María Isabel Pérez y Aurora Díaz, expertas en educación socioemocional, se unen en Focus, un podcast de LA HORA, para charlar sobre la importancia de gestionar las emociones desde la niñez.
Las forma de ser de un adulto es el resultado de lo que vivió en su niñez, por eso, la gestión de las emociones es un pilar que ha cobrado relevancia. «Por mucho tiempo, las emociones eran vistas como privadas. Tenías que guardártelas. Eran sinónimo de debilidad», explica María Isabel Pérez, educadora con 25 años de experiencia, máster en Neuropsicología, certificada y partner oficial en Ecuador del Modelo Piramidal de habilidades socioemocionales.
Pérez y Aurora Díaz (máster en Educación Emocional y del Carácter, diplomada en Educación Emocional, Liderazgo y Coaching y emprendedora ecuatoriana creadora de Enjoy Learning) son las invitadas al octavo episodio de Focus, un podcast de LA HORA, conducido por Gabriela Vivanco, directora del medio. Dan consejos sobre cómo mejorar y ayudar a los niños a reconocer y gestionar los sentimientos.
Diferencia entre controlar y gestionar las emociones
Pérez explica que reconocer y aceptar lo que se siente es gestionar. «Cuando hay coherencia entre pensamiento, emoción y acto se forma la personalidad». Es decir, se crea una inteligencia emocional, como detalla Díaz:
- Cuando sientes cualquier emoción (como enojo o felicidad) y puedes gestionar, tendrás la capacidad de responder adecuadamente.
- Cuando no puedes gestionar, la respuesta posiblemente no sea la adecuada y reacciones mal.
Entonces, ¿cómo aprendemos a gestionar? La experta explica que en simples pasos lo que se puede hacer con los niños:
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- Controlar la respiración. Inhalar y exhalar al menos por tres veces, esto permite calmar al sistema nervioso central.
- Ayudarle a poner un nombre a la emoción que siente.
- Decirle qué puede hacer, por ejemplo, caminar, abrazar un oso…
- Resolver qué quiere hacer con esa emoción, quedársela o cambiarla por otra.
Sobre los berrinches en niños y adolescentes
Pasa en niños, adolescentes y adultos y esto ocurre porque el cerebro está «fuera de línea». «En ese momento lo único que se necesita es empatía, es decir, capacidad de comprender cómo se siente». Como adultos, lo primero que se tiene que hacer es organizar su propia emoción, para luego ayudarle al menor, dice Pérez.
Por su parte, Díaz explica que este tema es más complejo en los adolescentes, porque además de pasar por un cambio hormonal, los adultos se crean expectativas que ellos no pueden cumplir. «No podemos exigir que tome decisiones con el cerebro en total funcionamiento. Recordemos que el desarrollo cerebral termina a los 25 años«.
Para tener más tips de la gestión de las emociones en cada etapa, escucha el episodio completo:
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