Seis veces más negocios populares y microempresas se formalizaron entre 2015 y 2022

PRODUCTIVIDAD. Más emprendedores trabajando y con acceso al crédito es igual a menos pobreza.
PRODUCTIVIDAD. Más emprendedores trabajando y con acceso al crédito es igual a menos pobreza.

Más personas y negocios con un RUC activo y una cuenta bancaria representan más crédito, empleo y desarrollo en la economía.

Entre 2015 y 2022, la formalización en el sector de la Economía Popular y Solidaria se disparó seis veces. Así, los negocios populares y las microempresas con un Registro Único de Contribuyentes (RUC) activo pasaron de menos de 200.000 a 1’372.000.

David Castellanos, líder de Data y Analítica de Equifax Ecuador, explicó que se pasó de un escenario donde “no había incentivos, no había intereses, no había formas de pago”, a otro donde el aumento de la digitalización, menos costos de acceso, más microcrédito, entre otros, han permitido más inclusión financiera.

“La digitalización es el mejor aliado de la inclusión financiera, con la aceleración de las apps y botones de pagos, el número operaciones digitales ha crecido en un 116%, según el Banco Central del Ecuador (BCE)”, dijo

Además, en estos últimos ocho años, la recaudación de impuestos, proveniente de negocios populares y microempresas, ha crecido en 278% debido a una mayor formalización.

En otras palabras, la mayor formalización ha probado ser un buen negocio tanto para los ciudadanos como para las arcas públicas. Es una situación ganar-ganar que se debe potenciar en una economía todavía pobre como la ecuatoriana.

Microcrédito es la clave

A pesar de las trabas burocráticas que todavía persisten, y la ineficiente política de techos máximos a las tasas de interés, bancos y cooperativas se las han ingeniado para aumentar la disponibilidad de microcréditos, lo que ha permitido a muchas personas iniciar o expandir sus negocios, generar empleo y aumentar sus ingresos. Esto contribuye al desarrollo económico local y al alivio de la pobreza.

Actualmente, la cartera de microcrédito representa 8,1% del PIB, es decir, alrededor de $10.000 millones en el sector financiero privado. Si se suma al sector público, se llega a alrededor del 10% del PIB.

Esto ha sido clave para generar incentivos para que personas y empresas se formalicen.

“Si el crédito y los depósitos crecen, la economía nacional crece. El sistema financiero es la columna vertebral de una economía”, afirmó Castellanos.

Sin embargo, todavía existe un enorme porcentaje de la población que necesita real acceso al crédito y facilidades para emprender.

Así, por ejemplo, Castellanos apunta a que el 85% de los ecuatorianos vive en una condición media, vulnerable y baja.

Es más, el 50% de los habitantes del país “sobrevive” con ingresos insuficientes para cubrir los gastos, es decir, no llega a fin de mes.

Andrés Hurtado, economista e investigador en temas de inclusión financiera, puntualizó que más allá de ser una realidad dolorosa, también se puede convertir en una gran oportunidad.

“Se deben establecer políticas, con participación público-privada para acelerar el acceso a internet y las tecnologías de pagos electrónicos, sobre todo en el sector rural; a la educación técnica y financiera; a nano y microcréditos, que se ajusten a las necesidades de cada cliente”, aseveró.

En Ecuador, solo uno de cada seis clientes potenciales del microcrédito realmente accede a productos financieros.

Ecuador debería apuntar a una estrategia a 10 años para al menos duplicar el monto de microcréditos en su economía. Solo eso ya potenciaría la formalización, la generación de empleo e incluso la recaudación de impuestos.

Entre los pasos inmediatos se debería pensar en una reforma moderna y práctica a la legislación monetaria y financiera; simplificar la entrada de inversión extranjera en el sistema financiero, entre otros temas.

El peligroso chulco

Con mayor formalización y educación financiera, las personas podrán tener las herramientas necesarias para entender que pagar una tasa de interés de hasta el 1.200% es completamente inviable.

“Muchas personas, lamentablemente, viven y trabajan para poder pagarle al chulquero. En nuestra investigación de Equifax, por ejemplo, encontramos casos donde personas solicitaban $20 en la mañana y en la tarde tenían que pagar $25. El trabajo diario les alcanzaba para juntar $17 o $18. Entonces, tenía que solicitar otro crédito para cubrir la diferencia o dar en garantía algún bien”, contó Castellanos.

Este círculo vicioso hace que los negocios no prosperen y la mayoría de la riqueza generada con esfuerzos se quede en el chulquero, y no en el bolsillo del emprendedor. Esto es igual a pobreza y menos crecimiento económico.

Todas las estadísticas apuntan a que el 52% de las mujeres cabeza de hogar son las afectadas por el chulco.

Por eso, una política de capacitación, crédito barato y acompañamiento, con el apoyo de la banca pública y privada, puede hacer la diferencia para generar el círculo virtuoso de: empoderamiento económico, alivio de la pobreza, mejora de las condiciones de vida, desarrollo de actividades empresariales y fomento de la inclusión social. (JS)

Se debe fortalecer el papel de la banca pública

Hace un par de días, BanEcuador reportó que llegó a los $ 1.000 millones entregados en préstamos; y calificó la cifra como un “hito histórico”.

Según el banco público, las provincias con mayor inversión en créditos son Guayas con más de $112 millones, seguida de Loja con más de $106 millones, Manabí con más de $98 millones, Los Ríos con más de $66 millones y en Chimborazo, más de $61 millones han beneficiado a mujeres, madres vulnerables, ganaderos, agricultores, pesqueros, artesanos, emprendedores y microempresarios.

Este impacto positivo se debe potenciar con un mayor fondeo a través de financiamiento barato desde organismos multilaterales. Además, se necesita la creación de un fondo de garantías y que se mantengan en el tiempo programas como los del 1% a 30 años.

Andrés Hurtado, economista e investigador en temas de inclusión financiera, puntualizó que, en esta época electoral, los candidatos deberían presentar propuestas concretas para ampliar el acceso al crédito, tanto público como privado.

“Si se quiere combatir parte de las razones estructurales de la delincuencia y la inseguridad, en el crédito y los incentivos para formalizarse está la clave”.

Andrés Hurtado, economista e investigador.