Tarifas de impuestos bajas y que premien la inversión podrían darle un impulso al empleo y el crecimiento en Ecuador

TRIBUTACIÓN. Menos costos e impuestos impulsan el crecimiento y la formalización de negocios.
TRIBUTACIÓN. Menos costos e impuestos impulsan el crecimiento y la formalización de negocios.

Es mejor que más empresas y personas paguen tasas impositivas reducidas y simplificadas, en lugar de que pocos contribuyentes carguen con el peso de impuestos altos y engorrosos.

Actualmente, 225.000 personas pagan efectivamente impuesto a la renta en Ecuador. Eso es el 2,65% de la Población Económicamente Activa (PEA).

Asimismo, según ha reconocido el Servicio de Rentas Internas (SRI), más del 60% de las actividades comerciales no pagan IVA ni ningún tipo de impuestos.

En el país, a pesar de los avances para hacer más fácil constituir una empresa o negocio, todavía sigue siendo extremadamente caro formalizarse.

Se está desperdiciando un enorme potencial de ingresos, crecimiento y empleo. Cada tres personas en la PEA son emprendedoras; pero solo el 3% de los nuevos emprendimientos sobreviven en el tiempo.

En este contexto, de acuerdo con Carlos León, abogado tributario y emprendedor, Ecuador necesita un cambio radical para dejar de ser un país mayoritariamente informal.

“Es insostenible porque los gastos en el Estado crecen todos los años. Solo entre enero y mayo de 2023, esos gastos se dispararon más del 18%; mientras los ingresos decrecieron casi 9%. Se debe impulsar un modelo donde sea más rentable y barato formalizarse, sin muchas trabas ni problemas; pero que además incentive la inversión”, puntualizó.

El impuesto  plano

El Impuesto de tasa plana o ‘Flat Tax’ es una propuesta de simplificación tributaria que tiene como base gravar el consumo y no la inversión, y que además incluye tasas impositivas bajas.

En concreto, se trata de un impuesto directo a la renta de empresas y personas, que se aplica sobre una base imponible determinada por el consumo, resultando de la suma de los ingresos menos las inversiones.

Así, entre más se invierta y ahorre, menos impuestos se pagan. Esto constituiría, de acuerdo con Isabel González, economista e investigadora en temas tributarios, un shock positivo para un país en el que gran parte del dinero disponible no se invierte, o incluso sale buscando mayor seguridad y menos costos en el exterior.

“El impuesto de tasa plana sustituye a los impuestos a la renta corporativa (empresas) y del trabajo de las personas, por una propuesta integral que grava ambas rentas con la misma tasa. Se aplica a las rentas generadas dentro del país, cualquiera sea la nacionalidad del contribuyente”, puntualizó González.

La tasa por cobrar debe ser menor al 20%, lo que se contrapone con hasta el 37% que ya se paga de impuesto personal en Ecuador; y el que va hasta 40% que deben desembolsar las empresas, si se incluye el reparto de utilidades.

En el caso de los emprendimientos más pequeños, se puede establecer incluso una tarifa súper reducida, que se aplique en función del empleo generado y la inversión. Es decir, entre más aporte a la economía real, menos cargas frente al Estado.

En un país como Ecuador, con bajos niveles de ingresos, el impuesto plano establece un nivel por encima del cual ya se paga el tributo, dejando con cero pagos a los niveles bajos en la escala económica

“Es vital que se deje a esos ingresos bajos libres de impuestos, de manera que esas personas cuenten con el máximo posible de ingreso personal y cuando eleven sus ingresos tengan un incentivo serio para entrar en la legalidad fiscal con un sistema en extremo sencillo de cálculo y pago”, añadió León.

Estado eficiente

El Estado no es mejor porque sea más grande, sino porque sea más eficiente. Desde un punto de vista liberal se cuestiona que se valore el gasto público por cuánto crece cada año; pero no se diga nada sobre sí contribuye a que la economía sea más productiva.

El impuesto de tasa plana va en la línea de lo que, desde Foro Libertad y Prosperidad, ya han propuesto los liberales ecuatorianos. Ecuador necesita un sistema de pocos impuestos bien cobrados; y un sector público que invierta realmente en lo importante y deje el resto a la iniciativa privada.

“Si el Estado depura sus cuentas y gasta de manera eficiente, se puede ofrecer a los emprendedores reglas claras que no cambien con el tiempo y bajos costos de formalización, incluyendo los impuestos”, recalcó González.

A la par, menos Estado obstruccionista también significa, por ejemplo, que se eliminen los techos políticos a las tasas de interés y se simplifiquen los requisitos para acceder a los créditos. Esos requisitos se determinan desde el sector público más que en los despachos de los banqueros.

Si no se hacen cambios estructurales en el sector público, las buenas intenciones y las bajas parciales de impuestos, como ha sucedido en el Gobierno de Guillermo Lasso, reducen o incluso diluyen sus efectos positivos. (JS)

Entrar en la competencia por la inversión mundial

El Gobierno de Guillermo Lasso, a pesar del discurso sobre atracción de capitales, se ha quedado con un nivel anual de Inversión Extranjera Directa (IED) menor al 1% del Producto Interno Bruto (PIB).

Además del peso de un Estado ineficiente y burocrático, el costo de operación (incluyendo impuestos), no solo a la entrada sino también a la salida del mercado, ahuyenta la posibilidad de la instalación de nuevas empresas y proyectos

Asistimos a una competencia tributaria mundial por disminuir y simplificar impuestos. La fórmula que gana terreno es aquella llamada ‘flat tax’ y que ya han implementado 24 países. Esta transformación tributaria es liderada por los países del este de Europa, que hasta hace 33 años eran parte del bloque soviético.

Según Norman Rosero, economista y emprendedor, sistemas como los de impuestos de tasa plana están cambiando al mundo.

“Países con los sistemas de ‘flat tax’ más avanzados, como Hong Kong, Estonia y Eslovaquia, disfrutan de un rápido crecimiento económico. Las naciones con ‘flat tax’ atraen empleo y capital desde los países con sistemas laborales inflexibles y con altos impuestos”, aseveró.

A cambio de simplificar y reducir costos de manera directa, la tasa plana también elimina todas las deducciones y excepciones a las personas y a las empresas que antes les permitían reducir el pago de impuestos.