“Esta pileta tiempos que no le veo funcionando, yo cruzo por este parque casi a diario para poder acortar camino a mi trabajo y no la he visto prendida, qué pasaría, capaz está dañada, no sabemos”, mencionó Reinaldo Duarte, ciudadano que caminaba por el parque La Laguna.
En el mismo contexto, en los alrededores de la plaza Segunda Constituyente moradores aseguraron que “el agua empoza cuando llueve y hay días que apesta, no hemos visto que valga la pileta, ojalá algún rato pueda arreglar porque de qué sirve que tengamos piletas si no valen o no les prenden”, manifestó Elsa Rivera, habitante.
“La pileta del parque no funciona, no sabemos por qué, pero ahí se queda el agua cuando llueve y se bañan las palomas ahí, será que está dañada o valdrá no sabemos”, dijo Rosendo Carvajal, quien descansaba en el parque Cevallos.
Respuesta municipal
Son 24 piletas las que están ubicadas en distintos sectores de Ambato. De estas, 20 se encuentran en funcionamiento y cuatro no lo están por diferentes razones.
Así lo dio a conocer Laura Pilamunga, directora administrativa del Municipio de Ambato, quien aseguró que “existen cerca de mil 500 bienes municipales, de estos contamos las 24 piletas existentes en el casco central”.
Pilamunga aseguró que las cuatro piletas que no funcionan son las de la plaza Segunda Constituyente, el parque La Merced, La Pradera y La Madre.
Este último, según la autoridad, demorará más en su adecuación debido a la intervención de regeneración urbana que se desarrolla en el sector.
El resto de piletas que no están habilitadas es por el robo de sus medidores, de las acometidas u otros inconvenientes que han terminado por inhabilitar el funcionamiento de las mismas.
“Tenemos un contrato vigente desde noviembre de 2022 para el mantenimiento de piletas, este fenece en noviembre de 2023, y hasta esa fecha se contempla dar cumplimiento al mantenimiento de estas piletas”, dijo Pilamunga. (MAG)
Sugerencia de un experto
Eduardo Becerra, arquitecto y especialista urbanístico, aseguró que “las piletas o pilas datan desde el tercer milenio antes de Cristo, el tenerlas en funcionamiento es un atractivo que genera movimiento en zonas de espacios verdes o espectáculo cuando son ubicadas en sitios específicos para ello, su construcción también cumple como fuente a la fauna que vive en los espacios verdes públicos, en medio de la selva de cemento que son las ciudades”.
Para el especialista “conservar aquellas estructuras de estilo barroco es lo que al paso del tiempo las vuelve más atractivas, esto implica que también se debe cuidar su funcionamiento como tal y no dejarlas como simples adornos de piedra en deterioro, que empozan agua sucia”, concluyó el profesional.