Sectores de Quito en peligro por la erosión de quebradas

RIESGO. En las quebradas La Concepción y Carretas, las casas están al filo del precipicio.
RIESGO. En las quebradas La Concepción y Carretas, las casas están al filo del precipicio.

El Colectivo ‘Luchando por las Quebradas’ une fuerzas para exigir respuestas al Municipio.

 La erosión de las 182 quebradas en Quito ha desencadenado una realidad que afecta a la población cercana. Esta amenaza pone en riesgo a numerosas familias y sus hogares, generando una necesidad urgente de acción y soluciones concretas.

Hace cinco años nació el colectivo Luchando por las Quebradas, una iniciativa encabezada en su mayoría por mujeres.

Esta agrupación se compone de defensoras y decenas de afectados por la problemática. Con más de 100 quebradas en su radar, buscan evidenciar la crisis y exigir soluciones.

 Afectados por la erosión

El impacto de la erosión en las quebradas es innegable. Dos declaraciones de emergencia, emitidas bajo la normativa municipal, señalan la gravedad de la situación en la quebrada Carretas, en Carapungo y la Capulí, en Guajaló.

Sin embargo, los daños no se limitan a estas áreas. Los habitantes de Conocoto, Alangasí y las laderas del Pichincha también sufren, al igual que en Calderón. Estos problemas de erosión perjudican viviendas, carreteras y casas de hacienda, incluyendo las históricas Cajamarca, ubicada en Pomasqui y Marquesa de Solanda, en el sector de Ponciano, que se encuentran al borde del abismo.

El testimonio de Carmen López, habitante de Guajaló durante más de dos décadas, refleja la lucha de muchos quiteños. Su hogar, ubicado cerca de la quebrada Capulí, ha sido impactado por las decisiones de planificación urbana.

La quebrada era a cielo abierto, pero la Epmaps cerró parte del cauce natural de la quebrada para pasarlo por un colector muy pequeño y, cuando hay una temporada invernal fuerte, se desborda”, cuenta López.

 Permisos en zonas de riesgo

Carmen López tiene 54 años y trabaja desde los 18, todo el esfuerzo de su trabajo está invertido en su casa. Cuando le vendieron el lote, ella obtuvo el permiso de construcción en el Municipio y fue aprobado. Ahora le preguntan por qué construyó ahí si es una zona de riesgo.

Carmen ha soportado inundaciones desde 2020, cuando perdió todas sus cosas. Ahora se resguarda en el segundo piso, con su familia y su perro.

Ella agradece que en este 2023 aún no se han visto afectados. Pero con la llegada del fenómeno de El Niño sabe que hay una posibilidad de que vuelva a pasar.

A intentado encontrar soluciones a través de las empresas públicas de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) y de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), así como en la Secretaría de Riesgos, pero las respuestas han sido insatisfactorias.

En la Epmaps y la Epmmop le dijeron que esa no es su competencia, asegura. Mientras que en la Secretaría de Riesgos, la última vez que consultó en la administración del exalcalde Santiago Guarderas, le comunicaron que no tenían presupuesto para ampliar el colector.

López asegura haber asistido, en la actual administración, a una reunión en Secretaría de Riesgos, pero indica que le informaron que no tienen ningún plan emergente para solucionar estos problemas.

Triunfos y desafíos

Aunque una resolución anterior declaró que las quebradas son Patrimonio Cultural, Histórico y Paisajístico, la situación comenzó a cambiar hace un año. Una sentencia constitucional marcó una victoria crucial, señalando que las entidades gubernamentales habían violado el derecho a un ambiente sano y una vida digna.

La administración pasada tuvo que cumplir la sentencia y por eso se logró que invirtieran en la quebrada Carretas con una inversión de 2 millones de dólares, y en la Esperanza con 4 millones de dólares.

Esos montos fueron usados para la construcción de obras hidráulicas, el alcantarillado Panamericana Norte, sector Yanbal; un interceptor para la quebrada Carretas, tramo Simón Bolívar, quebrada Santo Domingo, parroquia Calderón. Además de obras emergentes para estabilización del talud del río Monjas, sector La Esperanza y la construcción del disipador de energía para la descarga del colector el Colegio

Esta nueva administración, asegura Estefanía Pabón, presidenta del colectivo Luchando por las Quebradas, «es súper hermética, no hemos podido tener una reunión ni conversación con las autoridades”.

Enfrentados con esta realidad, el colectivo ha anunciado un plantón para la primera semana de septiembre. Pabón lamenta la falta de respuesta por parte de las autoridades y explica que han agotado vías de comunicación en busca de soluciones y diálogo.

LA HORA trató de comunicarse con el Municipio para conocer sus planes y nos fue asignada la entrevista para el miércoles 09 de agosto. (EC)

 Riesgos en construcciones

Natalia Alvarado, arquitecta urbanista y PhD en sostenibilidad y regeneración urbana, explica que la proximidad de construcciones en zonas no aptas cerca de quebradas coloca a las personas en un riesgo inminente, especialmente en lo que respecta a deslizamientos de tierra.

Natalia explica que la tendencia al crecimiento horizontal en lugar de vertical contribuye a esta crisis, acrecentando la construcción en áreas vulnerables.

«Para abordar estos desafíos, la administración debe implementar planes que incorporen la variable del cambio climático, delimitando las zonas de construcción y mejorando la integración de información en la planificación urbana«, sostiene Alvarado. Añade la importancia de exigir planes de viviendas de interés social que reubiquen a las personas en áreas libres de riesgo.

Ordenanza verde y azul

La ordenanza propone el establecimiento de un sistema de infraestructura ‘verde y azul’. Verde por las laderas de las quebradas, y azul, por los ríos.

 Esta normativa fue aprobada por el Concejo Metropolitano de Quito en segundo debate el 4 de julio de 2023.  Dentro de las disposiciones señala:

1 Que en los primeros seis meses se debe asignar a una autoridad para encargarse de la  Unidad Coordinadora de Microcuencas Hidrográficas Distrital. En esta área, deberá difundir a la ciudadanía la importancia y beneficios de la infraestructura verde-azul; elaborar un Plan de Manejo de Microcuencas Hidrográficas y ejercer las competencias de la entidad de ríos y quebradas.

2 En nueve meses, la autoridad deberá, en coordinación con las entidades municipales, elaborar las normas técnicas correspondientes, el Plan Estratégico Ambiental Integral en los ríos y quebradas de Quito y determinar la creación, de la entidad de control de las quebradas y ríos; así como el plan de acciones de mitigación en época seca y lluviosa.

3 En un año, deberá elaborar el Plan de Gestión y Manejo de la Infraestructura Verde-Azul y presentar la propuesta de Plan Integral de Gestión de Riesgos.

182 quebradas existen en Quito. Dos tienen declaración de emergencia.
Aproximadamente 6 millones se han invertido en dos quebradas el año pasado.