Ajustarse el cinturón, evitar el sobreendeudamiento y ponerse en modo supervivencia financiera: crisis eléctrica en Ecuador

CRISIS. La cuenta de la improvisación de los políticos la pagan los ciudadanos con más costos y menos ingresos.
CRISIS. La cuenta de la improvisación de los políticos la pagan los ciudadanos con más costos y menos ingresos.

Se está perdiendo, en el mejor de los casos, más del 12% de los ingresos diarios. Minimizar el impacto financiero es lo que le va quedando a empresas y hogares.

Dos palabras describen la actual situación en medio de la crisis eléctrica: pérdidas e incertidumbre.

El ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, da una rueda de prensa cada día, a las 17:30, desde esta semana; pero aún se desconoce qué tan lejos o tan cerca estamos de salir de los apagones, qué contrataciones de emergencia se harán y qué cambios reales se han hecho en el manejo del sector después de la aparatosa salida (con denuncia de sabotaje incluida) de la exministra Andrea Arrobo.

Todo esto se traduce en un golpe directo al bolsillo de empresas y ciudadanos. En el mejor de los casos, según las cifras del Gobierno y de algunas cámaras como las de Industrias y Producción, se está perdiendo más del 12% de los ingresos diarios.

De acuerdo con otras Cámaras como la de Comercio de Guayaquil y de Quito, las pérdidas diarias están entre el 18% y más del 20%.

En cualquiera de estos escenarios, Andrea Donoso, economista y consultora financiera, explicó que la sociedad ecuatoriana está pagando una cuenta muy abultada, que puede llevar a situaciones de sobreendeudamiento y hasta el cierre de negocios, sobre todo de los microemprendimientos.

“He conversado con varios negocios y, en promedio, los costos imprevistos han aumentado un 20% (por lo bajo) y las pérdidas, en los microemprendimientos, dependiendo de la actividad, pueden llegar hasta el 40%. Esto es un enorme estrés financiero”, aseguró

Cortocircuito financiero

La situación, aún antes de los apagones ya era compleja, según los resultados de la Encuesta de Capacidades Financieras (ECF) realizada por la CAF en Ecuador, el 53% de los ecuatorianos cubre sus gastos con préstamos, mientras que el 62% de la población no tiene una conducta de ahorro y el 64% de los individuos no presta atención al mañana y tiende a vivir el día a día.

Así, la sociedad ecuatoriana llegó muy mal equipada para la actual crisis eléctrica, con el añadido del golpe todavía fresco de la subida del IVA al 15%.

Apenas en enero de 2024, un estudio en conjunto entre la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo, la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y Equifax, ya concluía que cada vez más “la población estaría recurriendo al endeudamiento para cubrir sus gastos de consumo, aunque no cuenta con ahorros y no está considerando imprevistos o nuevas crisis que se puedan presentar en el futuro”.

Por eso, ante “imprevistos”, como los apagones o aumentos de impuestos, el consumo se desploma y se complican las cuentas de familias y empresas.

Como ya reportó LA HORA, desde el segundo semestre de 2023 ya se registraba una subida en los niveles de morosidad de la cartera crediticia en bancos y cooperativas.

A eso se suma que, un sistema financiero inyectando más dinero al fisco (más impuestos y compra de papeles de deuda) tiene menos disponibilidad para prestar justo ahora que la crisis se profundiza.

Analizando las cuentas

Donoso recalcó que, ante una crisis como la actual, tanto en las familias como en las empresas, el primer paso es respirar y parar un poco para analizar las cuentas de cómo está la situación financiera.

Ante cualquier gasto no previsto como un generador de electricidad, que para un pequeño negocio puede tener un costo inicial de ente $3.000 y $4.000 como mínimo, y otros costos adicionales mínimos al mes de $200 a $300, se deben evaluar todas las opciones disponibles y sobre todo cómo hacer la compra sin complicar las finanzas del negocio.

Los pasos claves para enfrentar la crisis eléctrica desde el plano financiero son:

1 Revisar el presupuesto: Tanto en la familia como en la empresa, se debe revisar detalladamente los gastos e identificar áreas en las que se puede reducir costos. Esto podría implicar recortes en gastos operativos no esenciales, como publicidad, viajes de negocios o incluso la reducción de horas de trabajo.

En el caso de las familias, esto puede involucrar la renuncia a ciertos lujos o reducir gastos en entretenimiento, comidas fuera de casa, etc.

2 Priorizar gastos: Identificar y priorizar los gastos esenciales para mantener la operación del negocio, como el pago de salarios y extras por cambios de horarios, alquiler o hipoteca, servicios públicos, y pagos de proveedores críticos.

3 Buscar eficiencias operativas: Buscar formas de optimizar los procesos sin comprometer la calidad del producto o servicio. Esto podría incluir cambiar procesos de ciertas tareas, la renegociación de contratos con proveedores para obtener mejores términos, o la consolidación de operaciones.

4 Revisar la estructura de capital: Si la empresa tiene deudas significativas, considerar la refinanciación de préstamos existentes para reducir los pagos mensuales o extender los plazos de pago. También podrían explorar la posibilidad de obtener financiamiento adicional a través de préstamos o líneas de crédito para cubrir las necesidades de capital de trabajo.

5 Comunicación abierta: Mantener una comunicación abierta y transparente con los empleados, clientes, proveedores, y otros accionistas sobre la situación financiera y las medidas que se están tomando. Esto ayuda a generar confianza y colaboración en momentos difíciles.

6 Buscar asesoramiento profesional: Si es necesario, buscar asesoramiento financiero y legal de expertos en la materia para desarrollar estrategias específicas para mejorar la situación de la empresa y garantizar el cumplimiento de las regulaciones financieras y laborales. (JS)

“La incertidumbre es una sensación generalizada que, por la coyuntura actual, la mayoría está percibiendo. Esto influye en el ámbito personal, social, familiar y sobre todo en el trabajo. Esta suspensión prolongada de energía, a raíz de los cortes de luz, puede generar sentimientos de impotencia y decepción frente al futuro. Además, alteran las emociones y el desempeño”.

 Gabriela López, líder de Consultoría y Formación de Adecco Ecuador.

¿Cuáles son los pasos que seguir para enfrentar la incertidumbre de la crisis eléctrica?

-Evaluar perfiles aptos para manejar una crisis o emergencia: Es vital que los jefes a cargo sean personas aptas para manejar este tipo de situaciones y estén capacitados para que puedan transmitir tranquilidad frente a cualquier cambio que puedan enfrentar los trabajadores.

-Definir un Comité de Emergencias: Está liderado por un comité empresarial que se activa frente a cualquier tipo de amenaza o emergencia y está definido por roles, donde cada uno cumple una función importante en la toma de decisiones. Las personas que lo integran deberán informar oportunamente el camino a seguir a los demás colaboradores.

-Elaborar el plan de acción: Normalmente, este tipo de situaciones toma por sorpresa a las empresas, sin embargo, lo recomendable es evitar la improvisación. Esto genera un ambiente negativo en los colaboradores al ver que sus líderes no manejan la situación de una manera adecuada, por lo que el comité o equipo apto para estos casos debe activarse de manera inmediata y definir las acciones.

-Mantener un canal de comunicación abierto a los empleados: Al definir un canal de apertura, donde los trabajadores puedan acudir frente a cualquier duda o inconveniente o sobre cualquier situación que afecte a su desempeño diario, va a generar un sentimiento de seguridad y compromiso en los colaboradores. Puede ser un chat de emergencias, o un número telefónico de la persona encargada a donde puedan acudir.

-Reorganizar los equipos de trabajo: Una buena alternativa puede ser adaptar los cortes de luz para la reorganización de equipos, siempre y cuando se priorice el beneficio común. Aquí es importante escuchar las dificultades de cada equipo o colaborador y llegar a un acuerdo mutuo.

-Ser flexibles y empáticos: En la actualidad, las modalidades de trabajo han ido cambiando, por ejemplo, en la pandemia la modalidad híbrida se volvió una moda, donde el horario de trabajo ya no es una prioridad o algo inamovible, sino más bien la consecución de objetivos es algo primordial.

Mantener una jornada de trabajo flexible, adaptada a las necesidades del colaborador y escuchando sus necesidades puede ayudar a que los trabajadores alcancen de mejor manera sus resultados.

-Proveer de espacios remotos o temporales de trabajo: Muchas de las empresas no cuentan con una planta de luz, por lo que adecuar espacios físicos temporales es oportuno. Pueden ser espacios pequeños, o fuera de las oficinas y en un punto neutral.

“Estos espacios son más efectivos si son abiertos y se adaptan a las necesidades de los colaboradores, brindando alternativas y facilidades al trabajador”, añadió Gabriela López, líder de Consultoría y Formación de Adecco Ecuador.

Si no es posible adecuar espacios físicos es importante llegar a acuerdos y analizar los alcances que tiene a la mano el colaborador, día a día.

-Crear un Programa de asistencia al trabajador: Además del Comité de Emergencias interno que tenga la empresa, se recomienda mantener el apoyo profesional de un equipo multidisciplinario, que esté conformado por médicos, psicólogos y especialistas que brinden contención al colaborador en cualquier problema.

Aprenda a calcular su relación deuda-ingresos

En momentos de estrés financiero como el actual es importante saber cuál es su real situación económica. Para esto sirve mucho saber calcular la relación deuda-ingresos

Esta relación ayuda a determinar cuánto de sus ingresos mensuales se destina al pago de deudas. Generalmente, se recomienda que este porcentaje no supere el 30-40% de los ingresos mensuales. Se deben enlistar todos los gastos que se hacen al mes y dividirlos por los ingresos.

También se debe tener en cuenta que los reportes de crédito son herramientas ideales a la hora de evitar el sobreendeudamiento, pues contienen información sobre la cantidad de deudas, los montos y las entidades. Al conocer esta información se tienen más elementos para construir una planificación que cubra todas las deudas, para evitar un deterioro en la capacidad de pago.

Para obtener esta información se puede acudir a fuentes públicas como la superintendencia de bancos o a privados como Equifax.

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