Entre el 40% 45% del parque termoeléctrico es irrecuperable y se necesita un reemplazo total

PERSONAJE. Juan José Espinosa asumió el Viceministerio de Electricidad poco antes de estallar la crisis de los apagones.
PERSONAJE. Juan José Espinosa asumió el Viceministerio de Electricidad poco antes de estallar la crisis de los apagones.

El Gobierno asegura que ha cumplido con acciones urgentes; pero otras tomarán hasta finales de diciembre. Reducir o eliminar los cortes es inviable al momento.

El viceministro de Electricidad, Juan José Espinosa, asumió el puesto hace un mes, justo cuando iniciaba la emergencia eléctrica. Considera que se ha cumplido con las medidas más urgentes y están en curso otras medidas consideradas inmediatas que, en su mayoría, se concretarán entre mediados y finales de diciembre.

Antes de esas fechas, Espinosa recalca que no sería responsable crear expectativas sobre reducciones adicionales en los horarios de racionamientos o su terminación.

Los caudales de las hidroeléctricas han mejorado, pero siguen siendo bajos; mientras ya se ha recuperado todo lo recuperable de la generación termoeléctrica.

P. ¿A cuánto asciende la recuperación de los caudales de las hidroeléctricas? ¿Es suficiente para pensar en reducir los apagones o incluso eliminarlos?

Tenemos dos caudales principales. El uno que nutre el complejo denominado Mazar- Paute y Sopladora. Para operar se necesita una cota mínima de 2.115 metros. Hubo algo de lluvias en Azuay el domingo y algo más en esta semana. Con eso, se llegó a una cota de 2.117 metros y se puede ir generando esporádicamente. Actualmente, la generación está en 300 megavatios, pero el complejo tiene una capacidad de 1.700 megavatios. Por otro lado, tenemos la zona oriental donde la mayor fortaleza es Coca Codo Sinclair. Ahí también hemos tenido una mejora de los caudales, que permite llegar hasta una generación de 750 megavatios. Esto todavía está lejos de la capacidad instalada. En épocas normales, la generación hidroeléctrica representa más del 90%, pero ahora está en el 58%. El 28% actualmente se está cubriendo con generación térmica; un 11% con importación de electricidad desde Colombia, y un 3% con otras fuentes.

P. ¿Actualmente cuál es el déficit de electricidad? ¿Todavía hay margen para recuperar y repotenciar la generación termoeléctrica?

Hay picos más altos de la demanda en ciertas horas, pero, en promedio, estamos hablando de que todavía tenemos una brecha de más 430 megavatios que no podemos cubrir. Se han cumplido acciones urgentes, que incluyen la incorporación de la central térmica Esmeraldas I, lo que ha permitido incorporar 165 megavatios. Además, ya están funcionando las importaciones desde Colombia y Perú. Sin embargo, tomando en cuenta todo eso, se tiene esa brecha y todos los días estamos monitoreando la situación. El presupuesto de inversiones en termoeléctricas es de $300 millones. El próximo Gobierno no se puede descuidar del tema; pero ya estamos al límite. En este momento se ha podido recuperar lo recuperable. Lo otro sí amerita un reemplazo total. El siguiente Gobierno podría sacar una licitación o, a su vez, invertir en el reemplazo total de esta infraestructura. Sin embargo, no existe solución de corto plazo. Se ha recuperado un poco más de 1.100 megavatios de generación termoeléctrica, pero queda entre un 40% y 45% del parque instalado que no se puede repotenciar y se necesita un cambio total. Eso representa alrededor de 700 megavatios.

P. En este escenario, ¿Cuándo se podría evaluar de manera realista una posible reducción de los horarios de cortes o incluso eliminarlos?

Aparte de las acciones urgentes, que ya se han concretado, existen acciones inmediatas que dependen de procesos engorrosos de contratación y que se concretarán entre mediados y finales de diciembre de 2023. Mientras no se concreten esas acciones urgentes, la idea es seguir monitoreando el sistema, pero si no hay una mayor aportación hidroeléctrica, nos veremos obligados a seguir por responsabilidad con los cortes. Queremos permanecer en los horarios de dos horas para la Sierra y una hora y media para la Costa. Sin embargo, esto lo vamos viendo día a día y no se puede asegurar. La situación es muy cambiante.

P. ¿Cuáles son las principales acciones inmediatas que están en marcha?

En las acciones inmediatas, hay un tema de contratación pública, que siempre es engorroso. Hemos emprendido en una licitación de 465 megavatios de soluciones móviles. Se espera que estos megavatios entren en operación a mediados o finales de diciembre. Eso lo está llevando a cabo la Empresa Eléctrica Quito, en cooperación con las otras empresas distribuidoras, porque son ellas las que recaudan la tarifa y tienen los recursos. El costo es de aproximadamente $163 millones. Por otro lado, estamos por anunciar la licitación de Termogas Machala para la importación de gas. Eso nos permitirá un incremento de 100 megavatios en esa central. Se espera que esté operativa a mediados o finales de diciembre. Hay otro tema chiquito que es una generación adicional de 20 megavatios con CNEL. Y, por último, hemos entregado títulos habilitantes a los privados para que también puedan aumentar su capacidad de generación en 10 a 15 megavatios. A la par estamos otorgando un título habilitante a otra empresa que puede incorporar alrededor de 190 megavatios progresivamente entre diciembre de 2023 y enero de 2024.

P. ¿Hubo falta de previsión en el manejo de la crisis eléctrica? ¿La magnitud del estiaje podría haberse anticipado para evitar apagones?

Asumí el cargo como viceministro encargado hace aproximadamente un mes. En cuanto vi informes y cómo eran las condiciones del estiaje, inmediatamente recomendé al ministro Santos Alvite que se tomarán medidas. Emitimos acuerdos ministeriales para que las empresas distribuidoras puedan tomar acciones y declaramos la emergencia del sector eléctrico. A partir de ese punto, la verdad me enfoqué en mirar para adelante sin detenerme a analizar qué se pudo hacer antes. Ese análisis es importante, pero ahorita lo que los 17 millones de ecuatorianos quieren es que se supere la crisis. La ama de casa necesita energía; el empresario necesita energía; el industrial necesita energía. Entonces, las acciones que yo emprendí fueron justamente para volver a condiciones normales de provisión en el menor tiempo posible. Ante la pregunta de si se pudo haber previsto, yo creo que hay que hacer un análisis mucho más exhaustivo, porque lo cierto es que el estiaje actual es el más fuerte que hemos tenido dentro de los 50 últimos años.

En 2022, los caudales comenzaron a bajar en diciembre a los niveles de ahora. En ese contexto, supliendo con energía de Colombia y algo más de megavatios se pudo superar normalmente. (JS) Lea la entrevista completa en www.lahora.com.ec