Aborto por violación

Ángel Polibio Chaves

En los próximos días la Asamblea Nacional abordará el tratamiento de uno de los temas más delicados en la vida de la sociedad ecuatoriana: el aborto en caso de violación.

Hace poco, recibí una reproducción de un mensaje de una legisladora argentina, ella misma fruto de una violación; luego de su nacimiento había sido dada en adopción y hoy es una mujer absolutamente realizada, casada, madre de dos niños y que da gracias al cielo por la decisión de su madre.

Su historia me emocionó profundamente y me mueve a promover el que entre otras opciones para evitar la suspensión del embarazo por violación, se debe considerar la adopción, pues si una mujer es víctima de violación, abortar el fruto de este hecho, nos coloca en la situación de un nuevo crimen en contra de un ser absolutamente indefenso, lo que sin duda resulta inaceptable.

Es muy difícil tratar este tema al margen de convicciones religiosas e ideológicas. Algunas personas asumirán una posición bajo la óptica de la religión, que ha mantenido inalterada su tesis en el sentido de que la vida comienza el momento en el que se produce la fecundación y por lo tanto es sagrada  desde ese momento; otras personas mantienen la tesis de que la mujer es dueña de su cuerpo y por lo tanto puede disponer de él con total libertad.

Aún hoy, desde el punto de vista biológico existen profundas discrepancias sobre la temporalidad de la formación del embrión. Hay quienes si bien adhieren al criterio de la existencia del ser desde la fecundación, consideran que si ella es producto de una violación, la madre estaría en el derecho de suspender el embarazo.

Es de esperar que un tema tan delicado y trascendente, sea tratado con seriedad, pues son enormes las consecuencias de lo que el legislador decida.