Familia recorre las vías del tren a pie

Familia. Mariana Placencia, Anabel Naranjo, Roberto Armas y Siegfried, en El Socavón en Ambato.

Era cerca del mediodía cuando llegaron a Ambato. El sol los acompañaba en su recorrido, pasaron el puente de El Socavón con la ilusión única de imaginarse el paso del ferrocarril por la ciudad.

Roberto Armas, de 43 años, Anabel Naranjo, de 33, y su hijo Siegfried, de 6 años, forman la familia que se aventuró a vivir una travesía caminando por las líneas del ferrocarril y conociendo todos los lugares que han sido olvidados desde que este dejó de funcionar.

Esperan llegar hasta Bucay por donde pasaba el tren.

Iniciativa

Roberto es el padre que impulsa los sueños de su hijo. Asegura que Siegfried desde muy pequeño les pidió que le lleven de viaje en tren, pues quería conocer las historias y leyendas que se hablan sobre el ferrocarril.

Sin embargo, este sueño se vio truncado con el cierre de la empresa pública Ferrocarriles del Ecuador en el 2020.

El padre comentó que ahorraron para hacer el crucero en tren, “no se dio”, pero no permitiría que su hijo no cumpliera su sueño, por lo que se aventuraron a recorrer las vías del tren a pie.

Salieron de Quito, específicamente desde la estación de Chimbacalle. “Hemos visitado lugares increíbles, sitios que están llenos de magia e historia”, comentó al tiempo de asegurar que palpar la realidad de estos sitos es la mejor riqueza que se está sacando de este viaje.

Mariana Placencia, de 76 años, madre de Raúl, los acompañó desde Yambo.

Un sueño que marca su vida

La sonrisa no se borra de su rostro con cada palabra, la emoción de relatar sus vivencias se desbordan en la voz de Siegfried.

Para él, lo que más le gusta de este viaje es compartir con su familia, porque todos los días es una nueva aventura, pero también con la gente, pues hay días que algunas personas los acompañan en la travesía.

“Es muy cansado, pero bonito a la vez, de hecho lo volvería hacer”, comentó y dijo le gustaría que el tren regrese a recorrer el país.

La familia recorre la línea del tren con una estrategia y en cada punto buscan lugares seguros para acampar, dicen que en los diferentes sitios a los que llegan siempre encuentran personas amables que les brindan su ayuda.

Esperan ir hasta Bucay, punto donde se une la Sierra y la Costa justo como lo hacía en su época la locomotora y los vagones que recorrían la línea férrea. (FCT)