Los 2°C en el planeta

Verónica Narváez

Verónica Narváez Terán

Sería en los años 90 cuando surgió por primera vez la imagen del osito polar en un pequeño bloque de hielo en el Ártico; esto como parte de una campaña publicitaria que buscaba sensibilizar a la humanidad sobre el calentamiento global, agravado por el hombre (cambio climático). En ese entonces, teníamos un aumento de temperatura en el planeta de 1°C, y sus consecuencias ya alarmaban a la comunidad científica mundial.

 Pasó el tiempo y los estudios proyectaban mayor aumento de temperatura del planeta con grandes consecuencias sobre la vida. Para reafirmar estas teorías, en los años 90 recuerdo, como ejemplo, las noticias de grandes incendios forestales (que aún persisten).

Ahora, ya en el 2023, según el programa europeo Copernicus, la temperatura de la Tierra superó los 1,5°C en el mes julio, pero este escenario se agrava, ya que en el presente mes de noviembre del mismo año se informa que hemos superado los 2°C, cruzando de esta forma el umbral del punto «sin retorno».

Siendo noviembre de 2023 y ante la indiferencia de las potencias mundiales, imagino cómo en el futuro nos recordarán: una humanidad que no logró reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y que tampoco se prepara para enfrentar la crisis climática sin retroceso. Los 2°C tienen tanto significado e impacto; es un número mágico para los científicos, donde se proyecta el cambio de naturaleza de nuestro planeta.

Hoy nos encontramos en medio de olas de calor en el mundo, tormentas como la registrada en Dubái. Justo en Emiratos Árabes se espera recibir a representantes de todo el mundo para tomar decisiones sobre el cambio climático (COP28). Será una señal para que, de una vez, se vivan las consecuencias de nuestra inconsciencia.

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