El carchense Marco Parra intervino en un robo a un local de comida, en Quito, pero ahora se lo pretende juzgar por homicidio o extralimitación de la fuerza.
Redacción TULCÁN
Actuar usando su armamento en un acto delictivo se ha convertido en más que un dolor de cabeza para los policías y sus familias.
Ahora, el carchense Marco Parra es quien enfrenta a la Justicia y podría ir a parar a una prisión, junto a los mismos delincuentes que más de una vez ha logrado capturar.
A Parra, quien es sargento de la Policía Nacional, la Fiscalía inicialmente lo acusó de homicidio, por abatir a un delincuente en medio de un robo el 15 de enero de 2022.
Aquel día, el uniformado se encontraba vestido de civil en un local de comida, en el sector de Cotocollao, en Quito, cuando ingresaron dos personas con las intenciones de robar el establecimiento y a sus comensales.
Según la versión de la Policía, los antisociales despojaron de sus pertenencias a todos los presentes, con intimidaciones y usando armas de fuego, golpeando a Parra con el mango de una de ellas y causándole heridas en la cabeza.
Sin embargo, cuando el sargento Parra se dio cuenta que lo iban a registrar y seguramente quitarle su arma de dotación, tras ser obligado a tumbarse en el piso, logró empujar al delincuente e inmediatamente usó su pistola para abatirlo, mientras el otro asaltante escapaba del lugar.
Proceso judicial
Desde la Policía Nacional afirmaron que “el Mando Institucional brindará todo el respaldo jurídico a las actuaciones policiales efectuadas dentro de la legalidad, mediante el apoyo del Departamento de Defensa Institucional”; sin embargo, la situación de Parra, por cumplir con su deber, aún es incierta.
En la segunda semana de febrero de 2022, cuando terminaron los 30 días que el primer juez que acogió el caso extendió para la instrucción fiscal, cuando lo acusaron de homicidio, un nuevo fiscal solicitó reformular cargos contra Parra, para ahora intentar acusarlo por extralimitación de la fuerza en medio de su intervención en el robo, lo que nuevamente representaría tiempo de espera para conocer un sentencia condenatoria o absolutoria.
Por el momento, el uniformado espera no ser llamado a juicio, mientras mantiene medidas cautelares, como no poder salir del país, para continuar con el proceso jurídico y añorando que los jueces los declaren inocente, pues ha mencionado estar consciente de que cumplió con su deber de proteger a los ciudadanos que se encontraban en el lugar.
Apoyo ciudadano
La situación no solo se ha vuelto penosa para Parra, quien nunca se imaginó que por defender su vida y la de las personas que estaban en el local de comida estaría a punto de ir a prisión, sino que también mantiene preocupados a sus familiares y amigos.
Como una muestra de apoyo al policía organizaron un plantón en la ciudad de Tulcán, en las afueras de la Fiscalía, el 14 de febrero, donde con carteles en mano y consignas para pedir justicia expresaron su preocupación por una posible condena para alguien que dicen salvó la vida de otras personas.
“La delincuencia va ganando territorio y nuestros miembros policías están atados de manos, juzgados por malos jueces, por fiscales denunciados (…). No tienen garantías y ellos nos defienden de tanta delincuencia. Ellos han abatido a delincuentes con gran historial delictivo y la Justicia va en contra del policía. Entonces, me pregunto si como policías es mejor hacerse de la vista gorda cuando miren atracos, asesinatos, secuestros…”, fue una de las opiniones de Maribel Játiva.
Como parte de las medidas temporales impuestas por los jueces, el sargento Marco Parra debe presentarse una vez a la semana en la Fiscalía.
El día del atraco, el sargento Marco Parra, al pertenecer a una unidad investigativa, estaba vestido de civil.