Leonidas Iza y sus sueños trasnochados

Teorías y más teorías; Estudiosos de esta realidad han ensayado múltiples visiones de esta realidad, basadas, bien sea en el marxismo, el socialismo, la democracia cristiana, el socialismo democrático y hasta en el fascismo.

Sus herramientas de análisis fueron adoptadas de otras latitudes, especialmente europeas sin que se adaptaran a las circunstancias de nuestros pueblos, lo que produjo una falsa visión de la realidad. Seguidores de Lenín y de Marx, quienes con mayor profusión han estado presentes en casi todos estos estudios y en ellos, su más sobresaliente idea: la lucha de clases ha sido superpuesta sin adaptaciones ni modificaciones sobres sus observaciones, lo que ha dado como resultado una falsa visión de la realidad.

Ante la ausencia de una ideología propia, muchos autores latinoamericanos pretendieron llenar ese vacío, entre ellos, José Carlos Mariátegui, filósofo y escritor peruano que a principios del siglo XX escribió su obra. Sus primeros textos corresponden a los años en que el autor inscribía su pensamiento en el partido comunista; mientras que al final de su vida, renegó del marxismo y apuntó a la necesidad de crear un movimiento que reconociera el valor del sistema político de los Inkas.

Abimael Guzmán, líder de las guerrillas de Sendero Luminoso, en el Perú, pretendía justificar su accionar demencial y sangriento en las ideas de José Carlos Mariátegui. Hoy, el nieto del autor, también periodista y escritor lo ha desmentido, tras un profundo estudio de sus libros y artículos.

Refundación del Tahuantinsuyo

Fausto Reinaga, indígena y líder aymara boliviano, también escribía en la revista “Amauta” de Mariátegui y de allí tomó la idea de aquel para lanzar una propuesta ideológica que sacudió el pensamiento político de los movimientos indígenas: “Si el Inkario constituyó una sociedad perfecta, lo que sucedió luego fue “la barbarie occidental”, que es el continuum desde la Conquista, pasando por la República, incluida la revolución boliviana de 1952”.

La filosofía de la historia de Reinaga está basada en esa hipotética visión de una edad feliz y de libertad que cubrió el Tahuantinsuyo, le sucedió una edad de opresión y exterminio del indio, originada y mantenida en la Colonia. Pero, basados en la visión cíclica del tiempo que tienen los pueblos andinos, cree que, tras la opresión, vendrá una nueva edad (Jacha Uru: el gran día) iniciada con la revolución india. Este modo de explicar la historia fue asumido, con algunas variantes, por indianistas-kataristas contemporáneos como Felipe Quispe en el Perú, y, al parecer, por Leónidas Iza en el Ecuador.

La visión radical de esta postura los lleva a despreciar todo lo que provenga de fuera de los límites de la tierra de los pueblos andinos. Ideas (el comunismo y el socialismo), costumbres, organización, religiones (la católica, el islamismo y las iglesias protestantes), y hasta el mestizaje del que participamos todos en la América andina. La Revolución mexicana, reflexionó Reinaga, intentó infructuosamente resaltar el mestizaje, lo que mereció el calificativo “una utopía fallida” para la América india, de ahí que postuló otro sueño para la liberación india en el que todo lo que no sea andino deben ser destruido para dar paso al resurgimiento del idílico paraíso Inka.

Quienes aceptan esta visión, afirman que ya está en marcha esta revolución y, sin importar los costos, incluyendo la violencia, el derramamiento de sangre y hasta la muerte, ellos lucharán por imponerla.

Leónidas Iza, luego de la barbarie de octubre de 2019, se muestra como uno de los acérrimos creyentes de la revolución india, y acompañado de militantes del anquilosado comunismo, frustrados por sus anteriores fracasos, publica un libro en donde se muestra de cuerpo entero. “Estallido” es su título y en sus páginas puede leerse que, mientras Leónidas Iza mantenga influencia sobre la dirigencia y las bases indígenas, la revolución para imponer un sistema comunista y una civilización anticapitalista será la prioridad del movimiento. «La luz al final de túnel proviene de la afirmación creída, buscada e impostergable: comunismo indoamericano o barbarie».

Esos escritores enancados en el líder de la Conaie, seguramente creen que lo están utilizando para sus fines políticos. El curso de los acontecimientos demostrará que esa manipulación es en sentido contrario. Iza los usa para dar cierto academicismo a sus ideas y cuando lo crea conveniente los desechará, porque las de ellos son “europeas” y son mestizos, portadores de genes originarios de Europa.

Leonidas Iza y sus sueños trasnochados

Vistas así las cosas, el caos creado en el Ecuador de estos días, no es otra cosa que una batalla más de una guerra indígena contra la democracia que rige desde hace siglos en nuestra tierra. El objetivo principal de este paro, al igual que el anterior del 2.019, es la toma del Poder para destruir, desde adentro, la institucionalidad vigente y refundar el Tahuantinsuyo, con un poderoso y vitalicio Inka, que de origen a una dinastía que gobierne basado en los principios de ama quilla, ama llulla, ama shua; que pueden traducirse en: no ser ocioso, no mentir, no robar; y donde el Estado, es decir el Inka, sea padre generoso que distribuya entre sus súbditos todos los recursos que sean necesarios para su felicidad. Creer que un Estado, que un gobierno, puede regalar felicidad, no pasa de ser un infantilismo utópico.

De lo que se trata, entonces, no es un avance histórico, sino más bien, un retroceso ya que se ignora todos los cambios ocurridos en el mundo desde hace más de 500 años. Hoy, el mundo ha entrado en una etapa de dependencia económica, tecnológica, comercial global, donde, al parecer hasta los quebrantos de salud son universales. La guerra de Rusia contra Ucrania y el Covid, son ejemplos simples pero evidentes de esta globalización. Los efectos de estos eventos no respetan fronteras, razas, sexo, edades, sistemas de gobierno y religiones; afecta a todo ser humano que se halle en cualquier lugar del planeta. Sin embargo, Iza y su torcida visión pretende justificar su lucha, desconociendo esta realidad.

Sin embargo, para encandilar a los ingenuos admiradores de su figura, ante los medios de comunicación, pocas horas antes de iniciar su paro, no vaciló en decir que la gasolina super, en Europa valía 2,50 dólares, mientras que en el Ecuador llegaba a valer 4,36. Lo que callaba es que en Europa ese valor correspondía a un litro de combustible, mientras que el precio en nuestro país correspondía a un galón. Su discurso no era incorrecto, producto de algún error, sino que escondía una mentira, pues Iza conoce la diferencia entre litro y galón, la diferencia entre un paro y un golpe de Estado, pero sus falacias las proclama a los cuatro vientos para engañar a su propio pueblo, a su gente.

Leónidas Iza ha entrado en una espiral de mentiras y violencia de la que no saldrá sino cuando, al decir de sus más cercanos colaboradores, y así consta en entrevistas que circularon en las redes sociales, logre derrocar al actual gobierno y pueda él ser proclamado como el nuevo gobernante. ¿Cuál será el título que pretende ostentar?: ¿Presidente? ¿Dictador? ¿Führer? ¿Duce? ¿Tirano? ¿Papa?
Me inclino a pensar que será Tupak Amauta Inka.

Autor: Dr. Fausto Jaramillo