Con o sin aumento de tarifa eléctrica, la cuenta por mayores costos y apagones la pagan los ciudadanos

SERVICIO. El valor de las planillas está subsidiado y el servicio es deficiente.
SERVICIO. El valor de las planillas está subsidiado y el servicio es deficiente.

Las medidas de emergencia para enfrentar la crisis aumentan el costo de la energía, pero las tarifas no subirán. Sin embargo, los ecuatorianos igual pagan más por otras vías.

En los últimos días, en medio de la crisis energética y los apagones, desde las cuentas de redes sociales de entidades públicas se ha impulsado una campaña para aclarar que no se aumentará el costo del servicio eléctrico en el país.

“La tarifa nacional del sector residencial se mantiene en 10,4 centavos de dólar por kilovatio – hora (kWh). No habrá incremento por motivo del estiaje”, dice uno de los principales mensajes divulgados.

Este tipo de aclaraciones se dan en el contexto de que, como publicó LA HORA durante el 27 de octubre de 2023, la mala gestión y la falta de inversiones provocaron la vuelta a los apagones y las acciones de emergencia para aumentar la generación eléctrica costará al menos $1.000 millones.

Esos mayores costos, que incluyen compra de energía cara desde Colombia y mayor generación térmica con combustibles subsidiados, hacen que el costo real de cada kilovatio-hora aumente hasta un 185%.

Sin embargo, para evitar más malestar social, según Rosa Andrade, ingeniera eléctrica, las autoridades salen a decir que se cobrará lo mismo por el servicio, aunque efectivamente se está gastando más para proveer electricidad en el país.

En la lógica de que el Estado nunca pierde o quiebra, se prefiere tapar un hueco, pero abrir cinco más. El dinero que ahora se utiliza para intentar suplir la falta de gestión, e incluso la negligencia, en el sector eléctrico, significa menos recursos para otros sectores como salud, educación, gobiernos locales, IESS. Mantener la tarifa eléctrica en realidad termina costando más a los ciudadanos y al país porque como supuestamente el Estado siempre paga todo, se desincentiva la eficiencia y la buena administración”, dijo.

Actualmente, las cuentas fiscales ya tienen un déficit (más gastos que ingresos) de más de $3.000 millones, y la cifra podría superar los $5.000 millones en diciembre, durante el primer mes del presidente Daniel Noboa.

En este escenario, tapar el mayor costo de la electricidad, que incluye un consumo de más de 480.000 barriles de combustible subsidiado por mes, tiene como consecuencia directa más endeudamiento público y más atrasos o cuentas pendientes con proveedores (pymes), municipios y prefecturas, entre otros.

Tarifa y costos

A pesar de la campaña oficial que tranquiliza a la ciudadanía con el mensaje de que la tarifa se mantiene, el mismo viceministro de Electricidad, Juan José Espinosa, dijo la semana pasada, durante una entrevista televisiva, que “el pliego tarifario debe revisarse para que el sistema pueda tener mayor liquidez. Lo que está pagando el consumidor final no alcanza”.

Fernando Salinas, docente universitario y expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha (Cieepi), puntualizó que la actual tarifa no cubre los costos de las tres etapas del servicio eléctrico: generación, transmisión y distribución.

Menos aún se puede aspirar a invertir para ampliar la capacidad eléctrica del país y cubrir una demanda que cada año aumenta en al menos 250 megavatios de la mano de mayor consumo residencial, más automóviles eléctricos, más actividad minera, entre otros.

La tarifa promedio debería subir a por lo menos 15 centavos por kilovatio-hora para cubrir los costos.

“Este es un tema crítico, con un componente social de por medio, pero la ciudadanía tiene que entender que, si no pagamos un poco más, no vamos a tener como solventar el crecimiento de esa demanda, es decir, no se podrán construir nuevas centrales hidroeléctricas, entre otras inversiones necesarias”, puntualizó Salinas.

El resultado final es que a los ecuatorianos les sale más caro el servicio vía apagones, mala calidad del servicio, falta de infraestructura, rezago tecnológico y de inversiones, entre otros factores.

En la constitución de Montecristi se estableció como una excepción a la inversión privada en sectores estratégicos como el eléctrico. Por eso, existen un sinnúmero de trabas que no existen en otros países como Colombia donde, por ejemplo, la mayoría de la generación térmica (que es la más cara) está en manos de privados.

En el caso ecuatoriano, precisamente la generación térmica es la que más se ha descuidado y, de una capacidad instalada de 2.000 megavatios, solo se tiene operativa un poco más de 900 megavatios debido a la falta de mantenimiento y recursos públicos para invertir. (JS)

Revisar el subsidio a grandes empresas

Otro tema pendiente es la revisión de la tarifa preferencial nocturna de 5 centavos por kilovatio-hora para alrededor de 400 grandes industrias (incluidas minas como Mirador).

Ese subsidio, que se creó como un incentivo a cambio de la generación de nuevo empleo, no ha cumplido sus objetivos, según un informe del Ministerio de Energía, pero al año cuesta entre $80 y $100 millones.

Se suman voces que apuntan a que se elimine este tipo de tarifas preferenciales y que las grandes industrias paguen el costo real del servicio.

A la par, se deben impulsar cambios legales para facilitar la inversión privada en autoabastecimiento de energía. Es decir, abrir la puerta para que los mismos privados, sobre todo los medianos y grandes, puedan generar electricidad para autoconsumo y así aliviar la carga del Estado.

En esta línea, durante una entrevista con LA HORA, Valentina Centeno, jefa de bancada de ADN (coalición política de Daniel Noboa), explicó que, dentro de las leyes económicas urgentes que están preparando, se incluye una con relación precisamente a la autogeneración eléctrica desde el sector privado.

A todas estas medidas, se debe añadir un real esfuerzo por despolitizar y desburocratizar a las empresas públicas de electricidad, sobre todo las distribuidoras porque son las que tienen más problemas e ineficiencias.

Costos de la electricidad

El consumo de combustibles como diésel ha aumentado más del 90% en el sector eléctrico para alimentar la generación térmica en medio de la crisis.

La energía que se compra a Colombia puede llegar a costar hasta 57 centavos por kilovatio-hora.

En Ecuador, por un consumo de hasta 300 kilovatios-hora, la tarifa llega a 10,4 centavos de dólar; mientras en Colombia y Perú, el costo supera los 16 centavos de dólar en el sector residencial.