La banca opaca y callada

La crisis de 1999 y la consiguiente quiebra del sistema bancario dejó un severo trauma en la población ecuatoriana. Desde entonces hasta hoy, por más de dos décadas, políticos de diversas tiendas se han encargado, con mala fe, de mantener esa herida abierta. No solo se siguen empleando todo el tiempo motes como ‘banquero corrupto’, ‘culpable de la crisis’ o ‘cómplice del feriado bancario’, sino que todo el tiempo se amenaza, chantajea y revictimiza a la población con el fantasma de una nueva crisis de iguales proporciones si es que no actúa según el capricho del caudillo de turno.

En medio de toda la agitación política y las penurias económicas que atraviesa el país, el Banco Pichincha experimentó una caída repentina de sus servicios que duró varios días. Ante ello, el banco, custodio de los ahorros de millones de ecuatorianos —muchos de los cuales sufrieron durante la crisis de 1999—, se limitó a emitir un escueto comunicado. La Superintendencia de Bancos, a su vez, tardó dos días en pronunciarse y lo hizo solo por medio de un comunicado en terminología técnica y sumamente esquivo.

Los ataques cibernéticos son parte innegable del mundo digitalizado en el que vivimos y tanto Estados, empresas y ciudadanos deben aprender a convivir con ellos. Sin embargo, en el caso de una crisis, eso requiere una política institucional de transparencia para con los usuarios de todo el sistema. Inaceptable es el silencio —que más parece desprecio— ante una clientela asustada y con justa razón.

FRASES DEL DÍA

«Los mejores servidores públicos deben susurrar verdades incómodas al oído de su amo. El bobo de la corte sirve más al rey que el cortesano bobo.”

Walter Lippmann (1889-1974), crítico norteamericano

«Los vicios que deja en el pueblo son el crimen último del tirano.”

Sophy de Grouchie (1764-1822), filósofa francesa