¿Qué es la jubilación por edad avanzada y en qué se diferencia de la jubilación ordinaria?

La ley otorga requisitos más flexibles para quienes se quieren jubilar con 70 años de edad y 10 años de aportes. Se accede a una pensión más alta que la de pensionistas con más años de afiliación. El problema es que con eso se afecta la viabilidad económica del IESS.

En la jubilación ordinaria se establece que se necesitan 30 años de aporte y 60 años de edad como mínimo para poder recibir una pensión de Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

Sin embargo, cada vez más ecuatorianos optan por la llamada jubilación por edad avanzada, la cual tiene menos requisitos que la jubilación ordinaria.

Según datos levantados por la comisión técnica, que presentó al Gobierno de Lasso un anteproyecto de ley de reformas al fondo de pensiones y un documento con recomendaciones, el 9% de los nuevos jubilados aplicaban el retiro por edad avanzada entre 2016 y 2019. El porcentaje aumentó al 15,2% entre 2020 y 2022.

Pero, ¿ Qué es la jubilación por edad avanzada? La ley permite que puedan acceder a una pensión, equivalente a la mitad del monto que reciben los jubilados ordinarios, si se han cumplido 70 años de edad y 10 años de aporte. Otra opción es cumplir 65 años de edad y 15 años de aporte.

Situación inequitativa y que perjudica al IESS

De acuerdo la comisión técnica, el fondo de pensiones del IESS es  inequitativo horizontalmente, es decir, trata de manera diferente a afiliados semejantes.

«Esto genera comportamientos oportunistas que debilitan el sistema. Estas inequidades surgen tanto de la existencia de regímenes de pensiones especiales para ciertos grupos de afiliados (por ejemplo, para docentes, zafreros, cementeros, servicio exterior, trabajadores del sector gráfico y telecomunicaciones, etc.), como del diseño de los parámetros que determinan la pensión vitalicia que otorga el Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte», dice el documento de recomendaciones entregadas a Lasso

La inequidad horizontal se ilustra  a través del ejemplo de dos jubilados que son iguales en edad de jubilación (70 años), esperanzas de vida (15 años de vida adicional), e historias salariales (los mismos salarios prejubilares) y sólo se diferencian en el número de años de aporte (el uno aportó por 40 años y el otro por 10).

Si el fondo de pensiones fuese horizontalmente equitativo la pensión del segundo afiliado debería ser la cuarta parte de la del primero, pero bajo el actual diseño se le otorga al segundo una pensión equivalente a la mitad de la que recibe el primero.

«Este tipo de inequidades horizontales incentiva a los afiliados a escoger combinaciones de edad de jubilación y años de aporte que maximizan sus tasas de reemplazo individuales, pero hacen daño al sistema en su conjunto. Se paga pensiones que se calculan con base a los cinco mejores años de remuneración y que son desproporcionadamente altas en relación a los años de aporte», aseguran los comisionados comandados por el economista Augusto De la Torre.

El anteproyecto entregado al actual Gobierno proponía un régimen de transición con cambios paulatinos que tomarían entre 25 y 30 años para hacer más equitativo el sistema; pero la decisión de impulsar esta iniciativa quedará en manos del nuevo presidente. (JS)

La reforma al sistema de pensiones impulsada por Lasso partió del diagnóstico hecho por el Gobierno de Moreno