Los subsidios a los combustibles limitan el financiamiento internacional para Ecuador

HECHO. El subsidio a los combustibles cuesta entre $250 millones y 375 millones mensuales.
HECHO. El subsidio a los combustibles cuesta entre $250 millones y 375 millones mensuales.

Los organismos multilaterales no ven a Ecuador como un país pobre que requiera un mayor financiamiento e incluso condonación de deudas.

Cada vez que Ecuador  busca financiamiento internacional debe cargar con el peso que tienen los subsidios a los combustibles. Eso lo cabe bien Norma Méndez, economista con experiencia en proceso de desarrollo de energías renovables con organismos multilaterales.

La experta comentó que cuando representantes del país salen en busca de mayores cupos de financiamiento bajo el argumento de que se necesita porque somos un país pobre, la respuesta va más o menos así:

Ecuador no es un país pobre porque vemos que se da el lujo de gastar entre $3.000 millones y $4.500 millones anuales en subsidios a los combustibles. Eso quiere decir que sí tienen recursos y, de manera libre, los ecuatorianos deciden destinarlo a ese fin y no gastar esos miles de millones en obra pública, educación, salud, entre otros fines”.

Así, de acuerdo con Méndez el país pierde varias oportunidades de financiamiento de proyectos. Además, queda fuera de la lista de economías que se toman en cuenta para condonaciones de deudas.

“Al final, Ecuador con muchos esfuerzos consigue créditos, pero cada vez se queda relegado entre los países que no van en la línea de la transición energética, la lucha contra el cambio climático. Estamos perdiendo muchas oportunidades de desarrollo y gastando miles de millones en uno de los subsidios más ineficientes que existe”, concluyó Méndez.

El peso y las restricciones que nos impone el subsidio a los combustibles se hacen más visibles actualmente cuando el Gobierno de Daniel Noboa ha salido a decir que no tiene suficiente dinero para cubrir con todos los gastos y obligaciones del Estado.

El ministro de Economía, Juan Carlos Vega Malo, ha dicho que se está buscando financiamiento de los multilaterales para reducir el nivel de atrasos con proveedores, gobiernos locales, IESS, entre otros, y pagar sueldos de la burocracia.

Pérdida por partida doble

En este escenario, los subsidios a los combustibles complican al país por partida doble. Por un lado, restan miles de millones que podrían destinarse a todos esos fines sin necesidad de endeudarse para eso. Por otro lado, reducen posibilidades de acceder a financiamiento para más proyectos que impulsarían el desarrollo y el empleo.

“Estamos pugnando por recibir unos $2.000 millones adicionales de créditos solo para cubrir los gastos de diciembre, pero podría obtener ese valor o más cada año si se focalizan o eliminan los subsidios a los combustibles de manera inteligente”, apuntó Carlos Alberto Mendoza, economista e investigador.

Incluso con un sistema que proponga aumentar un centavo al mes el costo de las gasolinas, y compensando a los más pobres y a sectores sensibles como la transportación, se podría liberar de manera inmediata recursos para las múltiples necesidades que tiene el país.

En este sentido, el exministro de Economía, Mauricio Pozo, ha dicho que el expresidente Lasso cometió un error grave, y sin sentido, cuando eliminó el sistema de bandas que subía el precio de los combustibles a razón de 3% al mes.

Esa decisión desmontó un proceso ya en marcha de eliminación de los subsidios, complicó las finanzas públicas y ni siquiera evitó que en junio de 2022 estallara un paro violento que provocó millonarias pérdidas para el país.

Energías renovables

Otro aspecto negativo de mantener altos subsidios a los combustibles es que se desincentiva el desarrollo de proyectos de energías renovables.

En su momento, la excandidata vicepresidencial, Andrea González, contó que ha visto de primera mano cómo se cierra el financiamiento internacional para energías limpias debido a los subsidios.

Además, se le pone una competencia desleal a los jóvenes que buscan desarrollar propuestas innovadoras, pero chocan con un país donde es “más fácil”, importar combustibles y mantener el mismo esquema ineficiente de producción.

Actualmente, las fuentes renovables alternativas como la eólica, solar y biomasa representan menos del 5% de la generación eléctrica de Ecuador debido a una combinación de trabas burocráticas, leyes que desincentivan la inversión privada y altos subsidios a los combustibles.

La ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, aseguró que se va a apostar al desarrollo de esas fuentes alternativas e incluso anunció la intención de crear un Fondo de Eficiencia Energética. Sin embargo, para que estos esfuerzos tengan la suficiente fuerza internacional, se debe revisar el tema del subsidio a los combustibles. (JS)

Gran parte del subsidio mantiene barato el diésel en Ecuador. Esto está alimentando el contrabando y otros negocios ilegales. El consumo de diésel se ha disparado más del 16% en medio de una economía en crisis.

Renegociar deudas también se complica con los subsidios

Ante la escasez de recursos y el creciente déficit fiscal (más gastos que ingresos), que cerró en $5.000 millones en 2023 y en al menos $6.000 millones en 2024, el exministro Economía, Mauricio Pozo, ha asegurado que al Ecuador no le queda otro remedio que intentar una nueva renegociación de deudas como los bonos externos.

En el Gobierno de Lenín Moreno, y en medio del golpe económico de la pandemia, se logró ampliar plazo, bajar el monto de la deuda y mejorar las condiciones de pago de los bonos de deuda externa.

Se le dio al país unos años con pagos bajos de intereses hasta arreglar sus finanzas públicas. Eso no sucedió y ya desde 2023 se registra un aumento en el servicio de la deuda pública. Ese servicio se hará incluso más pesado a partir de 2024, con un pico importante en 2026.

Así, para evitar caer en impago o default, el Gobierno de Noboa debería pensar seriamente en plantear a los acreedores una nueva renegociación para volver a ampliar plazos y bajar costos.

Sin embargo, para que una propuesta ecuatoriana sea viable, se deberá presentar un plan económico con medidas fuertes como la eliminación del subsidio a los combustibles, sobre todo después de que la mayoría de los ecuatorianos decidieron dejar de explotar el bloque petrolero ITT.

De otro modo, los acreedores no tendrían ningún incentivo a darle más tiempo de pago a Ecuador si se ve que las finanzas públicas van a seguir complicadas y sin reformas de fondo.