Más de cinco de cada diez subempleados tienen 35 años o más y necesitan una reforma laboral urgente

OCUPACIÓN. La precariedad laboral afecta cada vez más a ecuatorianos de mediana edad.
OCUPACIÓN. La precariedad laboral afecta cada vez más a ecuatorianos de mediana edad.

El mercado laboral no ofrece oportunidades para los trabajadores de mediana edad. Desde la jubilación patronal hasta la rigidez y politización frenan el desarrollo del país.

Con corte a septiembre de 2023, el 56% de los subempleados en el país tiene 35 años o más. Es decir que más de cinco de cada diez subempleados son personas de mediana edad que, en muchos casos, han perdido el empleo formal que un día tuvieron, pero no encuentran condiciones para reinsertarse laboralmente.

Del total de subempleados de mediana edad, el 21,69% corresponde a 35 y 44 años; el 30,46% se concentra entre 45 y 64 años; y un 3,84% adicional se ubica entre 65 años y más.

Rocío Domínguez, emprendedora por necesidad, explicó que Ecuador tiene unas normas laborales rígidas y en muchos casos politizadas, como el establecimiento del Salario Básico Unificado, que dejan sin piso a una creciente cantidad de personas todavía en edad productiva.

“En mi caso, me quedé sin trabajo a los 40 años y me tocó emprender una serie de negocios precarios, hasta que 10 años después pude estabilizarme con un pequeño emprendimiento de comida. No existe flexibilidad para reinsertarse y los costos laborales aumentan con la edad por una legislación caduca. Tampoco es fácil acceder al crédito para emprender”, dijo.

La jubilación patronal

Cada vez un número creciente de empresas despide a personas entre 50 y 60 años para evitar pagar la jubilación patronal, que es una jubilación vitalicia y obligatoria, paralela a la del IESS.

Precisamente en ese rango de edades está el mayor porcentaje de subempleados de mediana edad.

Según Carlos Viteri, abogado en temas laborales, la jubilación patronal nació para mantener protegidos a los trabajadores que no accedían a la jubilación del sistema de seguridad social cuando se aprobó el Código del Trabajo en 1938. Pero, gracias al populismo legal, se transformó en una prebenda para todos los trabajadores; y una carga pesada para las empresas que se ven obligadas a seguirles pagando a extrabajadores que ya no les generan ninguna ganancia por un promedio de 25 años más, luego de jubilarse.

La jubilación laboral debe pagarse a los que tengan al menos 20 años de trabajo en una misma empresa; y eso desincentiva el mantenimiento de personas de más edad en la nómina

Rodrigo Gómez De la Torre, expresidente de la Cámara de Agricultura de la Primera Zona, recalcó que la jubilación patronal beneficia, en el mejor de los casos, a un 4% o 5% de los trabajadores y deja sin oportunidades laborales a la mayoría.

De la Torre considera que se debe retomar el consenso logrado en el Consejo de Trabajo y Salarios en 2019. En esa ocasión, tanto trabajadores como empresarios acordaron eliminar el actual sistema de jubilación patronal por un ahorro individual que se acumula desde el primer día de trabajo y no depende de que se quede 20 años o más en una misma empresa.

Este acuerdo debía formar parte de un proyecto de ley de reformas, pero nunca se concretó.

La comisión técnica creada por el Gobierno de Lasso para reformar el sistema de pensiones del IESS también elaboró una propuesta para cambiar el costoso e ineficiente sistema de jubilación patronal, por uno de ahorro individual para la vejez.

“Existen soluciones alternativas y el presidente electo, Daniel Noboa, debería tomarlas muy en serio para su consulta popular o para un proyecto de ley que pase por la Asamblea. Es algo urgente”, añadió Viteri.

Según el Foro Económico Mundial, las empresas pueden verse desincentivadas para contratar o retener a trabajadores de mayor edad debido a los costos asociados con las jubilaciones patronales. Esto puede llevar a la pérdida de la experiencia y habilidades valiosas que los trabajadores mayores pueden aportar al lugar de trabajo.

Además, se destaca que se puede retomar propuestas de reforma laboral ya elaboradas, pues no se debe inventar nada. Incluso antes del Gobierno de Guillermo Lasso ya existían propuestas equilibradas para destrabar el mercado laboral.

Una de esos planteamientos es el de la Cámara de Comercio de Guayaquil y la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), que señala:

1  Ofrecer libertad en los parámetros de los contratos (duración, días y horas de trabajo), respetando los beneficios a la seguridad social.

2 Bajar el costo por despido a una remuneración por cada año de labores sin que supere el máximo de seis remuneraciones mensuales y ampliar el periodo de prueba de 90 a 180 días.

3 Mejorar la cobertura del actual seguro de desempleo para que las personas desempleadas puedan acogerse al beneficio después del primer mes de despido con un mínimo de 12 aportaciones no simultáneas, de las cuales las últimas seis deben ser consecutivas.

4 Establecer tres salarios mínimos diferenciados: juvenil, actividades agropecuarias y general para permitir el acceso de grupos excluidos al mercado laboral formal.

6 Eliminar la jubilación patronal y permitir a los afiliados convertir el fondo de reserva actual en un sistema privado de ahorro para su vejez.

7 Permitir una deducción en el pago del impuesto a la renta a las empresas, equivalente al 50% del valor entregado a sus trabajadores por reparto de utilidades.

Así, una empresa que reporta utilidades antes de impuestos por $100.000, tendría que repartir $ 15.000 por concepto de utilidades. Sobre este resultado, la empresa podría deducir $7.500 adicionales.

A estas siete reformas se podría añadir medidas más específicas destinadas a reducir el problema del alto subempleo de personas con 35 años o más:

Programas de capacitación y reciclaje laboral: Ofrecer programas de capacitación y reciclaje laboral específicos para adultos mayores puede aumentar su empleabilidad. Estos programas les ayudan a adquirir nuevas habilidades o actualizar las existentes, lo que los hace más atractivos para los empleadores.

En este punto, como ha dicho el exministro de Hacienda de Chile, Andrés Velasco, podría ser valioso analizar qué se puede aprender y aplicar del modelo laboral escandinavo.

Fomentar el emprendimiento: Muchas personas mayores tienen la experiencia y la sabiduría necesarias para emprender sus propios negocios. Los gobiernos pueden ofrecer apoyo financiero y asesoramiento para ayudar a los emprendedores mayores a iniciar y hacer crecer sus empresas.

Además, se puede impulsar una reforma financiera en dos líneas: Eliminar el sistema político de techos a las tasas de interés y de internacionalización de la banca privada.

Flexibilidad en el trabajo: Fomentar la flexibilidad en el lugar de trabajo, como el trabajo a tiempo parcial, el teletrabajo o la jornada flexible, puede ayudar a las personas mayores a equilibrar sus responsabilidades familiares o de salud con el empleo. (JS)

El panorama de los subempleados de mediana edad se complica aún más porque solo el 11,7% tiene educación superior. Además, el 90,6% no tiene ningún tipo de seguro, el 3% tiene seguro en el IESS y un 6,4% tiene seguro privado.
El sueldo promedio de un subempleado es de alrededor de $207 mensuales.
Los cinco sectores económicos con mayores niveles de subempleo son: agricultura y minas (34,7%), servicios (31,1%), comercio (12,7%), construcción (11,2%), manufactura (7,8%).

Más del 33% de los desempleados tiene 35 años o más

Con corte a septiembre de 2023, el 33,49% de los desempleados en Ecuador tiene 35 años o más: Entre 35 y 44 años (19,51%); entre 45 y 64 años (13%); y entre 65 años y más (0,98%).

Estos desempleados, en la mayoría de los casos, nunca vuelven a conseguir un empleo formal y su situación económica se vuelve precaria de cara a la vejez que, como ya ha analizado LA HORA, constituye una etapa donde gastos como los relacionados con la salud se disparan.