El semáforo rojo declarado en ocho cantones de la provincia no es suficiente para que las personas dejen de participar de eventos que conllevan aglomeración y desorden.
Según el registro de la Intendencia General de Policía de Tungurahua, en la provincia ya se han desalojado a 5 mil personas de diversos eventos que incumplieron aforos.
Sin embargo, en Ambato es donde más desobediencia existe, pues se han organizado desfiles, fiestas clandestinas y más, de donde se desalojaron a 2.300 personas de todas las edades.
Hechos
Desde la última alerta en Fin de Año que se dio en Ficoa donde el descontrol fue evidente, el lunes se registró nuevamente otro hecho donde 200 personas fueron desalojadas de una gallera en la parroquia Pishilata, aquí hubo hasta menores de edad consumiendo licor.
A día seguido, ayer, se dio un hecho similar en Picaihua, donde danzantes, caballerías y priostes hacían parte de una celebración religiosa.
Todos estos eventos son ilegales debido a que desde el 17 de diciembre de 2021 se prohibieron los actos públicos como medida de restricción emitida por el COE Nacional, pero esto no se cumple.
Para el intendente Diego Proaño, los operativos de control son permanentes, sin embargo, insiste que la indisciplina ciudadana hace que se pierda cualquier esfuerzo humano y logístico.
“El trabajo realmente es exhaustivo, pero estos hechos retrasan todo lo que se avanza. Las personas no entienden que estamos en emergencia sanitaria y que el repunte de contagios se debe a estos actos indisciplinaros”, dijo el funcionario.
A pesar de esto, comentó que se trabaja articuladamente con el Municipio de Ambato para desplazar a las personas de todo tipo de eventos que impliquen aglomeración e indisciplina como el consumo de licor.
Situación
La provincia y Ambato ocupan las listas de los más indisciplinados desde diciembre, según el reporte del ECU 911, además, los aforos no se respetan en cualquier punto de concentración como el transporte, mercados, pero hacer o participar de eventos ponen en riesgo a todos, dijo Manuel Carillo, abogado de profesión.
Esto se ve reflejado en la subida de contagios, pues en Tungurahua se registran alrededor de 112 casos diarios de COVID-19.
Mientras que Lorena López, ciudadana, mencionó que es increíble como las personas buscan la enfermedad. “Tengo varios conocidos y familiares contagiados y me parece absurdo como las personas siguen asistiendo a eventos para divertirse”, dijo la mujer. (CNS)
Estos antecedentes influyen en la salud
Que las personas ya no hagan caso sobre cuidarse y otras restricciones emitidas por las autoridades se debe a que en muchos casos las dos vacunas les ha dado el relajamiento, dijo la médico ocupacional, epidemióloga y biomédica, Samanta Vasco.
“Mucha gente le perdió el miedo al virus debido a que los síntomas no son letales como en un inicio cuando se desconocía sobre el tratamiento de la enfermedad”, recalcó Vasco.
Sin embargo, insiste en que las personas deben cumplir con el esquema completo de la vacuna con el refuerzo debido a que los anticuerpos bajan.
En cuanto a la variante ómicron, la especialista afirma que es un virus mucho más transmisible y sobre todo en personas que no se han vacunado por eso quienes recibieron inmunización se han despreocupado de contagiarse o no con este virus.
La sanción no basta, pero existe
Las sanciones por no cumplir las medidas dispuestas por los entes de control como el COE Nacional están basadas en el artículo 282 del Código Orgánico Integral Penal donde se dispone que el incumplimiento de “decisiones legítimas de autoridad competente”: La persona que incumpla órdenes, prohibiciones específicas o legalmente dirigidas a ella por autoridad competente en el marco de sus facultades legales será sancionado con pena privativa.
Sin embargo, los COE cantonales son los que rigen las medidas en sus jurisdicciones.