Ayudar a que las mujeres trabajen en paz

En Ecuador más de la mitad de los negocios son gestionados y dirigidos por mujeres, y 73% de ellas son madres y cabeza de hogar. Además, la mayor parte de ellas se dedica al comercio minorista y virtualmente todos sus ‘emprendimientos’ (96%) generan ingresos menores al salario básico.

Ante el azote del desempleo y la falta de oportunidades, la mujer ecuatoriana lucha incansablemente para mantener la economía familiar a flote. Madres que crían solas a sus hijos no tienen más remedio que ganarse el pan por medio de negocios y comercios informales y precarios de bajo ingreso, en campos que requieren poca escolarización.

La sociedad y sus instituciones deberían apoyar y facilitar el creciente rol protagónico que tiene la mujer en la economía ecuatoriana, pero sucede lo contrario.

Se espera todavía que sean esas mismas madres, que sustentan a sus familias, quienes se hagan cargo del cuidado de los niños, ancianos y demás personas vulnerables de la familia. Si, a nivel nacional, el Estado implementara centros de cuidado para menores de 0 a 5 años —algo que hasta hoy solo funciona parcialmente, en algunas urbes—, facilitaría inmensamente la vida de miles de mujeres trabajadoras.

Aún hay tiempo para incluir, en la nueva ley económica urgente que prepara el Ejecutivo, un artículo para incluir en los rubros deducibles del impuesto a la renta todos los gastos en los que incurren para el cuidado de quienes dependen de ellas, incluyendo sus sueldos. Pequeños cambios como estos ayudarían a que las mujeres trabajen en paz y continúen poniendo el hombro para levantar al país.