Para este mes se espera que la subida del IVA y los créditos se empiecen a sentir en la caja fiscal. Serán un salvavidas para reducir los atrasos y financiar el déficit.
Este mayo de 2024 llega con un alivio financiero para las arcas fiscales. Por un lado, se comenzará a sentir en la recaudación de impuestos, y en los ingresos del Estado, la subida del IVA al 15%.
Se ha proyectado un aporte adicional de $1.071 millones durante los restantes 8 meses de este año, es decir, cada mes el IVA aportará, en promedio, $133,88 millones más.
Por otro lado, con el anuncio de que se llegó a un acuerdo a nivel técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se abre la posibilidad de que desde mediados de este mes llegue el primer desembolso del multilateral y se viabilicen otros créditos de los restantes multilaterales. El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) ya ha aprobado un préstamo puente por $800 millones que llegará este mismo mes.
Así, en medio de la crisis fiscal, donde hasta marzo de 2024 se han acumulado unos $1.500 millones adicionales de atrasos o pagos pendientes (a los que se suman los que se arrastran desde 2023), la inyección de liquidez del IVA y de los créditos externos es un salvavidas para evitar un mayor descontento, quiebras de negocios y mayores impagos con instituciones públicas y privadas como el IESS.
IVA y créditos: no son la solución
Ni el aumento del IVA ni los créditos externos que comenzarán a llegar desde mayo solucionarán el problema fiscal del Ecuador, pero sí contribuirán a que la situación no empeore y a que se comiencen a pagar cuentas.
Economistas como Pablo Lucio Paredes, miembro del Colegio de Economía de la Universidad San Francisco (USFQ), han estimado que este 2024 cerrará con atrasos de alrededor de $3.000 millones. Este es un monto alto, pero menor a los casi $5.000 millones de 2023.
El país está ganando tiempo y conteniendo el problema fiscal, pero sin una reforma real del Estado (incluyendo la optimización del gasto público), la revisión de los subsidios, el impulso de la producción petrolera y minera, la reforma de la seguridad social, los cambios en el mercado laboral, entre lo más importante, en poco tiempo los atrasos y las angustias por cubrir los pagos del sector público serán peores que los de finales de 2023.
“Las reformas estructurales siguen pendientes para evitar que Ecuador siga dependiendo de los multilaterales o de las subidas de impuestos para cubrir por un tiempo sus problemas fiscales. El país está en un círculo vicioso del que no puede salir”, puntualizó Carlos Mendoza, economista y exconsultor para organismos multilaterales.
Para este 2024 se espera que, en total, lleguen alrededor de $3.500 millones de créditos externos (incluyendo al menos el primer desembolso del programa de $4.000 millones durante cuatro años con el FMI).
De ese total, aproximadamente $2.000 millones irán a pagar deuda externa contratada anteriormente (cambio de deuda antigua por deuda nueva) y que se vence este año.
Así, para gasto de “libre disponibilidad” del Gobierno de Daniel Noboa quedará alrededor de $1.500 millones.
Ya lo han alertado economistas como Alberto Acosta Burneo y Augusto De la Torre, Ecuador recibirá un alivio (que impedirá un colapso fiscal); pero el dinero de los nuevos préstamos externos no servirá para más gasto, sino para cubrir deudas, financiar el déficit fiscal y pagar una parte de los atrasos.
Idealmente algo de los ingresos extras, tanto de créditos como de IVA, debería canalizarse para la casi nula inversión pública y para financiar la respuesta a la crisis eléctrica; pero eso se verá hasta fin de año.
Un reciente análisis de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) concuerda con este diagnóstico, y califica al acuerdo con el FMI como una buena noticia; pero que será otra oportunidad desperdiciada si no se llevan “adelante las reformas que se necesita, principalmente en lo fiscal (pero no solo en ese campo), de manera ordenada y con asesoría técnica”.
Cordes recalca que “no se puede seguir postergando”, por dogmas o intereses políticos, las soluciones para que el Estado deficitario e ineficiente deje de ser un freno para el crecimiento y el desarrollo del país. (JS)
¿Se puede dar un giro a la economía de Ecuador antes de las elecciones de 2025?
El país acaba de pasar una campaña electoral y una consulta popular; pero en pocos meses iniciará la campaña para la Presidencia de la República de 2025.
Es decir, en seis meses volverán a encenderse los motores del proselitismo, incluyendo la campaña por la reelección de Daniel Noboa.
En este contexto, la pregunta es si se puede hacer algo estructural para dar un giro a la economía antes de que la campaña lo devore todo.
En un reciente análisis, el exministro de Economía, Fausto Ortiz, considera que sí se pueden hacer cosas sustanciales; y pone como ejemplo el tema del subsidio a los combustibles.
Subiendo un dólar más en el precio por galón de la extra y Ecopaís se podrían generar $1.200 millones ingresos adicionales al año para el fisco. Por ese monto también bajarían las necesidades de financiamiento del país.
Asimismo, dos dólares adicionales en el precio por galón de diésel, a excepción del transporte público y el transporte de carga al sector productivo, podrían generar otros $1.200 millones al año de ingresos extra.
Así, se podría dejar de necesitar $2.400 millones al año de endeudamiento y permitir un alivio estructural de las finanzas públicas.
En 21 años, el gasto en el subsidio a los combustibles alcanza una suma acumulada de más de $50.000 millones; y es una de las razones estructurales de los más de $80.000 millones de la actual deuda pública ecuatoriana.
Ortiz ha recordado que en acuerdo con el FMI como el de 2003, ya se establecía la necesidad de ponerle fin a esos subsidios que dan “lugar al contrabando, la corrupción y beneficia desproporcionadamente a los grupos de mayores ingresos de la sociedad”.
Más de 20 años después, Ecuador sigue dando vueltas en el mismo terreno, con los mismos problemas y solo poniendo parches a su crisis fiscal y económica.