La reforma al sistema de pensiones impulsada por Lasso partió del diagnóstico hecho por el Gobierno de Moreno

En mayo de 2021, el ministro saliente de economía, Mauricio Pozo, entregó al ministro entrante, Simón Cueva, un análisis sobre la situación del fondo de pensiones. Ese análisis, junto a recomendaciones hecha con la ayuda del Banco Mundial, fueron la semilla de la comisión técnica que acaba de entregar un anteproyecto de ley con reformas.

El 21 de mayo de 2021, el ministro de Finanzas saliente en ese entonces, Mauricio Pozo, entregó a Simón Cueva, ministro de Finanzas entrante, los avances de cinco reformas económicas: Una reforma tributaria que se trabajó con organismos multilaterales; un diagnóstico de la Seguridad Social con recomendaciones básicas, con apoyo del Banco Mundial; una reforma del Mercado de Valores para evitar escándalos financiero de la Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol); una reforma arancelaria; y una reforma Laboral.

En ese momento, Cueva dijo que todas estas reformas y diagnósticos servirían como insumos y que el nuevo Gobierno tendría espacios abiertos de discusión y consensos con la población.

Meses después, y ya como presidente en ejercicio, Lasso invitó a Augusto De La Torre, quien participó en el diagnóstico del IESS, para que exponga en Carondelet las principales conclusiones y puntos críticos, sobre todo del sistema de pensiones.

En varias entrevistas radiales, De la Torre contó que al terminar la exposición Lasso preguntó cuál era la mejor manera de elaborar una propuesta de reformas para cambiar un fondo de pensiones en déficit creciente, la respuesta, con base en experiencias exitosas de otros países, fue la comisión técnica desde la sociedad civil.

Por eso, Lasso conformó una comisión con Augusto de la Torre, Andrea García Angulo, Pablo Lucio Paredes, Fabián Vilema, Karla Morales Rosales, Doménica Cobo y Andrés Hidalgo Cevallos, Esta comisión trabajó desde enero de 2023 y preparó el anteproyecto de ley y un documento con recomendaciones.

Ese anteproyecto propone un sistema donde no se aumenten ni el porcentaje de aportación ni la edad mínima para jubilarse, pero a cambio de establecer medidas para que los trabajadores independientes quieran afiliarse al IESS, las pensiones a futuro tenga un componente fijo y otro variable dependiendo del ahorro individual de cada persona.

Sin cambios estructurales, el sistema de pensiones es insostenible a mediano y largo plazo. Actualmente, el subsidio estatal al IESS es el segundo mayor subsidio en Ecuador, solo superado por el de los combustibles. 

Antes de llegar al anteproyecto, y dentro del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), primero con Simón Cueva y luego con Pablo Arosemena como ministros de economía, el actual Gobierno comenzó a registrar parte de la deuda del Estado con el IESS en los boletines de deuda externa y a pagar los tramos que se auditen.

Sin embargo, la comisión técnica estableció, dentro de su propuesta, que, en el lapso de 6 meses desde la vigencia de las reformas al sistema de pensiones, el Gobierno de turno y el IESS deberían ponerse de acuerdo en el monto total de la deuda y el plan de pagos.

En el caso del fondo de pensiones, ese monto total sería de alrededor de $2.800 millones. 

La deuda con el fondo de salud es caso aparte, junto con la reforma específica para que la atención de salud en el IESS sea complementaria con el resto del sistema público.

La comisión técnica, que elaboró la propuesta de reformas al fondo de pensiones recomendó, que se debe crear una comisión independiente solo para tratar el tema de salud. (JS)

Trece consideraciones sobre la reforma al sistema de pensiones

Según Pablo Lucio Paredes, economista y miembro de la comisión técnica que elaboró el anteproyecto de reformas para cambiar y hacer viable al sistema de pensiones a futuro, existen trece aspectos básicos que se debe tomar en cuenta en la propuesta:

1. Es un tema para discutir en la sociedad. Si esta propuesta no es aceptada, igual en un par de años habrá que aprobar alguna. Obviamente hay muchas opciones de reforma, pero todas implican aceptar pros y contras.

2. El sistema tiene 5 años de vida, ahí habrá que disminuir un 5-10 % cada año la pensión de cada jubilado. Juega en contra, entre otras razones, la demografía, antes un jubilado aportaba 30-35 años y recibía beneficios durante 10-15 años, ahora recibe beneficios por 20-25 años.

El sistema ecuatoriano es demasiado generoso, recibir entre 50 % y 100 % del promedio de sueldos de los 5 mejores años es irreal. La gente no tiene pensiones holgadas, pero en una sociedad de bajos ingresos no se puede pagar “tanto”.

3. Una jubilación razonable cumple 3 condiciones. Es financieramente sostenible; se recibe una renta vitalicia; se pueden acumular ahorros como complemento. Eso plantea la reforma.

4. No se propone aumento de cotización (11 %), pero sí del pago: 14 en vez de 12 meses. Se toma en cuenta los décimos.

5. Ningún cambio para los actuales jubilados, seguirán bajo el actual sistema. Y los que están en camino entrarán progresivamente. Así, por ejemplo, el que está a medio camino, recibirá una jubilación 50 % del actual sistema, 50 % del nuevo. La transición tomará años.

6. Las condiciones para jubilarse cambian. Actualmente, hay la opción de 60 años de edad y 30 de aporte, esto cambiará a 60/35. Así mismo el 70/10 se convertirá en 70/15. Pero en cambio el 64/30 pasa a 60/27.  Esto se debe a que se busca una relación más razonable entre beneficios y aportes. El cambio será paulatino en 10 años.

7. Se calculará la pensión sobre la base del 40 % al 60 % de los salarios de los últimos 30 años ajustado por inflación (en lugar de los 5 años actuales, y se pasará lentamente de lo uno a lo otro). Las pensiones serán las mismas para las personas de más bajos ingresos y similares para los demás, pero incluyendo las opciones de ahorro.

8. Los que trabajan pocas horas podrán afiliarse (hoy, no) y de no alcanzar las condiciones requeridas para jubilarse, podrán retirar sus aportes ajustados por inflación o donarle a la pareja.

9. El Gobierno pondrá solo hasta el 3 % del PIB para liberar recursos de atención de otras necesidades colectivas, incluyendo de los jubilados pobres fuera del IESS.

10. El Fondo de Cesantía (2 %) será un fondo para la jubilación.

11. La mitad del Fondo de Reserva volverá a ser un ahorro, como hasta hace 10 años.

12. La jubilación patronal para los nuevos consistirá en un fondo de ahorro para la jubilación y se alimentará con los aportes de las empresas donde vaya trabajando.

13. Corrupción. Hay que luchar con fuerza, para lo cual es clave tener una directiva competente y recta. Responsabilidad de los que eligen a sus representantes.

Dos de cada tres ecuatorianos que no están afiliados al IESS quisieran aportar al sistema, pero no tienen ingresos suficientes