Petroecuador ha establecido el 31 de agosto de 2024 como la fecha tentativa para dejar de explotar el bloque petrolero que actualmente produce 56.000 barriles diarios. El desmontaje de toda la infraestructura puede tomar hasta 10 años.
A la fecha, según Reinaldo Armijos, gerente de Petroecuador, se está explotando con normalidad el ITT. Se tiene una producción de alrededor de 56.000 barriles de crudo al día.
Todavía no se ha desmontado nada ni se ha desvinculado a ningún empleado, de acuerdo a Armijos.
«Tenemos taladros que funcionarán hasta el mes de diciembre y de ahí no ingresarán más taladros. La expectativa es tener un posible cierre, si se dan las condiciones, para el 31 de agosto de 2024«, dijo.
Armijos puntualizó que desmontar todo podría tomar hasta 10 años. Somos el único país que va a invertir para desinvertir y bajar ingresos,
Una empresa noruega tiene mucha experiencia para desmontar pozos offshore, es decir, en mar, está asesorando a Petroecuador.
Pero en el caso de pozos productivos en tierra, Ecuador será el primer país que desmonte un bloque petrolero en plena expansión.
La producción actual de 56.000 barriles diarios se mantendrá hasta que se comiencen a cerrar el grifo de la inversión y se frenen los reacondicionamientos de pozos.
En su última etapa, antes del cierre definitivo, se espera tener una producción de alrededor de 41.000 barriles diarios
«Petroecuador es un ente ejecutor. No establecemos las políticas, sino que hacemos que las cosas pasen de acuerdo a las directrices de las autoridades», puntualizó Armijos.
El cierre de operaciones será solo una parte del proceso. A partir de ahí, se tendrán que desmontar 225 pozos, desarmar 12 plataformas, una planta de procesamiento y una red de oleoductos.
«Va a costar muchísimo. El desmontaje puede costar no menos de $1.800 a $2.000 millones. Eso a parte de todos los procesos que tendremos que indemnizar, de los ingresos que ya no se van a recibir y la afectación en las operaciones del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP)», concluyó Armijos
En 2024, estimaciones apuntan a que la merma en los ingresos fiscales podría ser de hasta $800 millones.
Por eso, economistas y personas vinculadas al sector petrolero mantienen la esperanza de que la Corte Constitucional amplíe el plazo en al menos 2 o 3 años antes del cierre definitivo del ITT.
Los altos costos de desmontar y la pérdida de ingresos ahondarían la precaria situación presupuestaria del país, que cerrará con un déficit fiscal de al menos $5.000 millones (más gastos que ingresos) en 2023 y de más de $6.000 millones en 2024.
Según Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal, en 2024, el PIB petrolero se contraerá en -7,5% por el cierre del cuatro bloque petrolero del Ecuador.
Además, se destruirán 31.688 empleos. «Los mismos que piden más empleo, son los que votaron para destruirlo», recalcó. (JS)