Santiago José Gangotena: ‘Hemos gastado mucho en cosas inservibles, que no han generado condiciones para producir más y mejor a futuro’

PERSONAJE. Santiago José Gangotena cree en el potencial del ecuatoriano trabajador y creativo.
PERSONAJE. Santiago José Gangotena cree en el potencial del ecuatoriano trabajador y creativo.

Santiago José Gangotena, vicedecano de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), dice que para invertir mejor  se necesita limitar el poder del Estado, junto con el poder de los grupos de presión con conexión política.

Santiago José Gangotena, vicedecano de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), considera que Ecuador necesita más libertad económica, más prueba y error desde el sector privado, para invertir y potenciar el crecimiento económico.

“Desde el Estado hemos gastado mucho en cosas inservibles como terrenos aplanados y queremos repetir la misma receta de que el gasto público lo soluciona todo. Si no entendemos cómo gastamos, y tampoco le ponemos límites al Estado, seguiremos caminando en el mismo terreno”, dice el catedrático en una entrevista con LA HORA.

P ¿Ecuador está sobrediagnosticado? ¿Tenemos realmente las estadísticas y la información necesaria para saber dónde y cómo debemos invertir para salir del subdesarrollo?

Puedo decir a ciencia cierta que no existen buenas estadísticas, pero eso no es un problema sólo del Ecuador, sino que es un problema a nivel mundial. Uno de los principales errores es cómo medimos el crecimiento económico. Normalmente, se toman en cuenta tres factores:  trabajo (personas y horas de esfuerzo), capital (bienes de producción como computadoras, máquinas, sillas, carreteras) y productividad (cómo se combinan capital y trabajo para producir más). La gran falla en países como Ecuador es cómo calculamos el nivel de capital en la economía. Por ejemplo, si una empresa compra 1.000 dólares en computadoras obsoletas, que no funcionan, lo que quiere decir es que, aunque gastaste 1.000 dólares, tu capital no ha incrementado en 1.000 dólares. En general, en la empresa privada existen todos los incentivos para corregir esto porque si no lo haces pierdes dinero y puedes quebrar. En el sector público ocurre lo contrario. En Ecuador hemos contabilizado inversión inútil como gasto de capital. Por ejemplo, más de $1.000 millones para el aplanamiento de un terreno. Entonces, en capital estamos probablemente sobreestimando lo que tenemos y ese es un problema enorme.

P. ¿Por qué sobreestimar el capital es un problema enorme?

Porque esto me lleva directamente al diagnóstico. Sí hay muchísimo capital, pero la economía está creciendo poco, quiere decir que entonces nuestra productividad es baja (el diagnóstico típico para el Ecuador). Pero si subestimamos el capital, es decir, tenemos 5 unidades de capital en lugar de 10, y aún así producimos tanto; el problema no es de productividad, sino de falta de capital. Hemos gastado mucho en cosas inservibles, que no han generado condiciones para producir más y mejor a futuro. Así, en Ecuador se paga entre dos a tres veces más de lo que valen los bienes de capital. Es decir que hemos desperdiciado recursos en carreteras mal hechas, terrenos aplanados. En el sector público no existen incentivos para gastar bien porque en teoría el Estado nunca quiebra. En la llamada inversión pública se incluye incluso contratación de personal como si fuera aumento de capital. Eso es pura ineficiencia.

P. Entonces, la solución no pasa por pedir que el Estado gaste más. ¿Qué se debe hacer para cambiar esa ineficiencia?

La única forma de que se gaste con más eficiencia es que la inversión pública sea más pequeña y la inversión privada sea mucho más grande. Es decir, lo que necesitamos son políticas que incentiven la formación de capital privado. El Estado no debe definir en dónde invierten los privados; sino que debe ser un proceso de mercado, de prueba y error. Ni yo, ni ningún economista, sabe realmente en qué se debería invertir en Ecuador. Lo que se debe hacer es dejar que haya más empresas privadas que vayan probando distintas combinaciones de capital para encontrar combinaciones exitosas. Que se deje que la gente se junte fácilmente, que forme empresas fácilmente. ¿Qué es mejor? Una sola gran prueba y error dirigida por el Gobierno donde, si se equivocan, nos jodemos todos. O muchos pequeños núcleos de prueba y error donde, si se equivoca, pierde la persona que invirtió, pero nos beneficiamos todos porque está quedando mayor valor para toda la economía. Sin embargo, los procesos productivos se frustran por la burocracia, la tramitología y la pesada carga de impuestos. Tenemos dos impuestos que nos hacen poco competitivos. El Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), que ya está bajando, pero debería eliminarse de una. Y el otro es el impuesto de las utilidades.

P. Entonces, ¿no es cierto que somos estadistas por cultura, sino que el problema es la falta de incentivos?

El ecuatoriano promedio quiere trabajar, quiere producir y es muy creativo. El problema es que es muy caro. Los incentivos en el país se concentran en la redistribución de la riqueza y no en la producción y la inversión.  En el plano político, esa redistribución no implica necesariamente quitar a los ricos para dar a otros. Realmente lo que prima es quitarles a los grupos que no tienen cabildeo, que no tienen conexión política, y retribuir hacia los grupos que sí tienen conexiones políticas, independientemente de si son ricos o pobres. En otros países también existen esos grupos de presión, pero a través del ADN nacional, es decir, la Constitución, donde se limita claramente hasta dónde va lo público y lo privado. En Ecuador, esos límites no existen y hasta dónde puede llegar el poder del Estado depende del Gobierno de turno. Nuestra Constitución es tan amplia, y al garantizar tantos derechos, se justifica la intromisión estatal en casi cualquier arista. El momento en que el Estado o el Gobierno puede entrar en cualquier arista de la vida de las personas, se configura el perfecto escenario para que los grupos de presión busquen favores de los políticos. La Constitución debe limitar el poder del Estado en favor de la libertad y el desarrollo del ciudadano. (JS)

“La falta de mantenimiento de los bienes de capital se da porque es políticamente apetecible construir una carretera (da votos), pero darle mantenimiento no es rentable, a menos que esté destrozada, donde el político puede decir que él la reconstruyó o arregló”.

 Santiago José Gangotena, vicedecano de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ)