Duplicar el ingreso por ecuatoriano tomará 175 años

CONTRADICCIÓN. Los ingresos de los ciudadanos son bajos, pero el Estado gasta mucho.
CONTRADICCIÓN. Los ingresos de los ciudadanos son bajos, pero el Estado gasta mucho.

El Gobierno está en medio de una encrucijada: Es posible arreglar las cuentas fiscales sin cortar las alas al crecimiento y la generación de empleo.

El Gobierno de Guillermo Lasso proyecta que la economía ecuatoriana no crecerá más del 2,54%, en promedio, durante los próximos años hasta 2025.

Ese porcentaje está apenas 0,4% por encima del incremento poblacional y no alcanza para mejorar sustancialmente la calidad de vida y las oportunidades, sobre todo de los estratos más pobres.

A ese ritmo, y sin un cambio real en el modelo económico, al país le tomará 175 años duplicar su ingreso por ecuatoriano. Ese ingreso ya retrocedió 10 años con el golpe de la pandemia.

En otras palabras, se necesitará el esfuerzo de casi tres generaciones para llegar a los niveles de desarrollo, empleo y capacidad de consumo que actualmente tienen sociedades en la región como Panamá, Uruguay, Chile o Costa Rica.

Actualmente, la economía nacional produce un ingreso per cápita de $443 mensuales; mientras en otros países se genera más de $1.000.

Las metas de generar 2 millones de empleos adicionales en cuatro años y subir el Salario Básico Unificado hasta $500, incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo, dependen de que el crecimiento económico sea superior al 4%. Solo así, las empresas podrán contratar más y con sueldos más altos.

De acuerdo con Francisco Swett, exministro de Economía, la razón de fondo del bajo desempeño esperado es que, a pesar de las promesas de campaña, el Gobierno ha optado por seguir reproduciendo la lógica de los últimos 14 años:  eludir el recorte del gasto público improductivo; y seguir financiando el despilfarro con más deuda.

Más esfuerzo para el mismo saco roto

Como candidato, Guillermo Lasso repitió muchas veces que “más vale un dólar en el bolsillo de cada ciudadano que en la caja de un Estado despilfarrador”.

Sin embargo, como Presidente ha propuesto una reforma tributaria donde se vuelve a pedir un esfuerzo a los pocos que ya pagan impuestos; pero el ajuste en el gasto público se concentra en la inversión y no en la reducción de la burocracia.

De los más de $4.200 millones de recorte acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), menos de $1.000 millones tiene que ver con una verdadera optimización de procesos ineficientes, tramitología excesiva y mejoras en la contratación pública.

El economista Walter Spurrier, director de Análisis Semana, cuestiona que el gasto en sueldos no solo que no se reduce, sino que continuará creciendo.

Desde los sectores liberales, que en teoría deberían ser el principal apoyo del actual Gobierno, se asegura que los más de $9.000 millones anuales en burocracia son insostenibles.

El recorte en ese sector debería ser de alrededor de $1.800 millones para que tenga relación con el tamaño y la capacidad de la economía nacional.

Esos $1.800 millones, que no se están ajustando en el Estado, son los que se pide ahora a la ciudadanía por medio de más impuestos a través del proyecto de ley llamado de Desarrollo Económico.

En este contexto, se le quita liquidez al sector productivo y a los pocos sectores que pueden impulsar el consumo; mientras la economía sigue sin crecer a los niveles que se necesitan. (JS)

En los próximos se gastará más de $36.000 millones en pagar deudas y menos de $13.000 millones en inversión.
El ingreso mensual por ecuatoriano no supera los $443; mientras en Uruguay o Chile se supera los $1.000

¿Vuelve a triunfar el “consenso socialdemócrata”?

Según Gabriela Calderón, investigadora del Cato Institute, en Ecuador no se ha implantado nunca un modelo realmente liberal (menos neoliberal), sino que se mantiene un consenso  socialdemócrata, donde se da por hecho que el  Estado debe intervenir para promover determinadas industrias, proteger a otras de la competencia, fijar precios oficiales, redistribuir los ingresos mediante un sistema tributario progresivo, rescatar instituciones financieras socializando las pérdidas de privados, entre otros.

“Este consenso ha causado más daño porque no tenemos instituciones sólidas y fácilmente deriva en autoritarismo, corrupción y despilfarro”, dijo.

Por eso, se considera que el actual enfoque del Gobierno de Guillermo Lasso es una claudicación a más de lo mismo. Y, en el camino, se ha ido dejando de lado casi todos los cinco pilares de la propuesta del Foro Libertad y Prosperidad: (1) que los trabajadores sean dueños de sus ahorros, eligiendo quién los administra; (2) internacionalizar el sistema financiero para aumentar la oferta de crédito y bajar las tasas de interés; (3) apertura comercial para beneficiarnos de la división internacional del trabajo; (4) reducir el tamaño del Estado y bajar la presión tributaria; (5) flexibilizar el mercado laboral.

“El denominador común de las cinco propuestas es darles mayor libertad económica a los ecuatorianos, facilitándoles el desarrollo de sus proyectos de vida y conduciendo al país hacia una mayor prosperidad. La evidencia demuestra que las economías más libres son las más prósperas”, concluyó Calderón.

El PIB por ecuatoriano retrocedió 10 años con la pandemia | Diario La Hora