol y gel anti bacterial

-Toallas sanitarias, tampones, copas menstruales y pañales desechables populares

-Arrendamiento de tierras destinadas a uso agropecuario

-Servicios prestados establecimientos de alojamiento turístico a turistas extranjeros

Reducción del impuesto a los Consumos Especiales (ICE):

-Armas de fuego y municiones

-bebidas alcohólicas y no alcohólicas

Reducción de Impuesto a la Salida de Divisas (ISD):

-Del 5% al 4% en 2022

-Del 4% al 2% en 2023

-Tarifa 0% para aerolíneas

¿ Qué pasó con los ingresos tributarios ?

Desde el Gobierno, tanto Arosemena como Briones han repetido en múltiples ocasiones que, tal como se pregonaba desde Ecuador Libre, la reducción y eliminación de impuestos ha aumentado la recaudación y los ingresos públicos.

En un reciente comunicado, el SRI aseguró que, entre enero y mayo de 2023, se generó una recaudación bruta de $8.278 millones, lo que representó $291 millones más $3,6%) en relación a 2022.

Sin embargo, lo que realmente ingresó al Presupuesto General del Estado (PGE), como recursos netos disponibles para el gasto público (luego de devoluciones, cruces, entre otros), fue de $6.745 millones. Esto representó $250 millones menos que los $6.995 millones ingresados entre enero y mayo de 2022.

Es más, los ingresos tributarios de los primeros cinco meses de 2023 son incluso más bajos que los $6.846 millones de 2019 (pre pandemia).

Mientras la recaudación del IVA sigue creciendo (cada vez a menor ritmo) y el impuesto a la renta dio un salto de más de dos dígitos como resultado de la reducción de deducciones de gastos personales (primera reforma tributaria de Lasso, otros tributos como el ISD están cayendo.

«Contrario a lo que el ministro Arosemena ha sostenido, la reducción en la tasa del ISD no ha provocado un aumento en su recaudación. Ese efecto se dio transitoriamente en la primera mitad de 2022 y se debió a un repunte en las
importaciones como consecuencia del rebote del consumo y de la actividad económica en general luego de la pandemia. Pero a partir de agosto del año pasado la recaudación de ese impuesto (el tercero en importancia desde el
punto de vista fiscal) viene registrando caídas interanuales consecutiva», puntualizó un análisis de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).

La reducción o eliminación de impuestos no genera necesariamente un aumento inmediato ni de la actividad económica ni del nivel de inversión.

Ante un presupuesto estatal en cifras rojas, organizaciones como Cordes han dicho que, con el fin de ser sostenible, cualquier medida de reducción o eliminación de impuestos debe estar acompañada por cualquiera de dos opciones:
reduciendo el gasto permanente en una magnitud similar o elevando otros ingresos también permanentes.

«Si las rebajas impositivas (la del ISD o la del Impuesto a la Renta que ahora promociona el gobierno en su primer decreto ley) no se compensan de algún modo, su impacto en el PGE es el mismo que el de un alza en el gasto permanente: un aumento difícil de revertir en el déficit y en las necesidades de financiamiento», aseveró Cordes en su último análisis.

Este análisis de Cordes, que va en la línea de que las metas de recaudación no se conseguirán y el déficit fiscal (más gastos que ingresos) será mayor de lo presupuestado hasta finales de 2023, despertaron la reacción inmediata del Gobierno de Lasso.

Así, por ejemplo, Briones dijo, a través de su cuenta de Twitter: «¿Que este Gobierno dejará una situación fiscal peor a la que heredó? Solo un sesgo ideológico impuestero-fiscalista puede sostener tal aseveración. Hay que recordarles que se recibió déficit en -7% y está en -2%. La recaudación es mayor al 2022 y la meta al 98%».

Además, el director del SRI aseguró que las decisiones fiscales del Gobierno son técnicas, progresivas y ordenadas.

«Que las condiciones externas puedan provocar un deterioro para los próximos años es muy distinto. ¿O acaso dirán ahora que el Gobierno trae el invierno, El Niño, la consulta popular, y demás problemas externos?», añadió.

Por su lado, el ministro Arosemena emitió una carta pública donde desmintió punto por punto el análisis de Cordes y recalcó que el reducción de impuestos es lo correcto. Asimismo, aseguró que el objetivo es quitar cargas distorsivas e impulsar la macroeconomía. (JS)