De aprobarse la ley que contempla la fijación del precio de la leche, el Estado ecuatoriano estará optando, una vez más, por una mentira que será incapaz de sostener.
El Gobierno no cuenta con los recursos necesarios para conducir un efectivo control de precios ni está en condición de garantizar las condiciones y los insumos que influyen en los costos de producción. Por más que el desconocimiento lleve a ciertos sectores a apoyar la medida, esta solo profundizará las distorsiones que achacan al sector y que mantienen a la mayoría de sus productores en la informalidad —sin registro, sin incidir en la recaudación tributaria, sin acceso al sistema financiero, sin controles sanitarios y sin sostener trabajo formal—.
A la larga, la realidad siempre se impone; con su testarudez, el liderazgo gremial y político tomarán un camino más largo para llegar al mismo punto: el sinceramiento de las cifras. En lugar de abrazar la ficción del precio oficial, que apenas beneficia a una minoría, el sector lechero debería aprender las lecciones de los sectores bien sucedidos del país, como el bananero o el camaronero.
Una mayor unidad del sector, con la eficiencia como objetivo, con miras a la exportación, inversión en mejoramiento tecnológico y genético, y promoción del consumo interno es lo que podría sacarlos de trabajar para la subsistencia.
Resulta inaudito que un sector tan numeroso, del que dependen tantas familias, enfoque su atención y su energía en mendigar políticas gubernamentales insostenibles. Esa misma leche que inunda el mercado informal podría alimentar una industria pujante. Sin embargo, la clase política, por falta de coraje y entereza, prefiere vender parches que, aunque hoy arrancan aplausos, resultarán muy dañinos a largo plazo.
FRASES DEL DÌA
«El destino suele esperarte en ese mismo camino que tomaste para evitarlo.”
Goldie Hawn (1945), actriz estadounidense
«La justicia es el pan de la nación; siempre está hambrienta de ella.”
Francois Rene De Chateaubriand (1768-1848), escritor francés