Existe una relación directa entre el crédito y el crecimiento económico

HECHO. El acceso al crédito es vital para tener una economía formal y productiva.

El financiamiento, a través del crédito bancario, es uno de los pilares de una economía. A pesar de las trabas burocráticas, el microcrédito ha sido fundamental para la formalización y la inclusión financiera en los últimos 7 años. Reducir el crédito formal es igual a impulsar el chulco y la informalidad. 

A través de su cuenta de X, Vicente Albornoz, economista y decano de la facultad de Ciencias Economías y Administrativas de la Universidad de las Américas (UDLA), dijo, con respecto a la posibilidad de que se le imponga un impuesto especial sobre la utilidades netas de los bancos:

» ¿Se dan cuenta lo que implica poner un impuesto a los bancos porque ganaron «mucho»? Es castigar al que gana plata legalmente. Es incentivar a que nadie invierta en el país y en la banca (y debilitar la liquidez de ese sector). Genios! Adoran destruir riqueza y crear miseria!»

Ante eso, buena parte de las reacciones fueron en la línea de tildar a los bancos de abusivos, de que cobran intereses sobre interés, de que no aportar y solo se aprovecharon de la crisis para ganar más, de que es mejor imponer impuestos contra los ricos (los banqueros) que contra el pueblo a través del IVA, entre otros.

Sin embargo, se olvida de que existe una relación directa entre crecimiento económico y concesión de créditos. Es decir, entre más financiamiento existe en una economía, más se puede invertir y producir.

La Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) ya ha explicado que el 80% de las utilidades que generan cada año se reinvierten (no se reparte entre los accionistas) para dar más crédito en medio de un país como Ecuador con escasa liquidez interna por la falta de apertura para los capitales y la inversión externa.

Según datos del Global Findex, elaborado por el Banco Mundial, los depósitos bancarios en Ecuador representan el 38% del Producto Interno Bruto (PIB).

Ese porcentaje es el cuarto más bajo en América Latina, solo por delante de Nicaragua (35%), República Dominicana (31%) y México (26%). Además, el país está a mucha distancia de economías como las de Panamá, Chile y Uruguay, donde los depósitos representan desde el 136% hasta el 61% del PIB.

En otras palabras, la economía ecuatoriana está entre las que menos liquidez o dinero disponible tienen para el ahorro y la inversión.

Si se imponen impuestos especiales sobre las utilidades de años pasado (2022 y 2023 como se pretende en la Asamblea) no solo se les haría pagar dos veces (inconstitucional); sino que se reduciría el monto disponible para dar más crédito y, de acuerdo al economista Manuel González, parte del nuevo impuesto iría a «tasas de interés de préstamos más altas. Un sinsentido económico».

Así, el impacto más grande no se daría en el bolsillo de los accionistas, o los banqueros, sino en el bolsillo de las personas que quieran obtener un crédito para su negocio o emprendimiento.

Microcréditos y formalización

A pesar de las trabas burocráticas que todavía persisten, y la ineficiente política pública de techos máximos a las tasas de interés, bancos y cooperativas se las han ingeniado para aumentar la disponibilidad de microcréditos, lo que ha permitido a muchas personas iniciar o expandir sus negocios, generar empleo y aumentar sus ingresos. Esto contribuye al desarrollo económico local y al alivio de la pobreza.

Actualmente, la cartera de microcrédito representa 8,1% del PIB, es decir, alrededor de $10.000 millones en el sector financiero privado. Si se suma al sector público, se llega a alrededor del 10% del PIB.

Esto ha sido clave para generar incentivos para que personas y empresas se formalicen.

Si el crédito y los depósitos crecen, la economía nacional crece. El sistema financiero es la columna vertebral de una economía”, afirmó David Castellanos, líder de Data y Analítica de Equifax Ecuador.

Sin embargo, todavía existe un enorme porcentaje de la población que necesita real acceso al crédito y facilidades para emprender.

Así, por ejemplo, Castellanos apunta a que el 85% de los ecuatorianos vive en una condición media, vulnerable y baja.

Es más, el 50% de los habitantes del país “sobrevive” con ingresos insuficientes para cubrir los gastos, es decir, no llega a fin de mes.

Andrés Hurtado, economista e investigador en temas de inclusión financiera, puntualizó que más allá de ser una realidad dolorosa, también se puede convertir en una gran oportunidad.

“Se deben establecer políticas, con participación público-privada para acelerar el acceso a internet y las tecnologías de pagos electrónicos, sobre todo en el sector rural; a la educación técnica y financiera; a nano y microcréditos, que se ajusten a las necesidades de cada cliente”, aseveró.

En Ecuador, solo uno de cada seis clientes potenciales del microcrédito realmente accede a productos financieros.

Ecuador debería apuntar a una estrategia a 10 años para al menos duplicar el monto de microcréditos en su economía. Solo eso ya potenciaría la formalización, la generación de empleo e incluso la recaudación de impuestos.

Esta estrategia es mil veces mejor que buscar sacarles liquidez a los bancos, y castigarles por tener utilidades, para obtener algo de dinero para un fisco desfinanciado.

Entre los pasos inmediatos se debería pensar en una reforma moderna y práctica a la legislación monetaria y financiera; simplificar la entrada de inversión extranjera en el sistema financiero, entre otros temas.

El peligroso chulco

Si se reduce el crédito, aumentará el negocio de los chulqueros. Por otro lado, con mayor formalización y educación financiera, las personas podrán tener las herramientas necesarias para entender que pagar una tasa de interés de hasta el 1.200% es completamente inviable.

“Muchas personas, lamentablemente, viven y trabajan para poder pagarle al chulquero. En nuestra investigación de Equifax, por ejemplo, encontramos casos donde personas solicitaban $20 en la mañana y en la tarde tenían que pagar $25. El trabajo diario les alcanzaba para juntar $17 o $18. Entonces, tenía que solicitar otro crédito para cubrir la diferencia o dar en garantía algún bien”, contó Castellanos.

Este círculo vicioso hace que los negocios no prosperen y la mayoría de la riqueza generada con esfuerzos se quede en el chulquero, y no en el bolsillo del emprendedor. Esto es igual a pobreza y menos crecimiento económico.

Todas las estadísticas apuntan a que el 52% de las mujeres cabeza de hogar son las afectadas por el chulco.

Por eso, una política de capacitación, crédito barato y acompañamiento, con el apoyo de la banca pública y privada, puede hacer la diferencia para generar el círculo virtuoso de empoderamiento económico, alivio de la pobreza, mejora de las condiciones de vida, desarrollo de actividades empresariales y fomento de la inclusión social. (JS)

Investigaciones de diversas fuentes aval el impacto positivo del crédito

El rol del sistema financiero en el crecimiento económico de un país pequeño y dolarizado como Ecuador, es tan importante, que los cambios, normativos, impuestos, o contribuciones, podrían afectar el performance de la banca, y por tanto, impactar en la colocación de crédito. Esto a su vez, podría ralentizar el crecimiento económico.

Trabajos como los de Becerra y Flores (2023), sugieren que países como Brasil, Chile, Perú, Ecuador, han demostrado un crecimiento importante gracias a la modernización del sistema financiero, incrementando la profundización financiera y cultura de ahorro.

De la Cruz y Alcántara (2011), demuestran en su estudio, que el crédito es un input importante para el crecimiento económico de Mexico y con ello, una relación causal entre el crédito de consumo y el sector terciario de la economía (servicios).

Otros artículos como el de Alexander Popov(2013 Europan Central Bank) donde se recogen ejemplos de trabajos notables del último siglo, sugieren que la relación entre el crédito y crecimiento económico es positiva a través de diversas técnicas incluyendo regresiones, modelos de datos de panel, series temporales.

En general, la evidencia empírica apunta a que el sistema financiero es un agente importante en el estímulo del crecimiento económico, a través del crédito, los ahorros, y los productos derivados.

Casi $9 de cada $10 que generan los bancos son resultado de los créditos que dan a sus clientes