Sin el ITT se perdería una entrada de divisas de más de $1.500 millones al año y asestaría un golpe real a la dolarización

PRODUCCIÓN. El petróleo es una de las principales fuentes de ingresos y entrada de divisas en Ecuador.
PRODUCCIÓN. El petróleo es una de las principales fuentes de ingresos y entrada de divisas en Ecuador.

Quitar de la ecuación al crudo del Yasuní significa menos dólares por exportaciones y menos ingresos al Estado. El déficit fiscal, que ya es alto, se hará más difícil de manejar y financiar.

Ecuador, como país dolarizado, no puede imprimir moneda propia. Esto quiere decir que, para que la economía se mueva y haya más riqueza, se necesita una entrada continua de dólares. Una de las mejores vías para esto son las exportaciones, es decir, la venta de productos ecuatorianos en el exterior. La otra es la inversión.

Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal, explicó que no explotar el bloque petrolero ITT, ubicado en el Yasuní, disminuirá de manera directa el ingreso de dólares al país, sobre todo en un contexto de inversión extranjera directa marginal o mínima, y de exportaciones no petroleras que reducen su tasa de crecimiento.

“Como consecuencia, la balanza comercial y de pagos también se afectan de modo importante. Además, será un insensato abono a la falta de seguridad jurídica para atraer inversiones internas y externas”, puntualizó.

De los $16.614 millones de ingresos petroleros que hubo en 2022, $11.526 millones corresponden a la exportación de crudo. Este valor incluye los $1.530 millones generados en el ITT. Si no se hubiese exportado ni un barril desde los campos del Yasuní, la reducción en los ingresos brutos por exportaciones (sin tomar en cuenta los gastos) habría sido de $1.530 millones.

Esos miles de millones de dólares son sangre en las venas para la liquidez en el país y financian parte de la importación de combustibles, preasignaciones a gobiernos locales, entre otros.

Si la mayoría de los ecuatorianos vota a favor de que se deje de explotar el ITT, se debería proponer una fuente alternativa que genere al menos lo mismo en exportaciones.

Déficit insostenible

Además de golpear seriamente al ingreso de divisas y a la imagen del país como destino de inversiones, el no explotar el ITT provocaría una pérdida de al menos $1.000 millones anuales en los ingresos del presupuesto estatal.

De acuerdo con Carrera, a los $1.530 millones de ingresos brutos se le deben restar $328 millones de costos de producción y otros gastos: transporte en el OCP, preasignaciones a municipios, $17,75 por barril extraído, entre otros.

Por ejemplo, lo que llegó al final como ingreso neto a las arcas públicas en 2022 fueron $1.139 millones.

Si se pierden esos ingresos, eso significa un hueco adicional de $1.000 millones anuales en el presupuesto estatal.

Sin tomar en cuenta ese hueco adicional, ya desde este 2023 y en los próximos años se prevé que Ecuador vuelva a tener déficits estructurales (más gastos que ingresos) de entre $4.000 y $5.000 millones al año.

“Si, por ejemplo, no ingresan $1.000 millones del ITT, el déficit aumenta en esta magnitud y se torna en extremo inmanejable. Aún, al compensar tal valor con un incremento de 2 puntos en el IVA (de 12% al 14%) o reduciendo los subsidios a los combustibles, el déficit estructural permanecerá intocado”, subrayó Carrera.

Así, con una estructura de gasto inflexible y creciente, perder los ingresos del ITT sería un golpe directo a la entrada de divisas y a la permanencia de la dolarización, porque se haría más grande el hueco fiscal.

“Mientras menos petróleo se exporte, más aún si el precio del petróleo se reduce, el Presupuesto del Estado recibe menos ingresos y el déficit aumenta. Además, se debe considerar que de los recursos por exportación de petróleo se toman miles de millones de dólares para importar combustibles”, aseveró Carrera.

En el futuro, al no fluir los ingresos del ITT durante el tiempo de su explotación, se reducirán los ingresos por exportaciones petroleras por más de $13.000 millones; mientras en su mayoría son inflexibles gastos como la importación de derivados, con los subsidios implícitos que representan más de $3.000 millones al año.

Reservas en riesgo

Sin reales alternativas para compensar los ingresos perdidos y poco espacio de financiamiento internacional, con un riesgo país de más de 2.000 puntos, todo queda servido para que el político de turno en el poder tenga todas las tentaciones y los incentivos para gastarse las reservas del Banco Central o, incluso, como ha llegado a proponer el actual candidato vicepresidencial correísta, Andrés Arauz, para crear dinero digital sin sustento vía el mismo Banco Central.

El resultado sería un atentado real a la dolarización y la estabilidad económica del país. Es decir, pan para hoy y hambre para mañana”, dijo Carlos Rivera, economista y emprendedor.

El ministro de Economía, Pablo Arosemena, ha dicho que ese tipo de prácticas son incompatibles con la dolarización y golpearán el bolsillo, sobre todo de los más pobres.

Además, para que sean aplicables, se necesita reformar la normativa vigente, incluyendo la Ley de Defensa de la Dolarización.

Arauz, durante una entrevista a un medio argentino en abril de 2023, incluso llegó a hablar de una supuesta “ecuadolarización” con una moneda digital que conviva a la par del dólar.

Ese tipo de medidas tiene más posibilidades de justificarse en el contexto de un déficit inviable, debido a perder ingresos como el del ITT. (JS)

Además de la pérdida en la entrada de divisas y los ingresos del fisco, no explotar el ITT también generaría la pérdida de al menos 48.511 empleos directos e indirectos.

“Una crisis fiscal profundizada por la no explotación del ITT, no está en armonía con la dolarización que es patrimonio nacional. Pues esta exige cuentas públicas equilibradas”, Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal.

La fórmula de más impuestos a los ricos es inviable

El director del SRI, Francisco Briones, ha explicado que es inviable la propuesta de los Yasunidos de compensar el ITT con la reducción del gasto tributario.

De los $6.000 millones de gasto tributario (lo que el Estado deja de cobrar por exenciones y exoneraciones de impuestos), más de $1.300 millones al año van para mantener la tarifa 0% de IVA en los productos de la canasta básica e incluso para maquinaria e insumos productivos.

El IVA 0% para servicios incluye $335 millones en transporte, $192 millones en educación, $141 millones en salud, entre otros. También se benefician los servicios religiosos, funerarios, lotería, Junta de Beneficencia y guarderías.

En devoluciones del IVA para personas y empresas el monto anual supera los $2.000 millones.

En cuanto al impuesto a la renta de sociedades, el gasto tributario es de $1.853 millones. De ese total, más de 45% (más de $840 millones) beneficia a instituciones sin fines de lucro como fundaciones y universidades.