Ecuador es un país adicto al subdesarrollo económico

HECHO. Los ecuatorianos padecen una economía poco productiva.
HECHO. Los ecuatorianos padecen una economía poco productiva.

El país está sufriendo una de sus más profundas crisis en los últimos 43 años de democracia. La economía ecuatoriana necesita una redefinición urgente.

Según Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal, Ecuador enfrenta una de las crisis más profundas de los últimos 43 años de democracia. Esto es producto de inadecuadas conductas políticas, económicas y sociales, enraizadas como cultura nacional.

Carrera considera que el país es adicto al subdesarrollo y que la sociedad y las élites representativas están ciegas a los cambios que se necesitan.

“Ecuador requiere redefinirse con urgencia. Solo la generación de riqueza y crecimiento económico a tasas elevadas durante décadas es la vía para el progreso. Anhelo imposible de concreción sin abundantes inversiones privadas internas y externas, exportaciones, flujo externo de capitales y cuentas públicas equilibradas”, puntualizó.

En este sentido, las reformas deben ser profundas y exigen el esfuerzo de todos. LA HORA ya analizado que Ecuador está en una encrucijada: más productividad o sufrir un ajuste en el futuro.

A continuación, se detallan seis claves que explican la adicción del Ecuador al subdesarrollo económico:

1 El crecimiento de la economía, en promedio, en más de cuatro décadas apenas superó el 2%. En 2024 se espera que la economía crezca alrededor del 1%, que es menor al crecimiento de la población.

La producción anual por habitante será de apenas unos $7.000, es decir, menos de $600 mensuales por ecuatoriano. Para reducir realmente la pobreza, y que se pueda generar más empleo formal, se necesitaría que esa producción sea de al menos el doble.

Ecuador ha perdido mucho tiempo mientras países vecinos como Colombia y Perú ya tienen hace años los acuerdos comerciales que nosotros recién buscamos concretar.

2 De acuerdo con Carrera, en la era de la inteligencia artificial y la robótica, Ecuador está anclado en demandas laborales de hace 80 años. Existe una clase trabajadora poco calificada. La innovación está proscrita. La falta de productividad y competitividad son paradigma nacional.

Todavía existen amplios sectores de la población, que incluyen gremios, empresarios y políticos, que defienden políticas obsoletas y proteccionistas como altos aranceles y salvaguardias, trabas para la entrada de competencia internacional en sectores como el bancario, una legislación laboral rígida y con altos costos.

Ecuador reprueba en libertad económica y en investigación. El resultado es que actualmente 5,5 millones de personas sobreviven entre el desempleo, subempleo y otras categorías de informalidad.

En la pobreza existen 4,6 millones de personas que viven con $89,29 al mes, y en la extrema pobreza están 1,8 millones de personas con $50,3 al mes.

3 En los últimos 43 años, los déficits fiscales han sido parte del ADN del país, con excepción de los primeros años de dolarización.

En 2023, el saldo rojo del presupuesto superó los $5.300 millones, con un nivel de atrasos de más de $3.500 millones. En 2024, todo apunta a que la situación será similar.

La suma de las cuentas por pagar de 2023 y años anteriores serán de unos $4.500 millones, y el pago de amortizaciones de la deuda pública de $5.300 millones.

Solo para cubrir el hueco fiscal y pagar deudas, se llega a unas necesidades de financiamiento (nuevo endeudamiento) de $15.800 millones anuales, sin considerar los CETES (papeles del tesoro de corto plazo) por unos $2.100 millones y convenios de liquidez por unos $3.000 millones.

A pesar de estas severas limitaciones, la mayoría de ecuatorianos no está consciente de la realidad y ha aprobado temas como la no explotación del ITT (que en teoría se debe cumplir desde el segundo semestre de 2024). El ITT produjo 18, 5 millones de barriles de petróleo en 2022.

Ecuador es un país que vive de sobregirar “sus tarjetas de crédito” y de gastar más de lo que produce.

4 La deuda pública es la sumatoria de los déficits de cada año. A septiembre de 2023, la deuda agregada del sector público no financiero fue de $74.869 millones, 62,7% del PIB. Esto, de acuerdo con Carrera, es poco sostenible y demanda crecientes pagos de intereses.

 Las deudas con el FMI, BID, CAF, BM y otros organismos alcanzaron los $24.417 millones, superan los $15.210 millones de los ‘Bonos Basura’.

Uno de los problemas de fondo es que gran parte de esa deuda se ha botado en financiar un gasto público ineficiente e incluso obras con múltiples fallas y problemas.

Así, Ecuador se ha endeudado más allá de su capacidad de pago; pero el escenario es el siguiente: “Las infraestructuras públicas son deplorables. Vías en mal estado. Hidroeléctricas que no funcionan. Empresas públicas como la petrolera que encarnan ineficiencias crónicas y corrupción. Deficientes servicios públicos de salud y educación. Deplorables atenciones de la seguridad social”, apuntó Carrera.

5 Ecuador tiene subsidios crecientes que ya no pude pagar. Mientras se aplazan reformas estructurales para dar viabilidad al fondo de pensiones, en 2023 se dejaron cuentas por pagar de más de $1.000 millones con el IESS.

Si se suman todas las seguridades sociales (IESS, ISSFA, ISSPOL), el Estado debe desembolsar más de $3.000 millones al año.

El sistema de salud del IESS está desfinanciado porque solo se recibe el aporte de 3 millones, pero se atiende a 9 millones.

Las deudas reconocidas por el Ministerio de Economía debido a prestaciones de salud al IESS alcanzaron los $4.831 millones. Sin cambios, todo el sistema es inviable a mediano y largo plazo.

6 La calificación de los bonos de deuda externa del Ecuador es de CCC+. Este es un nivel de bonos basura y pone al país en la lista negra para la inversión.

En su momento, el exministro de Economía, Pablo Arosemena, reconoció que Ecuador es visto como un incumplidor crónico. El país no es capaz de cumplir sus compromisos y cuando logra cambios estructurales, en muchos casos se revierten al poco tiempo.

Un ejemplo de lo difícil de implementar cambios estructurales es que, en el 2000, el presidente Gustavo Noboa envió la ‘ley Trole’ para implementar la dolarización.

Según Ricardo Noboa, expresidente del extinto Consejo Nacional de Modernización (Conam), no se pudo enviar todo junto y luego se envió una Trole 2 que completaba el cambio, reformaba Petroecuador, permitía privatizar Tame, modernizaba los aeropuertos y planteaba una reforma laboral profunda, incluyendo reformas al 15% de utilidades, que en realidad es otro impuesto.

Sin embargo, los partidos políticos la tumbaron en la Corte Constitucional y esas reformas nunca se hicieron. (JS)