El acceso a una cuenta bancaria abre un abanico de posibilidades en una economía cada vez más digitalizada

HECHO. La bancarización ha ido en aumento en el país.
HECHO. La bancarización ha ido en aumento en el país.

Ecuador es el país de la región que más ha aumentado el número de personas de bajos ingresos que se han bancarizado en los últimos seis años.

Desde 2017, el número de ecuatorianos sin cuenta bancaria se redujo del 66,6% al 40,85%. Esto coloca al país como el de mayor inclusión financiera con respecto a otras economías de la región.

Así, por ejemplo, en Colombia y Perú todavía más del 52% de personas con más bajos ingresos no tiene ningún vínculo con el sistema financiero formal y son más propensas a caer en estafas y fraudes financieros. Además, les resulta más complicado obtener un financiamiento adecuado para emprender o mejorar sus condiciones de vida.

Según un estudio de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), entre las razones de fondo para que el país haya avanzado en inclusión financiera está el incremento de los corresponsables no bancarios (Mi Vecino, Banco del barrio), que tienen un alto impacto en las tiendas y pequeños negocios de las zonas rurales.

Por otro lado, organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) resaltan que Ecuador le apostó a digitalizar pagos de beneficios sociales como los bonos. Eso hizo que muchos pobres abrieran cuentas bancarias para poder cobrar. A partir de ahí se pueden tener mejores registros del gasto social y ampliar los servicios financieros.

Beneficios de tener cuenta

En una economía cada vez más digitalizada es indispensable tener una cuenta bancaria para comprar y vender productos, acceder a financiamiento, realizar trámites públicos o ser beneficiario de programas sociales.

Desde 2019, el uso de los canales digitales en el sistema bancario pasó del 21,4% al 41,1%; pero si se suman los servicios remotos como los corresponsables no bancarios, el porcentaje aumenta al 62,9%.

Tener una cuenta bancaria, además de permitir el aprovechamiento de estos cambios, también es importante por lo siguiente:

1.Le acerca a los productos financieros: No solo que se convierte en sujeto de crédito y puede comenzar a construir su historial; sino que también puede acceder a productos como inversiones, créditos, o incluso la compra de bienes domésticos a plazos, entre otros beneficios.

2.- Puede tomar el control de su dinero: Si no sabe en qué se va su dinero, tener una cuenta bancaria le puede ayudar. Primero a no gastarlo todo en pocos días, y segundo, porque con el estado de cuenta podrá darse cuenta de su comportamiento a la hora de comprar. De esta manera podrá verificar en qué gasta.

3.- Ayuda a llevar un presupuesto: Una vez que sabe cuáles son sus gastos, le puede ayudar a clasificarlos como fijos y variables, y así empezar a hacer un presupuesto con esa información. Esto permite saber en qué puede ahorrar e ir cumpliendo metas financieras.

4.- Conveniencia y seguridad: Una cuenta bancaria también es una herramienta segura ya que así no cargará con el dinero en efectivo en la calle. En una sociedad con cada vez más inseguridad y delincuencia, esta es una ventaja importante.

5.- Puede usar medios electrónicos de pago: Si tiene una tarjeta puede realizar pagos y transferencias desde su celular o en Internet sin necesidad de salir de su casa.

Yolanda Castillo, asesora en finanzas personales, explicó que en los sectores con menos ingresos, una de las principales barreras de la bancarización son los prejuicios culturales. Por eso, la educación financiera debe introducirse en todos los niveles educativos para inculcar hábitos y valores como el ahorro.

Además, la bancarización es una de las principales herramientas para minimizar el riesgo de caer en el chulco. Un estudio, elaborado por el buró de crédito Equifax, establece que los más pobres terminan pagando tasas de interés de hasta el 1.200%, lo que es 40 veces más que una tasa en el sistema financiero formal. (JS)

El monto promedio transaccionado pasó de $482 a $393. Esto significa que quienes están bancarizados, realizan más
transacciones cotidianas, lo que contribuye a la inclusión financiera.

Millennials son los más bancarizados y digitalizados

Las personas con edades entre 26 y 41 años clasificados como millennials, son los que más acceden a cuentas bancarias. También son quienes realizan más transacciones a través de los medios móviles, especialmente las mujeres (alcanzan los 53,3 millones de transacciones). Mientras que, la generación baby boomer de personas con edades entre los 58 a 76 años, utilizan como su canal transaccional principal a las ventanillas, debido a la necesidad de mayor conocimiento tecnológico para adoptar las nuevas tendencias digitales de pagos.

Por lo tanto, hay un reto importante en reducir la brecha digital para que más personas de diferentes generaciones se bancaricen y utilicen los canales digitales.

Claves para profundizar la digitalización y bancarización

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se debe trabajar en varias aristas para profundizar los últimos cambios positivos:

  • Mejorar el acceso a servicios financieros depende mucho más del sistema de telefonía móvil que del sistema bancario físico. La disponibilidad de teléfonos móviles baratos y funcionales y de acceso asequible a Internet es un requisito para la ampliación de las finanzas digitales.
  • Otro elemento esencial es crear sistemas de identificación digital, porque la falta de identidad verificable es una de las principales razones que mantienen a algunos adultos excluidos de los servicios financieros.
  • Otra prioridad debe ser promover la digitalización de los pagos y transferencias sociales. Esto sirve como base para la creación de registros sociales creíbles y la identificación de lagunas y superposiciones.
  • Buscar mecanismos para reducir costos en las transacciones digitales. Esto ampliará el espectro de empresas que pagan a sus empleados y proveedores de forma electrónica.
  • Programas de educación financiera, sobre todo los basados en el aprendizaje colaborativo (en grupos cooperativos femeninos).