Centro de rehabilitación funcionaba sin permisos

Un plantón realizaron familiares de Brenda afuera de la Gobernación de Tungurahua para pedir justicia por la muerte de la joven.
RECLAMO. Un plantón realizaron familiares de Brenda afuera de la Gobernación de Tungurahua para pedir justicia por la muerte de la joven.

Sin permisos de funcionamiento trabajaba un centro de rehabilitación para personas con adicciones. Este funcionaba  en el sector de Laquigo de Ambato.

En este sitio una joven de 23 años murió luego de que habría ingerido alcohol industrial, eso se conoció en primera instancia sobre este hecho al que preliminarmente se le conoció como un suicidio, hasta el momento el deceso se investiga.

 

Antecedentes

La noche del lunes 4 de septiembre de 2023, la mujer murió luego de que, al parecer, ingiriera alcohol industrial, esa misma noche una de sus compañeras de cuarto aseguró que previo al deceso, la occisa fue brutalmente castigada por la directora del centro.

Estos datos fueron tomados de una transmisión en vivo realizada por el medio digital Hernán Tirado, en donde la joven le indicó llorando al comunicador que “dejaron morir a Brenda, la vimos morir en nuestra cara y no nos dejaron ayudarla”.

La joven denunciante también era interna del centro, llevaba poco más de cinco de los seis meses que duraba el supuesto tratamiento.

Brenda estaba próxima a salir del lugar, pues este martes 19 de septiembre de 2023, cumpliría los seis meses de su rehabilitación.

“Ella se tomó alcohol industrial para emborracharse, esa era la finalidad cuando tuvimos una pequeña reunión en el centro. Cuando le interrogaron ella mintió diciendo que se había tomado pastillas, dijo que le dolía el cuerpo porque además tenía cólicos, pero le negaron y le pusieron una camisa de fuerzas”, dijo.

La testigo recordó que Brenda durmió ese día con ayuda de otra compañera, porque presentaba problemas para respirar, pero al día siguiente le dolía el cuerpo, lo que le fue informado a la psicóloga directora del lugar, pero esta arremetió molesta contra la ahora occisa, por considerar que supuestamente estaba fingiendo y tenía resaca.

 

Teníamos impotencia, Brenda se estaba muriendo en nuestra cara y no podíamos ayudarla, yo también aguanté correctivos, pero a ellos no les importó ella”.

Compañera de la occisa

 

Presuntos correctivos

“Les hicieron un correctivo de estar en la terraza en cuclillas, sin chompa ni zapatos bajo el sol, Brenda ya no avanzaba y decía que estaba mal, pero le mandaron a tirarse un balde de agua fría para volver a ponerse en cuclillas, ella se viraba y la directora le comenzó a patear diciéndole que se ponga bien y hasta le dio un almohadazo”, contó.

Durante la presunta agresión, el esposo de la directora, quien también era parte del cuerpo clínico del centro, estaba presente pero nadie auxiliaba a la joven que se quejaba de dolor sobre todo en el estómago.

Para el domingo 3 de septiembre, Brenda amaneció tan mal que su amiga avisó a la jefa de grupo, pero la doctora a cargo insistía en que la joven estaba fingiendo.

“Hasta una semana puede aguantar una persona sin comer”, le habría dicho la mujer a la joven, a quien, según su amiga, “se le dormían las piernas, estaba demacrada, el terapista la quedó mirando y le permitió que se acueste, la comida se la sirvieron poniéndole los platos en el piso”, contó la amiga de la fallecida.

 

CIFRA
2 CENTROS De rehabilitación autorizados legalmente funcionan en Tungurahua, uno en Montalvo de Ambato y otro en Patate.

 

Supuesta negligencia

“Cuando nos llevaron a almorzar nos advirtieron que no debíamos ayudarla, ella se levantó al baño y esos fueron los últimos momentos que la vimos con vida porque se desmayó en el baño, la doctora le hizo levantar gritándole”, aseguró.

“Muérete, si te quieres morir muérete”, es parte de lo que la funcionaria le habría dicho a la joven agonizante, según la testigo.

 

Los restos de la joven fueron sacados del sitio en medio de la tristeza de su madre y allegados.
ARCHIVO. Los restos de la joven fueron sacados del sitio en medio de la tristeza de su madre y allegados. (foto cortesía)

 

“Teníamos impotencia, Brenda se estaba muriendo en nuestra cara y no podíamos ayudarla, yo también aguanté correctivos, pero a ellos no les importó ella, llorábamos de impotencia. Luego vi que dos compañeras la llevaban casi escurriéndose a la enfermería y nos dijeron que no salgamos ni al baño”, relató.

“Oímos como golpes de cachetadas, como que pegaban y luego nos dieron la noticia de que se había muerto, fue terrible, vimos morir a Brenda y no pudimos ayudarla, ella murió agonizando”, concluyó.

 

EL DATO
Fernando Gavilanes, gobernador de Tungurahua, aseguró que se realizan diferentes operativos para controlar este tipo de clínicas clandestinas. El funcionario sostuvo que la ciudadanía debe informarse bien antes de caer en sitios no autorizados por la ley.

 

Realidad

Luis Eduardo Caguana, director zonal de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess), sostuvo que en lo que se refiere a este caso en particular, no se procedió a una clausura porque cuando visitaron el centro, tras conocerse de la novedad, en el interior del mismo ya no había pacientes.

Caguana fue enfático en establecer que, hasta marzo de 2023, este centro denominado ‘Punto de Decisión’, contaba con los permisos establecidos para su funcionamiento, pero luego de que la persona sobre quien pesaba el unicódigo decidiera abandonar esta actividad, su sucesora debía de realizar de cero los trámites para obtener un nuevo unicódigo.

 

TOME NOTA
Para conocer detalles de los centros autorizados por la Acess para la prestación de este servicio en Tungurahua, ingrese a este enlace http://www.acess.gob.ec/.

 

Este trámite se requería para poder tener los títulos habilitantes que garanticen la prestación del servicio de rehabilitación, pero estos trámites, según Caguana, estaban en transición, tiempo en el que el lugar no debía aún funcionar, pero contra la ley lo hizo.

La autoridad sostiene que las personas que conozcan de clínicas o centros de rehabilitación pueden hacer sus denuncias a través del e-mail [email protected], estas son atendidas de forma inmediata con el fin de combatir la clandestinidad de centros de adicciones que ponen en riesgo la salud de los pacientes.

Este tipo de espacios están regulados por la Ley Orgánica de Salud, instrumento legal que establece multas, suspensión del permiso o licencia, suspensión del ejercicio profesional, el decomiso y la clausura parcial, temporal o definitiva de los centros que incurran en alguna falta, omisión o que funcionen sin los permisos respectivos.

 

Inversión

A raíz de la muerte de Brenda se supo que las mensualidades en este centro de rehabilitación eran de 600 dólares, y el tratamiento era un lapso de seis meses para ayudar a los adictos y rehabilitarlos.

Alejandra Noboa, madre de la víctima, fue quien aseguró que pagaba este monto por los supuestos cuidados que le prometieron para su hija deje sus adicciones. (MAG)

 

TOME NOTA
“Hasta una semana puede aguantar una persona sin comer”, le habrían dicho la joven que murió en el centro de rehabilitación clandestino.

 

 

Investigación del caso

Desde la Policía Nacional se informó que actualmente el caso se encuentra en manos de la Fiscalía de Tungurahua, es que en torno al deceso, se hallaron varias situaciones que podrían llevar al hecho a ser conocido por un Juez de Garantías Penales.

Tanto el protocolo de autopsia como el resto de averiguaciones al respecto del caso, se mantienen en reserva por la delicadeza del hecho.

En el sitio ya no se encuentra el letrero que identificada al sitio como un centro de rehabilitación.
ACTUALIDAD. En el sitio ya no se encuentra el letrero que identificada al sitio como un centro de rehabilitación.

 

No había nadie

Un equipo investigativo de Diario La Hora acudió hasta el centro donde sucedió la tragedia, en el lugar una mujer que no abrió la puerta se limitó a responder varias preguntas sin identificarse.

Ella aseguró que solo quedaron las empleadas y que de la directora no conocía nada, pues solo arrendaban el espacio.

Al insistir por quién pudiera atender a las inquietudes o facilite un contacto telefónico, aseguraron que no estaban autorizados para brindar ningún tipo de información.

En el lugar el letrero que nombraba al sitio como un centro de rehabilitación, ya había sido retirado.