Kundera

Matías Dávila
Matías Dávila

Por: Matías Dávila

El poeta checo Milán Kundera escribió algo que hoy tiene más vigencia que nunca: “la lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido”. ¿Realmente cree usted que un representante de la banca está dispuesto a privilegiar sus necesidades y las mías (las del pueblo) frente a las apetencias de su entorno? Si usted es una de esas personas de ‘fe’, le felicito. En los comentarios, en vez de insultarme, dígnese en contarme un caso en el que un representante de las élites haya marginado sus apetitos y los de los suyos por privilegiar ‘los más altos intereses nacionales’ —que deberían conllevar que usted y yo tengamos una mejor calidad de vida—.

Lastimosamente, una parte de la nueva izquierda también se ha teñido de voracidades muy poco éticas. Los recientes gobiernos progresistas en la región nos han dejado un ‘mal sabor de boca’ (para utilizar un eufemismo publicable).

Nosotros, el 99% de la población, que no tenemos ni empresas ni partido político ni nada, venimos a ser los ‘tontos útiles’ en el apasionante juego de la democracia (sarcasmo). El ruin negocio de la política necesita que usted se identifique como defensor de Lasso o de Correa. Es hacia cualquiera de los dos que usted debe canalizar su odio y hacer de esto un evangelio para propagarlo puerta a puerta. ‘Id y haced discípulos’, nos dice el marketing del oportunismo. ¿No será hora de replantear nuestras fidelidades?

Finalmente no importa si usted cree una cosa u otra, lo que debería ser nuestra causa común es la salud universal, el entierro (ojalá para siempre) de las cacareadas escuelas unidocentes, la desnutrición, el empleo digno, el tiempo para nuestras familias y el mejoramiento sustancial de nuestra calidad de vida. Estimado lector, no se deje entretener en tonterías. Para que el mago haga el truco, necesita que usted fije su atención en otra parte: recuérdelo.