Gobierno y oposición medirán fuerzas en aras de generar nuevas alianzas

El presidente Guillermo Lasso logra espacio de gobernabilidad.
El presidente Guillermo Lasso logra espacio de gobernabilidad.

La movilización jugará un papel protagónico dentro del próximo proceso electoral porque se han avizorado nuevos liderazgos.

 Después de que la propuesta de la bancada Unión por la Esperanza (UNES) -leal al expresidente Rafael Correa- en la Asamblea, se vino abajo al no reunir 92 votos para destituir a Guillermo Lasso, presidente de la República, de alguna forma le da al Gobierno un espacio de estabilidad, porque el artículo 130, numeral 2 de la Constitución puede  activarse una sola vez durante el periodo legislativo.

Para el politólogo y jurista, Rubén Calle, esta coyuntura demostró que las fuerzas políticas no se han consolidado lo suficiente como para que se concrete un derrocamiento al jefe de Estado.

Lo ocurrido en la Asamblea también puso en evidencia que el Ecuador está “totalmente desinstitucionalizado, con fuerzas políticas fraccionadas, con un Presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) suspendido, con un Consejo de la Judicatura (CJ) incompleto, con un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) cuestionado, y con una Presidencia de la República con 80 votos en contra dentro de una Asamblea.  Este contexto -añadió- impide avanzar en la reactivación de la economía y en la recuperación del empleo. Esto, porque la mayoría de oposición es suficiente para vetar cualquier propuesta del Ejecutivo.

Para Calle, el Presidente de la República todavía “está a tiempo” de intentar llegar a acuerdos mínimos.  Lo dijo en referencia a que apenas el 24 de Mayo de 2022, el primer mandatario cumplió su primer año en el poder.

Consolidar mayorías

Marco Salamea, profesor de sociología y ciencias políticas, considera que el Gobierno debe intentar recomponer sus fuerzas y, por ejemplo, reestructurar alianzas. También es factible que el grupo de minoría (UNES, aliados, disidentes o independientes) también busquen avanzar hasta consolidar una mayoría absoluta, dejando de lado las mayorías móviles, para armar un escudo frente a los proyectos de ley o iniciativas que pueda plantear el Gobierno.

Para Salamea, los 80 votos de la oposición en la Asamblea no pueden entenderse como un triunfo, sino como una debilidad del Ejecutivo, y opinó que la única posibilidad de mantener una gobernabilidad sostenible en el tiempo es que el Presidente de un viraje a su política, como, por ejemplo, revisar la ley laboral.

Apoyo del PSC

Salamea considera que el apoyo del Partido Social Cristiano (PSC) será un puntal importante porque ideológicamente está en el mismo nivel de CREO. “Siempre han tenido intereses ideológicos compartidos”.

El modelo de libre mercado que defiende el PSC le acerca más al presidente Guillermo Lasso que a los sectores de oposición.   Aunque también, de por medio, pueden haber propuestas económicas compartidas.  “Por eso no me sorprende el apoyo socialcristiano a Lasso que puede ser a mediano plazo”, puntualizó.

Con la Izquierda Democrática (ID) las alianzas pueden variar según las propuestas del régimen. En este punto, Salamea recordó que en ocasiones la ID se ha agrupado con detractores del Gobierno y con sus votos obstaculizó el apoyo a la Ley de Inversiones, algo que no ocurrió con el PSC por la “obvia razón de compartir ideologías”.  (SC)

Se vislumbra una recomposición de las fuerzas políticas en la Asamblea.
Se vislumbra una recomposición de las fuerzas políticas en la Asamblea.

 La abstención de Luis Almeida

En la moción para la destitución de Guillermo Lasso en la Asamblea, Luis Almeida (PSC) fue uno de los seis legisladores que se abstuvo en la votación y se apartó de la disciplina partidaria socialcristiana.  El politólogo  y catedrático universitario Francisco Mena opinó que la motivación de Almeida pudo tener tintes personales.  Recordó que el legislador siempre culpó al Gobierno como el causante o de haber maquinado la destitución de su sobrina, Sofía Almeida, de la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs). En este caso solo hubo una motivación subjetiva y pasajera, señaló.

‘Leonidas Iza impone sus teorías’

Gissella Molina (Pachakutik), también se abstuvo en su votación. Ella  fustigó a Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), y a la bancada de UNES.   “El señor (Iza) dice ser un líder, pero no es más que un capataz prepotente y machista que impone sus teorías”.

Molina rechazó las amenazas y amedrentamiento a los cuales, dijo, fue expuesta.  Previo a la votación,  en redes sociales circularon audios en los que una mujer  (aparentemente vinculada al grupo de los rebeldes de Pachackutik) hacía un llamado a “compañeros” del cantón La Maná para que se acerquen al domicilio de Molina con carteles y pancartas para presionarla para que vote a favor de la destitución de Guillermo Lasso.

“¡Que nadie me venga a lavar la cabeza y decirme que es lo que tengo que hacer porque estoy muy clara que necesitan los ecuatorianos y ustedes son los menos indicados para decirme que hacer!”, exclamó Molina.

Molina agregó que la provincia de Cotopaxi ha sido relegada por décadas en el acceso a servicios básicos de salud y educación, lo que ha provocado una brecha de decadencia de ciudadanos que ha hecho que sean manipulados por seudo líderes.

“Iza ha impuesto una tesis de prepotencia y una agenda propia por encima de cualquier sentimiento de las bases, eso ha hecho que las mujeres en Cotopaxi hayan sido relegadas”, señaló.

“Cuando ustedes (correistas) estaban en el poder siempre fueron una vergüenza porque les gustaba la manipulación. Es una lástima que Iza no haya salido a protestar cuando el correísmo estaba al frente, porque ¿saben qué? En ese momento estaba bien metido en la cárcel, con unas cinco sabatinas encima”,

Gissella Molina
asambleísta de Pachakutik