Paco Moncayo Gallegos
El 26 de octubre conmemoramos los 25 años de la firma de la paz con Perú que puso fin a una centenaria disputa territorial, originada en la etapa colonial, presente a lo largo de la campaña independentista, causa de una guerra en el período grancolombiano y de repetidos enfrentamientos diplomáticos y militares a lo largo de la vida republicana.
Después de la confrontación armada del año 1995 que terminó realmente con la Declaración de Paz de Montevideo del 28 de febrero, se conformó la Misión de Observadores Ecuador – Perú, integrada por los Países Garantes, se separaron las fuerzas y desmovilizaron los operativos bélicos, se creó una zona desmilitarizada, e iniciaron largas y complejas negociaciones para resolver los impasses subsistentes, que duraron entre 1996 y 1998.
La firma de la paz ha permitido a los dos países ingresar al nuevo siglo, libres de la permanente amenaza de un conflicto bélico y enfrentar juntos los agobiantes desafíos a su desarrollo y seguridad, derivados de los actuales contextos global, regional e internos. A partir de entonces, el comercio binacional ha crecido exponencialmente. La Cámara de Comercio e Integración Ecuatoriano-peruana informa que se ha multiplicado en siete veces hasta el año 2022; las exportaciones no petroleras han crecido de 61.7 millones en 1999 a 486.3 millones el año anterior; y, el número de exportadores pasó de 909 a 2.464. Por otra parte, se ha mejorado la integración vial y las infraestructuras productivas, de educación y salud en la zona fronteriza.
Todos los presidentes han apoyado el proceso de paz y avanzado en la integración. Han sido frecuentes y fructíferos los gabinetes binacionales en los encuentros presidenciales. En uno de ellos, se firmó la Declaración del Golfo de Guayaquil como bahía histórica, a la vez que la ratificación del trazado del límite marítimo. Un reto que queda por cumplir es la creación de dos Centros de Comercio y Navegación ecuatorianos en las riberas del río Amazonas.
Son muchas, pues, las razones que justifican esta conmemoración y la presencia de nuestras autoridades para participar en los eventos celebratorios en la ciudad de Lima, donde se han actualizado importantes acuerdos de integración.