La región más golpeada con la informalidad es la amazónica, con porcentajes que van entre el 60% y el 80%. Por el otro lado, las provincias con menos informalidad son Pichincha y Galápagos.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) acaba de publicar los resultados de la encuesta anual de Empleo, Desempleo y Subempleo.
Una de las principales conclusiones es que el sector informal concentra más de la mitad de la economía en 15 de 24 provincias del país.
La región más golpeada con la informalidad, con un promedio del 70% es la Amazonía: Morona Santiago 79,9%; Napo 70,4%; Pastaza 67,7%; Zamora Chinchipe 63,1%; Sucumbíos 60,9%; y Orellana 70,2%.
En estas provincias amazónicas, el ingreso laboral medio fluctúa entre $303 y $437 mensuales.
La mayor incidencia de pobreza está en Napo con el 73,6% de la población; mientras que el menor nivel está en Zamora Chinchipe, donde están las únicas minas a gran escala del Ecuador, con 36,4% de pobreza
En el otro extremo las provincias con menores niveles de informalidad son: Galápagos 15,9%; Pichincha 23,6%; El Oro 36,0%.
En la Sierra, la mayor informalidad, con el 74,6%, está en Bolívar; mientras en la Costa, la mayor informalidad está en Manabí con un 59,7%
En el siguiente gráfico se detalla el nivel del informalidad en cada una de las 24 provincias del país:
La pobreza se redujo significativamente en tres provincias
De acuerdo con el INEC, con corte a diciembre de 2023, la pobreza se redujo significativamente en tres provincias: Tungurahua del 20,8% al 14,4% (-6,7%), en comparación a diciembre de 2022; Pichincha del 15,9% al 14,1% (-3,6%); y El Oro del 15,3% al 12,5% (-2,8%).
Las provincias más pobres del Ecuador son las amazónicas (a excepción de Zamora Chinchipe); seguidas por Esmeraldas con el 49,1% y Carchi con el 38,9%.
Se considera como pobre a las personas que generan menos de $90,60 de ingreso mensual.
A continuación, en el siguiente gráfico se detalla la pobreza por cada una de las provincias del país:
La economía ecuatoriana necesita urgentemente un shock de inversión y generación de empleo. Eso significa generar de manera neta (contratos firmados menos finiquitos) más de 200.000 empleos formales al año para ir reduciendo de manera consistente tanto la informalidad como la pobreza. (JS)