‘Capaya’ y los incómodos recordatorios

Carlos Pareja Yannuzzelli, tristemente conocido como ‘Capaya’, es una figura incómoda. Con cada aparición, le restriega al país el recuerdo de ese pasado no tan lejano, de corrupción y desparpajo generalizados, aún impune. En su comparecencia de ayer ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, sus calculadas declaraciones —así como la ordinaria e infantil reacción de los integrantes del bloque correísta ante ellas— rememoró el expolio de la riqueza petrolera durante el correísmo, la deuda que mantiene la Justicia con los ecuatorianos y la falta de voluntad política que prevalece hasta la actualidad para terminar de aclararlo.

La situación de ‘Capaya’ constituye un testimonio viviente de cuán bajo cayó el sistema político ecuatoriano. Pareja Yannuzzelli no era un advenedizo, sino una persona muy conocida en el mundo petrolero que, además, tejió su acercamiento al correísmo desde antes de que llegaran al poder. Su cercanía al expresidente Rafael Correa y a varios de los hoy prófugos y reos era notoria, especialmente en momentos clave, como la explotación que siguió al fin de la Iniciativa Yasuní-ITT o los acercamientos a China. Se entregó a la Justicia en condiciones confusas, que hasta ahora son ‘una piedra en el zapato’ de Fiscalía, tras acuerdos con una serie de personajes sombríos que luego cayeron en desgracia. El estado de su salud mental, con varios intentos de suicidio, ni su desesperanzadora situación legal son de conocimiento público.

Cada declaración de ‘Capaya’ recuerda lo técnicamente complejo que es el entramado criminal de aquella época. ¿Podrá descifrarlo la Justicia o seguirá esperando que otros países lo hagan por ella?