Más de la mitad familias quiteñas consumen menos por el aumento de la delincuencia

REALIDAD. Los quiteños están preocupados por la delincuencia
REALIDAD. Los quiteños están preocupados por la delincuencia

La inseguridad tiene un efecto directo en la economía y el consumo de los capitalinos. Sectores como el de los restaurantes ya siente menores ventas.

Ante la creciente inseguridad y delincuencia, la economía de los hogares quiteños se ve afectada.

Así, según un reciente estudio de la consultora Oikonomics, el 53% de las familias encuestadas indicó que su consumo y sus hábitos de compras se han visto disminuidos como consecuencia de la situación actual de inseguridad.

Yolanda Bedón, comerciante y madre de familia, explicó que, en el caso de su familia, han restringido al mínimo las salidas a comer o por diversión. Además, las menores ventas de su pequeña tienda de barrio han bajado el ingreso disponible al mes.

La situación es compleja porque hay miedo. La delincuencia sí ha aumentado. Se compra y vende menos. Todos están restringiendo sus gastos porque no se sabe lo que va a pasar”, dijo.

Según los encuestados, los más afectados por la caída del consumo son los quiteños de 65 años o más, debido a que el 67% aseguró que ha limitado sus actividades habituales.

Sin embargo, los menos afectados son los menores de 25 años porque, en más de la mitad de los casos, buscan formas de seguir saliendo.

Menos ventas en los próximos tres meses

Aunque el pago de impuestos como el IVA, que es el pulso de la actividad económica de una ciudad, todavía no se han visto reducidos en Quito. Su crecimiento sí se ha desacelerado.

Según cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI), la recaudación de IVA creció casi 31% si se compara el primer trimestre de 2021 con el de 2022. Pero, si se compara el primer trimestre de 2022 con el de 2023, el aumento fue menor al 4%.

El 75% de los encuestados por Oikonomics cree que las ventas de las empresas disminuirán en los próximos tres meses como consecuencia de la situación actual de inseguridad.

Específicamente, los encuestados dieron a conocer cinco actividades que están dejando de realizar y que concentran el 64% de sus respuestas: salir a centros de diversión (16%), ir a comer en restaurantes (14%), ir a parques (13%), viajar dentro del país (12%) y visitar lugares turísticos (9%).

Como se puede evidenciar, la mayoría de estas actividades están relacionadas al sector turístico y de entretenimiento, por lo que este podría ser uno de los sectores más afectados en los próximos meses.

Menos transporte público y menos salidas a restaurantes

Las personas perciben que el transporte público es uno de los lugares en los que existe mayor probabilidad de ser víctima de la delincuencia.

 Del total de encuestados, el 40% menciona que sí ha cambiado de modo de movilización por seguridad.

 Si se compara esta respuesta por sexo, se observa que una mayor proporción de mujeres (55%), en relación con hombres (45%), ha tenido que buscar alternativas.

Las principales opciones de movilización que han encontrado los ciudadanos son: ir en auto propio (35%), usar el servicio brindado por plataformas (18%), ir en taxi (14%) o pedir a un familiar o amigo que pase por él/ella (13%).

Por otro lado, la caída en las salidas a comer, según Oikonomics, ya ha representado una pérdida en ventas de al menos $15 millones en los restuarantes.

Diego Vivero, vocero de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha, ha reconocido que el sector restaurantero, que ha hecho esfuerzos por recuperarse de la pandemia y las paralizaciones, está muy preocupado por el permanente miedo que tiene la gente a salir.

“Desde mediados del año pasado ya veíamos que esto se iba a dar como consecuencia de la postpandemia y la falta de resultados en la generación de empleo. Hemos venido trabajando en articulación con la Policía Nacional”, dijo.

La articulación con la Policía incluye capacitaciones a los colaboradores de los restaurantes y, según la agremiación, sí se han obtenido resultados.

Se han llevado a cabo reuniones con el ministerio de Turismo, con el alcalde electo Pavel Muñoz. “Hemos conversado con mucha seriedad, pero es un proceso que tomará tiempo. La población, vemos con mucho entusiasmo, ha tomado esto con seriedad y se está reuniendo en vecindarios. Nosotros mismos, con restaurantes que son de vecindario, hemos puesto la mesa para hablar de chat alarmas comunitarias”, aseveró.

Incluso, los restauranteros se han sentado con los dueños de las plataformas de delivery para reforzar los protocolos que ya se tienen.

Según Vivero es contraproducente que la ciudadanía vacíe las calles y no quiera salir por miedo a la delincuencia, porque eso favorece precisamente a los delincuentes y genera más crisis económica y social. (JS)

Los quiteños consideran que sus barrios son menos seguros

El 88% de los encuestados percibe que Quito no es una ciudad segura. Específicamente, el 58% de las personas considera que la capital del Ecuador es “Nada segura” y el 30% piensa que es “Poco segura”.

Así mismo, la percepción de seguridad en esta ciudad ha empeorado respecto al año anterior, dado que el 86% de los encuestados cree que su sector o barrio es “Menos seguro”, comparado con 2022.

Este sentir se mantiene en todos los sectores de Quito, sin embargo, existe una peor percepción de seguridad en los barrios ubicados en el Norte (Calderón, Carapungo, Ponceano, Pomasqui y Carcelén), ya que el 94% de las personas encuestadas en este sector considera que su barrio es “Menos seguro”.

El 91% de las personas encuestadas consideran que entre los aspectos que afectan su percepción de seguridad están la ausencia de presencia policial en el sector (21%), presencia de grupos delincuenciales en el país (20%), el ser víctima de la delincuencia o conocer a alguien que ha pasado por esta situación (19%), el leer noticias diarias relacionadas a inseguridad (17%), y escuchar comentarios de la gente sobre la ocurrencia de delincuencia (14%).